Cine: Oso intoxicado, tan atractiva como divertida

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 19-03-2023

Pocas cintas llegan a los cines con una premisa que es, por partes iguales, tan atractiva como es ridícula. La historia de la película Oso intoxicado, la cual retrata a un oso pardo que se vuelve adicto a la cocaína y que, en su insistencia por consumir más, asesina a cada ser humano a su paso, suena como un sinsentido. Sin embargo, la directora Elizabeth Banks consigue añadirle la sustancia necesaria al argumento como para hacer de esta película una experiencia surreal y divertida.

Por increíble que parezca, este filme está vagamente inspirado en hechos reales. En 1985 el agente de la policía Andrew Thornton encontró en el tráfico de drogas la ocupación perfecta para ganar unos dólares extra. Una noche mientras trasladaba 35 kilos de cocaína en una avioneta, un desperfecto de la aeronave y una mala jugada del paracaídas sellaron su destino. Así se regaron por accidente varios paquetes de droga en la frontera boscosa entre los estados de Georgia y Tennessee. 

Al tratar de ubicar la droga, la policía descubrió que un oso la consumió por accidente y como resultado murió de una sobredosis. La historia por sí sola es curiosa. No obstante, la magia del cine no pudo evitar preguntarse qué habría pasado si el animal se hubiera cruzado con seres humanos en su camino y cómo sería su reacción al pasadón de polvo blanco. 

Tiempo después, el escritor Jimmy Warden se dio a la tarea de imaginar esta historia lo más cinematográficamente posible. Redactó un guion con tintes de thriller, pero especialmente con mucha comedia. Oso Intoxicado toma como inspiración el género del slasher, pero sobre todo apunta a la comedia de situación y al absurdo, para sacar provecho de todos los escenarios posibles en los que un oso adicto a la cocaína puede ser el gran protagonista y villano.

Precisamente uno de los puntos fuertes de la película es ese cruce de géneros que no permite saber a ciencia cierta qué es lo está sucediendo en pantalla. En ocasiones es un slasher muy noventero, en otras es un thriller policiaco y en sus mejores momentos es una comedia digna de la pluma de los hermanos Wayans. Es esa sensación de expectación y temor de ver algo que resulte en un sinsentido lo que mantiene los ojos atentos a la pantalla.

Visualmente es como cualquier otra película de serie B, sin nada especial o llamativo. La puesta en escena ideada por la directora Elizabeth Banks brilla en varios momentos que se quedarán en la memoria del espectador. Secuencias que serán memorables, no por su confeccionado artesanal, sino por la absurdez de su contenido. Ya sean aquellas en donde el oso consume un lineazo de cocaína sobre una pierna desmembrada, o en donde persigue a una ambulancia a toda velocidad. Momentos hay para escoger. 

La cuestión es que Oso intoxicado es una película que tiene grandes momentos, pero que no logra obtener una buena cohesión con todos ellos. Para imaginar una historia circunstancial alrededor del oso, el guion de Warden presenta a un reparto coral que carga con sus propias historias. Los agentes de la policía que buscan el cargamento de droga; la banda criminal delictiva que busca recuperar su cargamento; una madre en búsqueda de su hija que deambula por el bosque; los guardabosques del lugar que pronto se ven superados por la situación; o una banda de adolescentes en búsqueda de problemas.

Aunque cada personaje y cada historia son medianamente interesantes, la película se esfuerza por darle su lugar a cada una. Parece una tarea agotadora para guionista y directora encontrar un ritmo adecuado para manejar las líneas narrativas y hacer que colisionen de forma orgánica. El resultado es como una colección de sketches parecidos a los de Saturday Night Live, en donde cada uno brilla por su cuenta. 

Oso intoxicado sin duda se beneficia de un tono en el que jamás se toma enserio a sí misma. Pero también existen varios puntos en donde aquella ligereza termina por crear momentos muertos, o silencios incómodos en los que las risas de los espectadores deberían llenar el eco. En su búsqueda por exprimir lo más ridículo de cada situación, la narrativa se vuelve dispersa.

Por fortuna, el filme se sostiene gracias al carisma de su reparto. Especialmente Margo Martindale (New Girl) y Isiah Whitlock Jr. (Da 5 Bloods). Intérpretes veteranos que consiguen trabajar con un timing inusual de comedia, y sacar provecho de lo surreal de cada momento. El añadido sentimental es admirar la última actuación del fallecido Ray Liotta, en un personaje que al mismo tiempo hace homenaje y se mofa de sus grandes papeles en el cine de gángsters. 

La realidad es que Oso intoxicado se tambalea entre el cine de comedia bien logrado y un producto comercial que puede ser olvidable. La mano de Elizabeth Banks no es del todo virtuosa, como ya habría demostrado en sus anteriores cintas (Notas perfectas 2, Los Ángeles de Charlie). Sin embargo, es lo particular de su historia y la posibilidad de enfrentarse a una aventura que escapa de los límites de la cordura, lo que hace del filme una experiencia medianamente satisfactoria. Las risas no van a faltar, aunque podrían ser más.

Fuente: Cinepremiere/ Luis Angel H. Mora

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