Autocosmos informa que el Desierto de Atacama en Chile, uno de los lugares más secos del planeta con escenarios más espectaculares, uno detrás del otro fue hace un par de semans, el escenario perfecto para conocer de primera mano al primer SUV con formas de coupé de Audi, es decir la nueva Q8.
Autocosmos estuvo presente (para leer ese primer contacto, haz clic aquí) y vaya que quedamos nos quedamos con un gran sabor de boca. Sin embargo, recientemente tuvimos la oportunidad de volver a manejar la Q8 2019, ahora en Alemania, concretamente en los alrededores de Ingolstadt, en donde se ubican los cuarteles generales de la firma de los cuatro aros.
Desde antes de empezar, vale la pena platicar la experiencia, ya que al llegar al aeropuerto de Munich me dirigí a un lugar denominado Audi Sphere, ubicado a unos 5 minutos caminando de la puerta de llegadas. El espacio es una mezcla entre un concesionario y un lounge de primera clase, donde por cierto estaban exhibidos una Q3, un A1, ambos de nueva generación, así como un A6 Avant con tantos opcionales como era posible.
Ahí me registré y mientras esperaba a que trajeran la Q8 que iba a probar, me ofrecieron algo de beber en la suntuosa barra del lugar, tenían de todo, pero me tuve que conformar con un vaso de agua con gas, puesto que me disponía a manejar en unos instantes.
Llegó una Q8 en color plata, ya la había visto en persona, pero únicamente en Autoshow y por alguna razón siempre al estar exhibidos los coches en los estands de los salones, es difícil hacerse una idea de cómo se verán en la calle. Por principio de cuentas, la Q8 se ve menos grande de lo que en realidad es y parece en las fotos, sin dejar de tener en cuenta que se trata de un vehículo de generosas dimensiones.
Apariencia intimidante
Destaca la nueva parrilla octagonal que tiene un gigantesco bisel que dependiendo de la configuración, puede ir al color de la carrocería o bien en gris grafito o negro, la de nuestro auto de prueba también en plata, con lo cual se pierde un poco el efecto llamativo que logra principalmente en el color grafito, que es a mi juicio como se ve mejor. De ese gran marco se desprenden los alargados faros con tecnología full LED, así como las gigantescas entradas de aire inferiores. En conjunto la apariencia es bastante intimidante.
No hay demasiados trazos en cofre o costados, se notan más bien limpios, aunque los que hay son muy marcados. Por último, la parte trasera que por cierto está muy bien lograda cuenta con una aplicación acristalada en color ahumado que cruza de lado a lado en donde se alojan las luces traseras.
Lujo ultra moderno
Puertas adentro, resalta el nuevo lenguaje de diseño para los vehículos de gama alta de Audi, en donde encontramos tres pantallas, el ya conocido Virtual Cockpit que sustituye a los relojes análogos del cuadro de instrumentos y otro par más ubicadas una arriba de la otra y ambas táctiles.
La superior de 10.9 pulgadas y la inferior de 8.6, ambas de altísima resolución y enmarcadas por una gran superficie en negro piano que de alguna manera genera una percepción de que buena parte de la cabina es una sola pantalla de titánicas proporciones.
Los materiales son de inmejorable calidad y sorprende lo bien lograd aque está la combinación de texturas y colores. Por ejemplo, nuestra Q8 con un interior en gris y café, con insertos en madera de un gris ligeramente más oscuro, sin verlo y pensando solo en los colores no habría pensado que el resultado podía ser tan bueno. Hay remates en aluminio satinado, así como algunos perfiles cromados que en conjunto con la iluminación logran una atmósfera increíble.
Una solución con dos pantallas podría parecer demasiado y se corre el riesgo de caer en distracciones. Sin embargo aquí no es el caso, la interfaz oscura y que despliega controles minimalistas es muy lógica y fácil de usar. Además, estas pantallas cuentan con feedback háptico y acústico, que crea una sensación de que estamos tocando un botón. Y finalmente, la usabilidad del sistema, en algunos casos se asemeja a la de los dispositivos móviles de última generación, por lo que todo se facilita aún más.
La pantalla superior nos muestra la cámara de reversa, el sistema de audio, navegador, etc. La inferior muestra los controles del climatizador y ofrece algunos accesos directos a funciones como el control de modos de manejo desactivar el modo Start/Stop y activar el Head-Up display, así como ingresar datos mediante reconocimiento de escritura.
Por último, los controles de voz ahora son mucho más naturales, similar a los asistentes personales como Siri, Cortana o Alexa, basta decir “hace calor” para que el sistema entienda que hay que subir la intensidad del aire acondicionado.
Manejo
Con 4.98 metros de largo, la Q8 es un vehículo muy grande, sin embargo, al conducirla se siente bastante más ágil y fácil de llevar de lo que esperaba. La motorización, TDI V6 de 3.0 litros con 286 hp y 443 lb-pie que no va a llegar a México, para nuestro mercado estará disponible un V6 de 3.0 litros, con 335 Hp y 369 lb-pie de torque.
Es una pena que acá no tengamos los motores a diésel como este, simplemente es fantástico, tiene un torque descomunal y desde muy abajo, con lo cual las aceleraciones son MUY contundentes, violentas incluso.
La transmisión es automática de ocho velocidades, mientras que la tracción es a las cuatro ruedas vía el sistema quattro, además hay suspensión neumática adaptativa y eje trasero direccional. Es decir, la Q8 aprovecha los mejores componentes disponibles dentro del Grupo Volkswagen.
Luego de los primeros kilómetros lo primero que destaca es el extraordinario refinamiento que entrega la Q8, es increíblemente silenciosa y aislada, más sorprendente aun es que las puertas no tienen marco y comúnmente esto se traduce en mucho ruido de viento a elevadas velocidades. Y bueno es hasta los 200 km/h (benditas autobahns) que ese sonido se empieza a notar más. Sin importar la velocidad se siente segura y bien plantada, va como si fuera sobre rieles.
El carácter cambia por completo al elegir entre modo de manejo confortable o deportivo, gracias a que los ajustes impactan en: altura y rigidez de la suspensión, dirección, comportamiento de la transmisión y respuesta del motor, es en verdad como tener dos autos completamente distintos. Aun con lo anterior, se mantiene siempre una sensación de sofisticación y modernidad muy agradable.
Debido a la época del año, en Alemania poco antes de las cinco de la tarde ya estaba completamente oscuro, por lo que el trayecto de regreso, de Ingolstadt a Munich me permitió disfrutar de una buena dosis de manejo nocturno.
Con las pantallas encendidas e iluminación de LED, el interior es todavía más impresionante de noche, parece nave espacial, adicionalmente el sistema de visión nocturna es una ayuda que no había caído en conciencia de que fuera tan útil. Y es que a velocidades de autobahn, te permite detectar perfectamente los vehículos desde mucho más lejos de lo que la propia vista es capaz de hacerlo, entonces, en el Virtual Cockpit, los autos se ven casi en color blanco, con lo cual ya sabes en donde están desde mucho antes y ello te permite manejar más relajado.
Conclusión
La Q8 en realidad no representa una revolución para Audi, sino una evolución, una que por cierto parece muy lógica y congruente.
Mantiene los aspectos característicos de la marca, tanto por la experiencia abordo como por la dinámica de conducción, pero los mejora sutilmente al tiempo que les imprime un aire de modernidad que era más que necesario para competir en un segmento que no solo exige estilo, sino también mucha tecnología, poder y buen manejo.
Si bien es cierto que la Q8 se adelanta un poco a las X6 y GLE Coupé que no deben tardar en renovarse, puesto que tanto X5 como GLE en las cuales están basadas respectivamente están estrenando generación, ya podemos anticipar que el exponente de Audi está a la altura de pelear por la corona de la categoría.
Luego de un segundo semestre se complicó para Audi en nuestro país, puesto que la idea era lanzar toda la gama alta que es completamente nueva, es decir A6, A7, A8 y también Q8, ahora sí está confirmado que la nueva Audi Q8 llegará a México en febrero del año que viene.