Esto opinan los críticos de Roma, el peliculón de Cuarón

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 16-12-2018

Preguntado en el pasado Festival de Venecia por la polémica con Netflix y el posible estreno en salas de Roma, Alfonso Cuarón respondió con una pregunta: “Ustedes son gente de cine, ¿cuándo fue la última vez que vieron una película de Robert Bresson en la gran pantalla?”. El francés estrenó algunas de sus obras más aclamadas entre los años 50 y 60, por lo que, fuera de proyecciones especiales de Filmoteca, es probable que la respuesta de gran parte de los presentes fuese “nunca”. El cineasta mexicano parecía querer decir que, aun habiendo visto todas sus películas en la pantalla del ordenador, muchos cinéfilos le consideran uno de los grandes del séptimo arte. Y así es.

“Tarde o temprano nuestras películas van a vivir en ese formato, y no creo que haya que enfrentarlo con el visionado en salas: hay que encontrar una manera de que vivan de forma armónica”, ha asegurado, de un modo conciliador, insistiendo en que lo realmente importante no es en qué formato se vea, sino que los espectadores tengan la opción de elegir y que, al final, la película “no se pierda en el tiempo”. Sin duda, la suya era una de las declaraciones más buscadas: su nueva película, basada en sus propias memorias de la infancia, formó parte de la polémica cuando Netflix la sacó de la competición del Festival de Cannes el pasado mes de mayo, negándose a darle el estreno comercial que pedía la croisette. Poco después, la película conseguiría el León de Oro en Venecia.

Alfonso Cuarón ha defendido a Netflix no sólo con palabras, sino de la mejor manera inimaginable: regalándoles una película absolutamente deslumbrante, tanto en forma como en contenido, que además es el proyecto más personal que jamás ha rodado el cineasta. Roma nos cuenta la historia de Cleo (Yalitza Aparicio), una sirvienta en casa de una familia adinerada, con la que convive y para la que ejerce de una mezcla completísima de niñera, limpiadora, cocinera y, también, amiga. Ella es una más de la familia, aunque siempre salvando ese escalón social que la separa de todos ellos. Una frontera infranqueable.

Cuarón forma parte de esa historia. Él es -o, mejor dicho, fue- uno de los niños que correteaban por la casa. Su Cleo se llamaba en realidad Libo, a quien dedica la película, y todo esto es para él un proceso transformador: intercambiar los recuerdos de su niñez, donde la veía como una segunda madre, a darse cuenta, a través de extensas conversaciones con ella que han servido para moldear la trama del filme, que nunca la vio como una mujer. Una que, además, no tuvo una vida nada fácil. Tampoco la tuvo su madre biológica, la Sra. Sofía (Marina de Tavira), retratada como el otro pilar irrenunciable del hogar de esta versión paralela de los Cuarón, residentes en el México D.F. de los años 70.

Roma es una historia sobre mujeres fuertes en constante estado de supervivencia. Es su estado natural. Mujeres que trabajan, que son madres, que se enamoran, que sufren, que esperan, que toman las riendas, que tienen sexo, que son abandonadas y lloran y se enfadan y salen adelante. Es lo que hacen. “No importa lo que te digan: siempre estamos solas”, le dice Sofía a Cleo en cierto momento de la película. Solas, sí, pero nunca derrotadas. Esta es una carta de amor de Cuarón a las mujeres de su vida, que, según ha contado, “fueron las que estuvieron en casa para levantar a la familia”. Mujeres valientes que protagonizan una película que no habla de sus grandes aventuras, sino del infravalorado y agridulce papel que les tocó adoptar. Una mirada que nace de la experiencia personal para tornarse profundamente universal.

Más allá de su homenaje, que rebosa complejidad y huye de los grandes eventos para abrazar la cotidianidad, la película es un prodigio también en lo formal. Sus amplias panorámicas nacen de la necesidad de Cuarón de desmarcarse de la historia, de mirarla con cierta distancia, para contar una historia que él, como infante, no experimentó de la forma que realmente fue. También es una forma de incluir el contexto de la época, que se desenvuelve por detrás de los personajes a veces de forma silenciosa y otras, como en la manifestación estudiantil, de forma atronadora.

Tras películas como Hijos de los hombres (cuyos planos secuencia e impactantes composiciones en el marco de la distopía se trasladan aquí a una suerte de costumbrismo mexicano) o Gravity (por la que se llevó el Oscar a Mejor Dirección, y a la que hace guiños en este nuevo filme a través de Atrapados en el espacio, quizás apuntando de dónde vino su interés por la ciencia ficción siendo un crío), y ahora esta apabullante Roma, es imposible no considerar a Cuarón como uno de los cineastas más interesantes del momento. Sus méritos le preceden, y sus nuevos logros engrandecen su espacio en la industria. La norteamericana, la mexicana o la que le apetezca.

Fuente: esquire

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