Pese a que la inflación en junio se reporta en 7.99%, en áreas urbanas la canasta básica aumentó en un año 12% y 20% respecto a marzo de 2020, cuando a México apenas llegaba la pandemia de coronavirus, mientras que en zonas rurales el alza fue de 13% y 21%.
Los datos que da a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se ofrecen en dos vertientes: la línea de pobreza extrema por ingresos, que se refiere únicamente al valor de la canasta alimentaria, y la línea de pobreza por ingresos, que junta las canastas alimentaria y no alimentaria (ropa, zapatos, transporte, salud, vivienda, etcétera).
Para junio de este año, los productos alimenticios de primera necesidad están valuados en 2 mil 12 pesos en zona urbana, cuando en el mismo mes de 2021 costaban mil 793, es decir, 12.2% más, mientras que en marzo de 2020 costaban mil 676, 20% de aumento.
Para zonas rurales estos productos están valuados en mil 544, cuando en junio del año pasado estaban en mil 70 (13%de encarecimiento), mientras que en marzo de 2020 costaban mil 278 (21% de incremento).
La diferencia de un punto porcentual se ensancha entre zonas urbanas y rurales porque en estas últimas 32% de las familias no reciben pago por su trabajo, asienta el investigador Nelson Flores Vaquiro.
Estos datos concuerdan con lo publicado la semana pasada por Crónica Puebla, respecto a que durante el primer año de la pandemia de COVID-19 el número de habitantes en la entidad poblana en condición de pobreza (moderada y extrema) llegó a 4.1 millones (62.4%).
Estos datos, también del Coneval, señalan que al cierre de 2020 el sector de la población en condición mayor vulnerabilidad era de 844 mil personas (12.7%), quienes habitan tanto en la periferia de las ciudades como en las áreas rurales.
Respecto a la suma de las canastas alimentaria y no alimentaria, se estima que el valor para las zonas urbanas es de 4 mil 65 pesos, un incremento de 8.7% respecto a los 3 mil 740 que costaba en junio de 2021, pero 14.7% más que los 3 mil 542 de marzo de 2020.
En el ámbito rural, el costo se estima en 2 mil 898 pesos, cuando en junio del año pasado estaba en 2 mil 637, alza de 10% y de 16% comparada con los 2 mil 501 pesos de marzo de 2020.
En todos los casos, los incrementos son muy superiores a la inflación, que en 2021 cerró en 7.36% y que al corte de junio se ubica en 7.99%.
Fuente: Crónica