El número 41 es uno que por mucho tiempo ha estado asociado a la cultura gay mexicana. La cinta 'El baile de los 41', de David Pablos, nos explica el porqué. En esta somos testigos de un suceso real del siglo XIX, en el que Ignacio de la Torre, esposo de la hija del presidente Porfirio Díaz, lleva una vida secreta en una sociedad gay clandestina, que eventualmente es víctima de una redada que pasaría a la historia como "el baile de los 41". ¿Qué tan cierta es esta historia? Aquí los hechos.
El baile de los 41, disponible en Netflix, hace referencia a un baile que se celebró el 17 de noviembre de 1901 durante el gobierno de Porfirio Díaz en la colonia Tabacalera, en la Ciudad de México en 1901 –específicamente el 17 de noviembre– en la que hubo una redada ocasionada porque la mitad de los hombres presentes estaban vestidos como mujeres.
Originalmente, la gendarmería llegó con el objetivo de ver si la casa contaba con licencia para ofrecer un baile, al escuchar ruido proveniente de su interior a las tres de la mañana. Sin embargo, las cosas se desviaron cuando los policías se percataron del peculiar tipo de invitados. Así, comenzaron las detenciones.
Los invitados en cuestión eran jóvenes de clase media y alta, y entre ellos se encontraba el yerno de Porfirio Díaz: Ignacio de la Torre y Mier. Según algunos historiadores, había 42 hombres, pero al percatarse de la presencia de Ignacio, los gendarmes lo dejaron escapar. De ahí el número 41. Los arrestados fueron trasladados a la cárcel de Belén, una prisión que existió entre 1862 y 1933, conocida históricamente por sus condiciones deplorables, debidas principalmente a que el inmueble era originalmente una escuela y no se acondicionó de la mejor manera, así como por su sobrepoblación y la falta de higiene y alimentación decente en los internos.
Algunos invitados al baile salieron libres después de pagar fianzas. A otros los llevaron a Veracruz y a Yucatán a realizar labores domésticas para batallones locales.
El baile de los 41 tuvo una fuerte relevancia mediática en la época. José Guadalupe Posada hizo un grabado al respecto, en el que mostraba a 41 hombres bailando, con la mitad de ellos usando vestidos. A la par, distintos periódicos hablaron sobre los valores de la familia mexicana.
Años después, en 1906, Eduardo Castrejón publicó la novela Los cuarenta y uno, en la que descarta la presencia del yerno de Díaz, e insinúa que el asistente número 42 era, en realidad, una mujer.
Fuente: Life and Style