El director Pedro Almodóvar convierte a Antonio Banderas en su alter ego en su nueva película, Dolor y gloria, una cinta que mezcla retazos de su biografía con la ficción que llega a los cines el próximo 22 de marzo con un reparto en el que también destacan Penélope Cruz, Asier Etxeandia, Leonardo Sbaraglia y Julieta Serrano.
“Soy de naturaleza pudorosa pero me he metido en una película que habla mucho de mí”, ha confesado el cineasta este martes durante una entrevista concedida a Europa Press con motivo del estreno de este filme, que narra los reencuentros físicos y los recuerdos de la niñez de un director de cine en su ocaso.
Almodóvar ha destacado que no concibe esta película con otro actor diferente a Banderas, aunque ha admitido que dudó porque esta película requería “gestos minúsculos”, y eso suponía exigir “lo opuesto” a la “vitalidad natural” del actor malagueño. Según ha admitido, todo funcionó porque, entre otras cosas, han compartido muchas experiencias y se han formado “en la cultura de los años 80”.
Por su parte, el personaje de la madre se divide en dos: Penélope Cruz interpreta a la madre del Salvador de la infancia, mientras que Julieta Serrano da vida a una madre anciana. “La muerte de mi madre no sé cuánto tiempo me duró, pero yo la orfandad la sentí con mi madre y no con mi padre”, ha desvelado el cineasta.
Según ha indicado, a su padre le trató menos, porque él murió 20 años antes y porque en ese momento el director estaba “en plena vorágine en Madrid”. De hecho, la semana que murió su padre estrenó Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. “Mi padre me dijo que a partir de su muerte yo iba a ser el padre de familia. Eso en La Mancha es algo que tiene mucho sentido, es un patriarcado y toda la familia depende del hijo mayor”, ha recordado.
Almodóvar no se atreve a pronosticar qué va a pasar con los cines en un momento en el que plataformas como Netflix ganan terreno, pero sí ha expresado cuál es su anhelo. “Mi deseo es que no cierre ninguna sala más y que la gente vuelva al cine. En España sobre todo, donde ha caído mucho la asistencia”, ha dicho.
“Quiero creer que es un proceso reversible”, ha señalado el cineasta, quien no obstante cree que es “maravilloso” que exista tanta oferta, que trae consigo “más trabajo”, por lo que aboga por una convivencia con la “pantalla de la sala”. “El cine nació para ser proyectado en una sala”, ha zanjado.
Antonio Banderas ha señaladoque desde el principio rechazó la “tentación de imitar” a Almodóvar en Dolor y gloria porque “no se trataba de eso”, sino de “retratar un alma que quiere expresar cosas”. Según ha señalado, Pedro decidió ponerle “su pelo, su ropa y su apartamento”, pero hasta ahí llegan las coincidencias, del mismo modo que no se reconoce a Marcello Mastroianni en Federico Fellini en Fellini, ocho y medio’, tal y como ha apuntado.
“Es una reflexión del cine dentro del cine, de la vida, de su familia y de sus amigos, puertas y círculos que había que cerrar, e imitarlo no entraba en la ecuación. Había que ser sutil y entenderlo sin parecerme a él pero dejando notas, olores y sabores”, ha dicho.
La ficción y la biografía del director manchego se entretejen, pero Banderas cree que ha reconocido una experiencia personal de Almodóvar, en un momento en el que “dos cincuentones se dan un beso en la pantalla”. Esta “propuesta no aceptada que sirve para sellar un final” es a su juicio uno de los ejemplos de “reconciliación” y de “aceptación” de esta película y las “cuentas pendientes” que el director “necesitaba cerrar”.
Asier Etxeandia, por su parte, interpreta a Alberto, “un actor en la vida de un director”, con quien Salvador “se fue de fiesta en los 80”, que dio voz a sus guiones, “con quien deja de hablarse y a quien decide volver a acercarse”.
Penélope Cruz interpreta a la madre de Salvador en su niñez, una persona que aunque “ha sido muy importante en su vida”, tal y como señala Cruz, no ha supuesto presión para ellas. Del mismo modo que, según indican ambas actrices, ocurre con la relación del protagonista y la heroína. “Nunca ha estado en su vida, ni ahora ni antes”, ha zanjado la actriz.
Cruz ha destacado que el cineasta manchego ha sido “el gran observador de la mujer”, para quien ha escrito “maravillas”. “Siempre está rindiendo homenaje a la figura de la mujer. Es una suerte tener a alguien que escribe tan bien para la mujer, que nos entiende tan bien”, ha resaltado.
Por su parte, Julieta Serrano, madre en la madurez del protagonista de ‘Dolor y gloria’, no ha sentido ninguna “presión” por dar vida a la madre. “Almodóvar corre ese riesgo de abrirse pero hay muchas cosas inventadas, como creador ficciona la realidad”, ha dicho la actriz, quien nunca tuvo la “intención” de que la madre a la que interpreta tuviera conexión “con el personaje real”.
Nora Navas, que al igual que Sbaraglia debuta con el director manchego, interpreta a su asistente en esta ficción. Según ha destacado, aunque esta película aborda un viaje masculino, cree que hay “equilibrio” entre hombres y mujeres. “Le gustan mucho las mujeres, verlas bellas, y la mujer inteligente”, ha señalado.
Fuente: La Vanguardia