Desde su arranque, la película Un jefe en pañales 2 alude sin tapujos su origen, reforzando la idea de la importancia de la imaginación infantil. Lo curioso es que ya no lo vemos desde la perspectiva de un infante. El pequeño Tim (James Marsden) ha crecido y ahora es papá de dos niñas, pero no ceja en explorar y explotar su propia creatividad.

La crisis de celos que Tim vivió ante la llegada de un hermano menor, ahora se convierte en aprehensión por una hija que en su proceso de madurez emotiva e intelectual, marca distancia ante su progenitor. Las mamás y papás de la audiencia de la película Un jefe en pañales 2 reconocerán que el tema no es para nada irrelevante. Sumado a eso, a lo largo de los años se ha distanciado de su hermano Ted (Alec Baldwin).

Al igual que en el filme original, las tribulaciones en torno a la familia serán favorablemente susceptibles ante la misión que haya que cumplir por parte de Baby Corp, el celestial espacio de donde provienen los bebés. Y en especial, aquellos bebés que tienen posiciones gerenciales y ejecutivas. Como Ted.

De la conspiración de los cachorros por el afecto humano, pasamos en esta nueva entrega a un complot para independizar a los niños de sus padres. Éste es maquinado por un individuo llamado Dr. Erwin Armstrong (Jeff Goldblum, deliciosamente desatado en la megalomanía). La tarea requerirá un peculiar proceso de regresión para los personajes principales.

Con los antecedentes del director Tom McGrath en la trilogía de Madagascar, Megamente y Un jefe en pañales, el ritmo y graciosas ocurrencias de Negocios de Familia están garantizadas. Se lamenta, sin embargo, que el interesante planteamiento no evolucione más allá del de su predecesora.

Fuente: Cinepremiere