Este domingo Antonio Banderas concurrirá por primera vez como nominado al Oscar a mejor actor pocos días después de ganar el Goya. Pero todo parece indicar que seguirá siendo un testigo de lujo de la trayectoria triunfal de Joaquin Phoenix, quien se está llevando todos los premios por Joker , de Todd Phillips. El éxito de la película, que ha recaudado casi mil millones de dólares, tuvo mucho que ver con la transformación del actor nacido en Puerto Rico en el villano de DC Comics de una manera tan real que resulta escalofriante.

¿Qué le atrajo de Arthur, el Joker?

Su búsqueda de luz. No sólo me interesa su tormento, también su disfrute. Su lucha por encontrar la felicidad y sentirse conectado con los demás. Sus intentos por encontrar el amor y la calidez. No veo al personaje como alguien atormentado, nunca definiría un personaje de esa manera. Me pasé ocho meses explorándolo. Me fascinaba no poder definir exactamente su experiencia o quién era Arthur. Era muchas cosas diferentes en momentos distintos. El que pensaba que era en las primeras semanas es totalmente distinto al de las últimas semanas de rodaje.

¿Cómo se preparó para el papel?

El primer paso fue bajar de peso. Eso te afecta psicológicamente. Te pones mal emocionalmente al perder tanto peso en tan poco tiempo. A la vez, tuve largas conversaciones con Todd. Y leí un libro sobre asesinos de políticos que me ayudó a entender cómo funciona la personalidad de alguien capaz de hacer algo así. Identifiqué a Arthur como perteneciente a cierto tipo, pero a la vez quería tener la libertad de crear algo que no fuese identificable. Es un personaje de ficción y no quería que un psiquiatra pudiera descubrir de inmediato qué tipo de persona es. Mencionamos algunos de los medicamentos que toma y los problemas que tiene, pero a la vez intentamos alejarnos de esas convenciones y tener libertad de inventar algo nuevo. Teníamos que mantener siempre un equilibrio. Durante los ensayos, me dieron el diario que él lleva, donde tiene escritas sus bromas. Y eso me ayudó mucho. Inicialmente no sabía por dónde iba a empezar, pero cuando Todd me hizo llegar el diario me sirvió como base. Al principio yo no sabía qué era lo que debería escribir allí y Todd me envió sugerencias y a partir de ahí me puse a inventar. En pocos días dejé a un lado sus sugerencias y las ideas me surgían espontáneamente. Escribir ese diario fue una parte importante del descubrimiento de quién es Arthur.

¿Cómo creó la risa del Joker?

Una de las primeras cosas que Todd me mostró, incluso antes de darme el guion, fueron vídeos de gente riendo. En el guion luego eran descritas como risas casi dolorosas, y me pareció que era una manera muy inteligente de encarar esta característica tan particular del personaje.

¿Entendió quién era Arthur?

Aún no lo sé. Nunca llegué a ese lugar y cada vez que pensé que había entendido sus motivaciones, algo ocurría que me daba a entender mi error. Era estimulante no conocerlas. Y tampoco estoy seguro de qué es real y qué imaginado en este filme. Nunca llegué a entender ni a Arthur ni al Joker, y no tuvo nada de malo. Muchas veces no nos entendemos a nosotros mismos, la psicología humana es muy compleja. Y no estaba seguro de que quisiera entender por completo un personaje así. Bueno, no es cierto. Soy actor y parte de lo que hago es tratar de entender, por lo que sí intentaba entender su motivación, pero inevitablemente surgía algo que tiraba por tierra mis presunciones. Tiene comportamientos irracionales y sin sentido.

Dudó mucho en aceptar el papel.

En los últimos años me tomo mucho tiempo para decir sí. Y no estaba seguro de que fuese la película correcta para mí, sobre todo porque no sabía si podía hacerle justicia al personaje.

¿Le afectó el personaje?

No. Cuando escucho a otros decir que sus personajes les provocan pesadillas, suena muy bien y muestra su compromiso. Pero no he tenido nunca esa experiencia. Tal vez porque he estado haciendo esto desde los ocho años. Es parte de mi vida. Y me lo he pasado mejor rodando Joker que cualquier otro filme. Nunca me reí tanto. Todd es la persona más divertida que he conocido y nos divertimos mucho creando a Arthur. Claro que si interpretar este personaje me resultó tan disfrutable, quizá tengo un serio problema. En verdad lo que disfruté fue tener que estar buscando constantemente algo nuevo y nunca relajarme demasiado. Se convirtió en una competición. Nos desesperábamos por inventar nuevas frases o hacer cosas divertidas que no estuvieran en el guion. Decidíamos cómo íbamos a filmar la escena y luego buscábamos algo que nos sorprendiera, y fue muy satisfactorio.

Fuente: La Vanguardia