Hurgar en la historia del origen de Santa Claus o San Nicolás nos podría conducir por un recorrido complejo por muchas tradiciones y regiones del mundo hasta llegar a la figura que hoy se conoce popularmente. Para Klaus, el primer largometraje animado de Netflix, el talentoso animador español Sergio Pablos optó por crear su propia mitología para describir la procedencia de cada uno de los principales elementos que le brindan identidad.
Un curioso acierto es que, a pesar del título, el personaje protagónico no es el Señor Klaus, sino un cartero llamado Jesper. Y no cualquier cartero. Se trata del heredero de todo un emporio postal. Un despreocupado joven que disfruta su privilegiada posición económica, indiferente a cualquier encargo que se le encomiende. Hasta que su padre prácticamente lo destierra, enviándolo al más remoto rincón habitado, una isla del norte, donde habrá de encargarse del correo de esa población.
Con esa sencilla premisa, Jesper se embarcará en un viaje físico y a la vez de madurez personal, con insospechadas consecuencias para los isleños, para un ermitaño llamado Klaus y el mundo entero.
Resulta refrescante encontrar una propuesta contemporánea en animación tradicional 2D –con el casi ineludible soporte digital–, donde el autor ofrece una identidad visual para sus personajes y escenarios, a la vez que una entrañable y emotiva trama que conmoverá a más de un espectador.
En su ópera prima, Pablos explora con gracia las posibilidades de un hostil y casi monocromático entorno, que podría cambiar gracias a la buena voluntad y sencillos actos generosos. Y una magia muy especial. El humor está presente a lo largo de todo el filme, encontrando sus momentos más afortunados en un personaje incidental, una silenciosa y enigmática niña, y sus insólitas formas de jugar con las zanahorias.
Al igual que en cintas como Batman inicia (2005) de Christopher Nolan o Casino Royale (2006) de Martin Campbell, donde se describen los pormenores que dan origen a los elementos emblemáticos e imprescindibles características de personajes como Batman y James Bond, en Klaus se irán forjando los de Santa Claus. Pero más allá del porqué de los juguetes, el trineo o los renos, el sustento del personaje nos ofrece un conmovedor antecedente para el voluminoso y generoso hombre. Uno tan poderoso que lo podría emparentar con Up: Una Aventura de Altura (2009) de Pete Docter.
En inglés Jesper y Klaus son interpretados por Jason Schwartzman y J.K. Simmons. En español para Latinoamérica, la voz del despistado cartero la brinda el cantante colombiano Sebastián Yatra. Pero quien destaca gratamente es Joaquín Cosío como Klaus. Su reconocible y característica voz funciona a la perfección para un poco sociable y casi monosilábico individuo, que atravesará todo un vaivén de emociones.
Quizás estemos ante el nacimiento de un nuevo clásico para la temporada navideña. Quizás. Eso solamente el tiempo lo dirá. Pero por lo pronto, estamos ante una magnífica oportunidad de disfrutar un ingenioso relato. Algo así como el mito del mito, así de ambicioso es. El destino lo conocemos. Como espectadores, lo divertido es el camino.
Fuente: Cinepremiere