Como nunca, la posibilidad de ir a una candidatura a una diputación federal en el proceso de 2018 es atractiva, redituable y muy, muy ambicionada, ya que, con la reforma de 2014, se configura la oportunidad para que los políticos que alcancen una curul estén hasta 12 años consecutivos en San Lázaro, con la reelección, ahora válida, para tres periodos. Nada mal. De ahí que en todos los partidos haya una inédita y alta competencia interna, primero para alcanzar la postulación y, luego, esta se reeditará, con episodios seguramente encarnizados, en los procesos constitucionales en los 15 distritos electorales federales de Puebla.
Desde hace meses, lo mismo en el ala morenovallista y en el PAN que en el PRI y MORENA, principalmente, hay varios apuntados moviéndose ya para ganar el conocimiento y las simpatías en las demarcaciones que aspiran a representar. Es una loca carrera para llegar al Palacio Legislativo de la Ciudad de México.
Esta desaforada aspiración de todos, regidores, alcaldes, diputados locales, ex funcionarios, funcionarios en ejercicio y quienes han pasado algún tiempo en la banca, fuera del cobijo del erario, tiene además para el próximo año una complejidad adicional.
Al perder el estado un distrito, de 16 ahora quedará con 15 legisladores de mayoría relativa, las oportunidades se redujeron.
A esto hay que sumarle la paridad de género que deben cumplir los partidos; es decir, de las 300 candidaturas de mayoría relativa en todo el país, en 150 deben ser postuladas mujeres.
No será fácil en ningún partido llegar a la ansiada curul federal.
En el morenovallismo, en donde no todos son militantes del Partido Acción Nacional (PAN) o panistas de cepa, en la lista de los suspirantes están varios funcionarios.
Cuente y sume: el titular de Desarrollo Social estatal, Gerardo Islas Maldonado, quien primero deberá sortear el tema de su militancia en Nueva Alianza (Panal) y con quién haga coalición este partido.
Agregue usted a Michel Chaín Carrillo, secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico del gobierno de Tony Gali.
Se unen a la lista el subsecretario de Obra Pública y Comunicaciones del estado de Puebla, Xabier Albizuri Morett, quien iría por la revancha luego de perder su oportunidad en las urnas en 2015.
También Manuel Herrera Rojas, operador electoral panista, quien es suplente en la LIX Legislatura local de Pablo Rodríguez Regordosa.
Asimismo, entre los panistas que tienen muchas posibilidades de llegar a San Lázaro está el ex diputado local panista Jesús Zaldívar, director general del Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado de Puebla (Conalep), un hombre cercano a Martha Erika Alonso de Moreno Valle.
También la cuñada de Eduardo Rivera, Denisse Ortiz, quien ya ocupó una curul local.
Los regidores Oswaldo Jiménez López y la ex priísta y exverdeecologista Silvia Argüello de Julián, ahora más vinculada con el Panal, así como la ex diputada federal Blanca Jiménez, son los que están a la vista con actividad intensa tras la candidatura de 2018.
Igual de intensa se libra la batalla por una candidatura a San Lázaro en el PRI, partido en el que los primeros apuntados son varios alcaldes, principalmente algunos del Triángulo Rojo, quienes ven en el fuero constitucional la manta protectora ante posibles procesos futuros por su vinculación con los huachicoleros.
Ahí, sueñan con ser diputados federales los alcaldes de Quecholac, Néstor Camarillo; de Ciudad Sedán, Juan Navarro, y de Tepeaca, David Huerta, quienes están más cerca de verse declarando ante el Ministerio Público Federal, que en un asiento en el Palacio Legislativo.
En los alcaldes que quieren, pero se duda mucho que puedan, está el de Huejotzingo, Carlos Alberto Morales, quien es un descarado aplaudidor de las aspiraciones del subsecretario de la SEDATU a Casa Puebla, Juan Carlos Lastiri Quirós.
Desde el Congreso local, se percibe que buscarán candidaturas federales la lideresa de la CNC en Puebla, Maritza Marín, y el representante de Ajalpan, Rosalío Zanatta.
De los legisladores priístas también Pablito Fernández del Campo busca el ascenso legislativo, aunque se aleja de éste cada vez que comete una de sus habituales tonterías como la de burlarse cínica y descaradamente de las víctimas de los asaltantes del transporte público, el gazapo del año.
Los antorchistas ya ven como patrimonio los distritos de Ajalpan y de Atlixco. Al primero iría el dos veces ex diputado Lisandro Campos Córdova y al segundo algún otro familiar del líder de Antorcha Campesina, Aquiles Córdova Morán.
En su botín por simular el apoyo al PRI, Antorcha también se llevará sin duda una curul plurinominal, que con seguridad ocupará la hermana menor de su dirigente, Soraya Córdova Morán.
MORENA no se queda atrás con los que quieren una curul o que saben que les puede caer de rebote, como José Juan Espinosa, alcalde Cholula y el aspirante más débil a la candidatura al gobierno del estado, y su esposa Nancy de la Sierra, quien como priísta perdió en 2015 en la Sierra Norte.
También cuente usted al líder estatal del partido lopezobradorista, Gabriel Biestro; al ex candidato a la gubernatura, Abraham Quiroz, así como los bartlisttas y ex priístas Ignacio Mier y Alejandro Oaxaca.
Las listas en cada partido parecen interminables, pero dependiendo del género, no habrá más de siete a ocho candidaturas.
Sin embargo, el botín de 12 años en una curul, con un sueldazo de más de 150 mil pesos al mes, canonjías para ellos y sus grupos, poder, influencias, fuero y acceso a negocios turbios, bien valen dar la férrea pelea personal.
Al fin de cuentas, de verdad, ¡de verdad!, cuántos de ellos están pensando en los ciudadanos.
Sí, también creo que ninguno.
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Esta columna volverá el martes 18 de julio.