La primera película de Mortal Kombat vio la luz en 1995 y tuvo una recepción mixta por parte de la crítica. Esto debido a que las actuaciones y la trama no eran precisamente lo mejor que se haya visto en esas fechas… semanas antes estrenaron Power Rangers, El juez Dredd y Batman Forever. Para entonces el público ya tenía una resaca de adaptaciones que pecaron de infantiles.

Sin embargo, con los años y su eventual estreno en video, la película de Motral Kombat comenzó a adquirir un status de culto entre los fans del videojuego, gracias a que la cinta de Paul W.S. Anderson había respetado el concepto visual de los primeros videojuegos y la mitología, algo que un año antes no cumplió la adaptación de Street Fighter.

16 años después (habrían sido 15, pero sucedió la pandemia), llega una nueva adaptación de la mano de Warner Bros. quienes ahora son los dueños de la franquicia con la subdivisión de Warner Games. Esta nueva película de Mortal Kombat logra ser una adaptación mucho más fiel que la primera cinta, al llevar los fatalities al extremo en pantalla y sin temor a que una clasificación para un público adulto pueda afectar la taquilla de la película.

Para que el público ajeno a la mitología del videojuego pueda disfrutar de la película, el equipo detrás de Mortal Kombat creó un nuevo personaje para que los lleve de la mano a la hora de conocer a los héroes y villanos como Jax, Sonya Blade, Kano y naturalmente Sub-Zero. Lewis Tan es el actor encargado de darle vida a Cole Young, un peleador de artes marciales mixtas clandestinas que lucha -literalmente- para llevar dinero a su hija y su esposa, pero pronto descubrirá que es parte de un linaje de luchadores ancestrales y que tiene la misión de proteger al mundo. 

Es así que la trama nos presenta, de forma dinámica y a un ritmo continuo, una serie de personajes que pelean entre sí a la menor provocación. Así desarrollan la historia de un poderoso hechicero del Outworld conocido como Shang Tsung (Chin Han), que quiere ganar por décima ocasión al hilo el torneo de Mortal Kombat y así hacerse del Earthrealm, o como todos las conocemos: la Tierra. 

Desde sus primeros minutos de la película (cruciales de acuerdo a su director), se nos presenta el mundo de Mortal Kombat como un escenario sin piedad para quienes lo habitan, gracias a un sinfín de movimientos de lucha y peleas que evocan la naturaleza del videojuego sin dejar a un lado un aspecto importante: el cine de artes marciales. Es gratificante observar que quienes están detrás de Mortal Kombat son profesionales y amantes de este género, como el caso de Hiroyuki Sanada (Scorpion) y en especial Joe Taslim (Sub-Zero) quien gracias a The Raid se hizo de un renombre dentro del género mencionado.

Sin embargo, a pesar de que las coreografías y peleas están cuidadosamente detalladas, un aspecto con el que batalla la película son sus actuaciones. Naturalmente no esperamos interpretaciones dignas de premios y festivales, pero algunos personajes se perciben más serios de lo que deberían y otros más relajados. Esto es notorio con Kano (Josh Lawson) quien rápidamente pasa de un antihéroe con toques cómicos a un desesperante villano, o Lord Raiden (Tadanobu Asano) quien a lo largo de la película es extremadamente unidimensional y es sólo al final cuando se permite un poco de tridimensionalidad en su caracterización.

Por otro lado, la dupla de Liu Kang y Kung Lao sobresale por la química que hay ente los actores y la preparación que tuvieron los actores Ludi Lin y Max Huang para estos personajes, pues aunque tienen la ‘seriedad’ de Lord Raiden, no se siente un exceso de formalidad en sus interpretaciones.

Naturalmente nos encontramos con guiños al videojuego y la película original: el tema techno de los 90 se escucha en el score de algunas batallas, mientras que frases como «Flawless Victory» o «Fatality» son mencionadas por los personajes (aunque algunas de una manera demasiado forzada… poco les faltó para que fuera una voz en off).

Mortal Kombat ha demostrado ser una franquicia con una vasta mitología y que no sólo se ha explorado en una serie de exitosos videojuegos, sino que además cuenta ya con tres live actions, cómics, novelas, películas animadas y hasta un show en vivo a mediados de los 90, por lo que si los fans y la taquilla lo logran, podemos estar en el primer round de un largo torneo cinematográfico.

Fuente: Cinepremiere