Renault Kwid 2019, la propuesta futurista

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 07-04-2019

AutoCosmos informa que las primeras veces veces que pasó por nuestros oídos el nombre Kwid fue por el año 2014 en el Salón de Nueva Delhi, en donde Renault presento un futurista auto conceptual, y en donde dejó muy claro que los autos para los mercados emergentes no tenían por que ser carentes de propuestas novedosas, al grado que el Kwid ofrecía un “Drone” integrado para que el conductor pudiera revisar el terreno con el aparato volando en avanzada.

Nostalgia

Ya que hablamos del concepto Kwid y su innovador diseño, me remontaré al Siglo XX, específicamente a los años sesenta, en donde Renault presentó un vehículo con unas características innovadoras para la época, y me refiero a la 4L que dio a conocer cosas que marcaron las bases de muchos de los modelos de la marca del Rombo, para empezar el sistema de tracción delantera, o la conformación de la carrocería que nos guste o no el nuevo Kwid guarda similitudes

El nuevo Kiwd

Ahora si, después de estos prólogos históricos vamos a concentrarnos en este nuevo modelo que mucha falta le hace a Renault México, y que podemos resumir como una apuesta cuyas premisas son la seguridad y la economía.

Lo más plausibe que noté en el Kwid es que ofrece cuatro bolsas de aire en todas sus versiones, además de los ya obligados frenos ABS, quizá un Control de Estabilidad no le vendría mal en futuras versiones.

Las dimensiones

Es un vehículo pequeño, como ya lo comenté del segmento A –de entrada- con unas cotas y medidas contenidas ya que de largo solamente mide: 3,680 mm, de ancho: 1,570 mm, alto: 1,470mm y por último la distancia entre ejes: 2,422mm. El peso es muy bajo, solamente 764 kilos y la capacidad de carga es de 399 kilogramos (incluyendo pasajeros). Como dato netamente comparativo les decimos que la longitud total del Kwid es menor a la distancia entre ejes de una Chevrolet Cheyenne Doble Cabina, que mide: 3,745mm ¿Se lo imaginaban?

El Motor

Otra novedad de Renault en México, ya que el Kwid porta un motor de aspiración natural de reciente desarrollo denominado SCe (Smart Control Effficiency) de 1.0 litro de desplazamiento de tres cilindros que ofrece una potencia de 66 hp en el rango de las 5,500 rpm y genera un torque de 69lb-pie a las 4,250 revoluciones que nos promete rendimientos cercanos a los 20 km por litro. La transmisión es de accionamiento manual tradicional de cinco cambios y la tracción es en el eje delantero.

La suspensión delantera es McPherson con barra estabilizadora y el eje trasero es semirígido, los frenos son de disco en el eje delantero y de tambor en el trasero, los rines son de 14 pulgadas fabricados en acero estampado con tres puntos de fijación en todas las versiones y calza llantas 165/70.

Los interiores

Sin olvidar que nos encontramos en un vehículo de inicio de gama en los interiores descubrimos plásticos duros, de buena apariencia, acabados coherentes al precio y algunos detalles que realmente me sorprendieron, como la combinación de las tapicerías en materiales que se aprecian resistentes y bien armonizados, y ya que estamos hablando de los asientos, los delanteros solo ofrecen ajustes de cercanía y inclinación del respaldo, más no hay un ajuste de altura en el lugar del conductor, la banca trasera tiene tres cinturones de seguridad y tres cabeceras, pero difícilmente tres adultos de complexión normal caben ahí. La cajuela ofrece 290 litros de capacidad, pero si abatimos el respaldo trasero podemos aumentar la capacidad de la misma hasta en 1,100 litros.

Infoentretenimiento

Hoy esta palabra es una de las más importantes en la jerga del probador automotriz, esa compatibilidad con nuestra vida cibernética y esa vinculación entre nuestros dispositivos -auto y teléfono- se ha vuelto simplemente en una primera necesidad, y pensando en ello Kwid está dotado de esa ansiada compatibilidad llamada “SmartPhone Replication” o mejor conocida como Andriod Auto o Apple CarPlay. Seguramente el simple hecho de la posibilidad de “emparejamiento” con los teléfonos móviles será un detonante de compra debido al perfil del cliente de éste segmento.

El manejo

Teniendo en mente las cifras de poder, de torque y el desplazamiento del motor sumando que nuestra prueba se haría a más de 2,220 metros sobre nivel del mar pensé que el desempeño sería muy justo, y lo tacharía de torpe, pero aquí es donde recordé otros detalles, el primero y el más importante es el peso vehicular sumamente bajo, matemáticamente ya no sale tan mal librado pues la relación peso – potencia del Kwid es de 11.57 kilos por caballo de fuerza y aunque a nuestra altura los motores aspirados pierden hasta el 25 % de su potencia el bajo peso le ayuda muchísimo.

Emprendiendo la ruta en ciudad el Kwid se comporta de un modo netamente predecible, el pedal del embrague es suave y hay que acostumbrarse un poco a la carrera del mismo, las aceleraciones en transito citadino son constantes y gracias al tamaño en general se vuelve ágil e invita a buscar recovecos en el flujo vehicular, el motor de tres cilindros emite un sonido ronco, muy característico de las configuraciones nones y los tiros de la palanca son largos a mi gusto pero precisos, los cambios se pueden hacer desde muy bajo régimen de vueltas, de hecho en el tablero hay un testigo lumínico que nos sugiere que hagamos el cambio de relación sea ascendente o descendente según sea el caso.

En carretera las cosas cambian un poco, hasta 110 o 115 km/h el Kwid se maneja con aplomo, pero arriba de esos promedios, la ligereza, las dimensiones y altura empiezan a cobrar la factura y en ocasiones superando los 120 km/h empieza a flotar requiriendo mucha más concentración en el manejo pues hay que corregir el rumbo que se torna errático, máxime si hay mucha turbulencia encontrada en el flujo vehicular provocada por vehículos de mayor volumen. Entendamos que el Kwid no tiene ningún tipo de pretensión deportiva.

Conclusión

Un producto que le hacía falta a la marca del Rombo, netamente citadino por debajo de los $200 mil pesos, regresando a sus orígenes con vehículos simples pero propositivos, si bien son de un segmento de entrada, no tienen que ser feos o de diseños viejos. Sus competidores directos son: el Beat Hatchback o el March de Chevrolet y Nissan respectivamente, los otros dos “NANO SUV” que compiten con Kwid en aspecto y espacio: el Mobi de FIAT, que tiene un diseño propositivo, pero baja calidad de materiales y acabados a un precio muy similar además del Suzuki Ignis –que es mi favorito en diseño- pero cuyo precio y prestaciones son mucho mayores.

Eso si, en seguridad, con cuatro bolsas de aire en la versión base les gana a todos y ese es un hecho que hay que premiar.

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