El gran cuento de los osos es una fábula animada en 2D, contagiosamente alegre, entretenida y colorida de Lorenzo Mattotti. Adapta el cuento gráfico La famosa invasión de los osos en Sicilia (título original del filme) de Dino Buzatti. Como buena fábula, en medio toca temas como codicia, muerte, secuestro, traición, discriminación y violencia. Pero también habla de sacrificio, magia, amistad, honestidad y valentía para apuntalar mensajes sobre la convivencia armoniosa, la aceptación de las diferencias, el amor por la familia, el ejercicio responsable del poder, la búsqueda del bien común, la protección del medio ambiente, la lealtad y el rechazo de los totalitarismos y las élites de cualquier tipo.
La diégesis se desdobla en dos relatos y dos prólogos con dos narradores que cuentan historias dentro de la historia. Para así convertir el filme en una especie de matrioska narrativa que resalta por su sencillez para hacerse entendible para espectadores de cualquier edad y por la forma como enlaza temas tan profundos. El relato es ágil y rápido, hecho de episodios breves que culminan con música y bailes pegajosos.
La historia comienza con un hombre y una niña que buscan refugio en una cueva para pasar la noche helada en medio de la montaña. Ahí encuentran a un oso imponente pero nada feroz, a quien le cuentan la historia de un padre y su hijo en deuda por haberlo despertado.
El padre, Léonce, y el hijo, Tonio, son osos, y mientras Léonce, el rey de los osos, trata de enseñarlo a pescar, Tonio se pierde. Sumido por la culpa, el padre sale de su letargo para ir por su hijo cuando le llegan noticias de que puede estar con los hombres. Creyendo en la bondad de estos, va a buscarlo para encontrarse al mago Teophile. A quien envió el Grand Duc, gobernante del pueblo de Sicilia, a detener la invasión que había predicho. Entonces se desatan las enseñanzas y conflictos de una forma tan natural y sofisticada que no hay modo de no caer ante la hipnotizante narrativa de Mattotti. Toda sencillez en una época de complicaciones gratuitas.
Mattotti hace referencia a la tradición del relato oral, a los cuentos de los juglares. Para así insertar su compleja propuesta de narradores intradiegéticos sin que estorbe ni tropiece a la película. Por el contrario, suaviza la dura trama de la pérdida de un hijo, las guerras y las muertes con gags deliciosos como si se nos estuviera contando una historia antes de dormir, tal y como realmente ocurre.
Con rapidez, Léonce concluye rápida y felizmente su búsqueda, pero ahí no acaba el cuento. La niña y el hombre sí han concluido su relato, pero el oso tiene todavía algo que contar. Así, la historia narra la convivencia entre osos y hombres. En cómo el alma puede ser corrompida por los deseos y el hambre de poder. Cómo se puede enceguecer el más visionario en un afán proteccionista que acaba por convertirse en gancho para el totalitarismo y la discriminación. Y cómo el amor puede ser una poderosa herramienta para sacar lo mejor de cada uno.
Fuente: Cinepremiere/ Javier Pérez