Si antes de ver Capitana Marvel no tenías ni la más remota idea de quienes eran los Skrull, los Kree, la Capitana Marvel, Carol Danvers o Monique Rimbeau, la hija de María Rimbeau, este artículo no es para ti. Por cierto nos da mucha envidia tu bendita y en este caso sana ignorancia porque habrás disfrutado más de la película que cualquier persona que desconfiara de un Skrull y un Kree antes de entrar en el cine. Si ya estabas familiarizado con los cómics de Marvel, si eras capaz de citar algunos datos sobre los Skrull de memoria, entonces tú y nosotros tenemos que hablar seriamente sobre el final de la película. Desde que hicieron su aparición en el segundo número de Los 4 Fantásticos, allá por 1962, los Skrull siempre han sido eminentemente malos, una fuerza invasora y desestabilizadora que invade los planetas en secreto con sus poderes metamorfos y que siembra la paranoia y el caos.
Si eras de los que ya sabían esto, lo normal es que fueras a ver Capitana Marvel con grandes expectativas hacia la maldad innata de la raza Skrull y hacia la amenaza potencial que suponían. Tú ya ibas al cine pensando que iban a dar el cambiazo a diestro y siniestro. Estabas dispuesta/o a sospechar de Nick Furia, de Coulson y hasta de la mismísima Carol Danvers. Hasta tímidamente soñabas con un cameíto en las escenas post-créditos de Spider-Woman... Pero te has encontrado con otros Skrull: con unos Skrull descafeinados, desnatados. Tú y yo estábamos listos para casi todos los posibles giros relacionados con Skrull, menos para éste. Y ahora es cuando vienen los spoilers.
La principal revelación de Capitana Marvel es que los Skrull son víctimas de los Kree; que Talos, el líder de los Skrull y presunto villano de la película, en realidad no era un villano. Es más: es un bueno muy bueno que todo lo que hace, lo hace por su familia. Tiene, sí, las manos manchadas de sangre, pero con una buena excusa. Resulta que ahora los únicos malos son los Kree, aficionados a masacrar a los Skrull por aquello de no querer someterse a sus reglas. Esto, realmente, no es nuevo: en los cómics, la guerra de Kree con los Skrull gira en torno al conflicto interminable entre las dos razas alienígenas. La principal diferencia es que, en los cómics, las líneas entre los "buenos" y los "malos" no están tan claramente definidas. Tanto los Kree como los Skrull son villanos. Son villanos que luchan contra villanos.
Lo que llama la atención al final de la película es que los Skrull no han hecho nada malo. Han usurpado cuerpos, pero no se han desecho de ellos. Básicamente no matan a nadie. Y, entonces, claro cambia por completo el orden de las cosas en un fan marvelita: venga, si no son malos malísimos, ¿qué son entonces? ¿Nos sigue interesando la posibilidad de que algunos de ellos no viajaran en la nave de Talos al final de la película a la búsqueda, con la ayuda de la Capitana Marvel, de un lugar tranquilo donde vivir alejados de los Kree? ¿Ya está?
Cuando entramos en el cine pensábamos en Invasión Secreta, la gran saga de Marvel orquestada por Brian Michael Bendis que nos mostró a unos Skrull malos malísimos que habían suplantado a los superhéroes. Maldita sea, si hasta esperábamos que esto pudiera asomar la patita en Endgame. Nada de reinas Skrull, como si de una reina araña se tratese. Nada de agentes dobles. Ahora son refugiados y no tienen pinta de ponerse e invadir en el Marvel Cinematic Universe. Huyen de tiranos, así que no tienen pinta de irse a convertir en tiranos.
Fuente: esquire