Pinocho (2020), esto opinan los críticos

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 21-03-2021

El clásico cuento de la autoría de Carlo Collodi ha gozado de fama mundial por muchos años, lo cual, inevitablemente, le ha llevado a ser uno de los más adaptados a formatos audiovisuales. Ya sea en televisión o en cine, la historia de la inocente marioneta que desea convertirse en un niño de verdad siempre encuentra un público y, con sus próximas versiones (una de Disney y otra de Guillermo del Toro), es muy probable que lo siga haciendo. La película Pinocho de 2020 aprovecha con creces esa universalidad del relato original y logra a la vez sobresalir con un estilo propio.

Y es que, de hecho, este proyecto no es más que una confirmación del estilo visual y narrativo de su escritor y director, el italiano Matteo Garrone. Resulta difícil describir los elementos que conforman los largometrajes del creativo, pero tal vez el ejemplo más ilustrativo se encuentre en su obra Tale of Tales (2015). En aquel filme, el espectador se encuentra con la mezcla más extravagante, grotesca, surreal y perturbadora que se pueda imaginar, pero los diálogos de los personajes centrales –que son pronunciados con tal sutileza y elegancia que parecen salidos de cuento de hadas– contrastan con las imágenes.

Aquí sucede exactamente lo mismo, pues, aunque se mantienen la magia y la inocuidad de los escritos originales, lo que se nos muestra en la película Pinocho de 2020 es oscuro e incluso deprimente. Sin embargo, mientras que en la producción anteriormente mencionada la combinación no funciona para nada, se puede decir que ahora el recurso sí da resultado, ya que ayuda a que la construcción de personajes se perciba redonda y real. El camino del pequeño que le da título a la cinta, debido a su aspecto físico, es uno de obstáculos y tristeza, pero, al final, la esperanza llega a su vida cuando se le concede su mayor anhelo.

Algo que también ayuda mucho a darle fuerza a este raro, pero intenso y satisfactorio, viaje emocional son las interpretaciones del elenco. Como Pinocho, el joven Federico Ielapi demuestra una solidez notable, ya que es capaz de capturar la rebeldía infantil a la perfección sin dejar de proyectar la ternura que caracteriza a la historia; Por otro lado, Roberto Benigni –quien ya había estelarizado una adaptación previa, curiosamente en el rol del títere– resulta una sorpresa como Geppetto, el creador, o “padre” del niño: en esta ocasión, el comediante ganador del premio de la Academia se despoja de su efusiva y alocada personalidad para entregar una actuación que, aunque conserva tintes cómicos, es más contenida y pausada.

En esta misma línea inusual pero atrapante se encuentra el diseño de producción que, en conjunto con la increíble cinematografía naturalista de Nicolaj Brüel, realmente nos hace sentir en las páginas de un libro. Con escenarios que constantemente se debaten entre un aspecto realista y fabricado, la experiencia es sensacional. Las calles parecen haber sido pintadas a pinceladas.

Otra cosa que se le puede aplaudir a la cinta es el trabajo que se realizó en el apartado de maquillaje. Optando por utilizar efectos prácticos en lugar de CGI, Garrone logra que el aspecto de todo se sienta orgánico.

Con todo esto, se tiene que la película Pinocho de 2020 no es para todos los gustos y, por momentos, resulta visualmente desconcertante (en particular durante escenas que involucran al grillo y a un pez con facciones excesivamente humanas), pero no por eso es poco interesante. Si lo que se busca es un sello autoral diferente, eso es lo que se obtiene. Y si esto no fuera suficiente, su enfoque en temas entrañables, como la importancia de la familia y de perseguir los sueños, es un agregado totalmente efectivo.   

Fuente: Cinepremiere/José Roberto Landaverde

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