Al hablar de Cuesta abajo hay un elefante en la habitación llamado Force Majeure. Es inevitable comparar a Cuesta abajo con la cinta en la que está basada, sobre todo porque si hay algo que hace bien la película de 2014 es comunicar mucho con poco. El remake hace dos grandes cambios: modifica el tono y tira el minimalismo por la borda. Más humor, más emplazamientos, más antecedentes, más música. ¿Qué tan cierto es que «menos es más»?

Cuesta abajo trata sobre una familia que está de vacaciones en un resort para esquiar y sobrevive una avalancha. La familia entra en crisis después de que el padre huyera con su celular en lugar de proteger a su esposa e hijos durante el incidente. Force Majeure aprovechaba la sencilla premisa para cuestionar de una forma muy inteligente ideas como el heroísmo, la masculinidad y los roles de género. Eso sigue ahí en Cuesta abajo, pero hay que entrecerrar los ojos para poder verlo.

Cuesta abajo toma la decisión de no enfocar todas sus energías en la avalancha. Es el incidente que desencadena la historia, pero no es el único elemento que pone en crisis a la familia. La simpleza del conflicto se pierde, así que los temas palidecen. Ahora conocemos explícitamente algunos antecedentes de los personajes, lo cual evita que depositen todos sus problemas en lo que pasó durante la avalancha. En Force Majeure vimos la punta del iceberg y nosotros desciframos el resto; en Cuesta abajo el iceberg siempre está sobre el agua pero es realmente pequeño.

El cambio de tono también afecta en su profundidad temática. Cuesta abajo recae mucho más en el humor, así que teme ir a los lugares dramáticos de su contraparte internacional. Julia Louis-Dreyfus tiene escenas en las que puede explorar un poco esa faceta, pero desentona con el arco del personaje de Will Ferrell, que nunca llega a derrumbarse. Finalmente, la perspectiva de los hijos se pierde casi por completo, siendo lo que más sufre por el recorte de duración.

En resumen, es menos profunda que la original y no trata sus temas con la misma efectividad. Si debiéramos recomendar sólo una, sería la del 2014, sin dudarlo. Es mucho más interesante y reflexiva, y simplemente está hecha con mayor precisión y visión. Pero es aquí cuando paramos las comparaciones, porque Cuesta abajo no busca lo mismo que Force Majeure, no exactamente.

Este remake americano claramente quiere ser más accesible y gracioso, sin perder el beneficio de tener una embarradita de los temas de la original. Y en ese sentido, cumple su cometido. Es lo suficientemente graciosa. Louis-Dreyfus y Ferrell tienen suficiente química. Para ser una comedia de hora y media, habla lo suficiente del heroísmo, la masculinidad y los roles de género. Vista de esa forma, es suficiente.

Es decir, si la analizamos como una nueva Force Majeure, reprueba. Si la analizamos como una nueva comedia americana con algunas risas y un tema interesante, pasa. La primera opción sirve para analizar por qué una película tiene más que decir que la otra aunque cuentan la misma historia. La segunda opción es más justa.

Fuente: Cinepremiere