Sabes que la economía está mal cuando empiezas a vender tus cosas para conseguir dinero. También sabes que la economía está realmente fatal cuando son los ricos quienes tienen que vender las suyas. Y eso es justo lo que pasa ahora.
La casa de subastas Morton tiene 34 años de existencia y, de acuerdo con quienes han trabajado ahí casi desde el inicio, jamás tantas personas habían acudido a ella para poner a la venta una infinidad de artículos con valor económico y, sí, también sentimental.
“Nunca habíamos visto este furor”, aseguró Manuel González, director de operación de Morton Subastas. “Hemos tenido subastas muy selectivas, muy importantes, hemos tenido subastas globales, pero en el mercado mexicano, del consignante mexicano, no habíamos tenido jamás este furor”.
En pocos meses, Morton se ha convertido en un destino cada vez más familiar para aquellos que, afectados por la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19, han tenido que liquidar varias de sus posesiones de mayor valor para enfrentar un entorno que se vuelve más adverso con la prolongación de los cierres y restricciones para hacer frente a los contagios.
Joyas, relojes, piezas de arte, vinos y licores, libros, documentos históricos, antigüedades y vehículos son llevados constantemente a las puertas de la casa de subastas para ser evaluados por los especialistas de la firma y, en algunos de varios formatos, ser puestos a consideración de otras personas con bolsillos todavía sanos, o menos afectados por la pandemia, que andan en busca de alguna pieza de alto valor, a un precio más ‘competitivo’.
González ejemplifica el ‘furor’ que ha experimentado Morton en los últimos meses de la siguiente manera: en las más de tres décadas de existencia de la casa habían acumulado un total de 14 mil consignantes, es decir, personas que llevan sus bienes para ser subastados. En los últimos 3 meses, se han registrado 2 mil nuevos consignantes, y la cifra crece.
“Nunca habíamos tenido una crisis como la que vamos a enfrentar”, lamentó González. “Más personas ven esto como una opción para hacerse con más liquidez, se están refugiando en las subastas, hay mucha gente que está perdiendo dinero, otras cuantas que está ganando, la riqueza pasa de manos”.
Fuente: El Financiero