Ni obsesionada ni obstinada ni ofuscada. Así cuentan que está Martha Érika Alonso respecto a la posibilidad de ser candidata al gobierno del estado de Puebla en 2018.
Quienes han hablado recientemente con ella la han percibido tranquila y serena, pero no impasible ante el muy probable hecho de aparecer en la boleta electoral.
Sus cercanos comentan que está concentrada en su labor como secretaria general del Comité Directivo Estatal del PAN, pero al mismo tiempo consciente, totalmente consciente, de que, al menos hasta hoy, no hay otra figura que le pueda competir en conocimiento, intención de voto, trabajo, estructura y relación con liderazgos regionales.
No les falta razón: ninguno de los otros prospectos –o suspirantes- de Acción Nacional está haciendo lo suficiente –es decir: lo necesario- para convertirse en una verdadera opción, o “Plan B”, en caso de que la ex titular del Patronato del Sistema Estatal DIF no sea la candidata.
Aunque mejoró notablemente sus números tras su primer informe de labores, a Luis Banck le sigue costando crecer en las encuestas. Es un buen presidente municipal: eficaz, sensible a los problemas de la ciudad capital y con estrategia de gobierno, pero sigue sin ser conocido en el interior del estado.
El vocero y jefe de la oficina del gobernador Tony Gali, el senador con licencia Javier Lozano Alarcón, ha elegido el fácil camino de las redes sociales, dejando completamente de lado el trabajo “de tierra”, el que verdaderamente rinde frutos. Puede que dé seguidores y retuits postear todos los fines de semana fotografías o selfies desde los mejores restaurantes y sitios turísticos de Puebla, pero eso no lo hará candidato a gobernador, y menos, mucho menos gobernador.
El diputado y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado, Jorge Aguilar Chedraui, sí se está moviendo y picando piedra, pero luce más preocupado -y enfocado- en la ciudad de Puebla, ya una obsesión. Lamentablemente no le baja a su soberbia, está lejano a los poblanos “de a pie”, y en nada ayuda ir a los barrios, las colonias y las juntas auxiliares presumiendo sus nuevos Ferragamo.
Y, como se sabe, el ex alcalde de Puebla Eduardo Rivera Pérez ha sido inhabilitado por 12 años del ejercicio público; el gallo de El Yunque lo tiene muy complicado para ser candidato a cualquier cargo de elección popular.
La caballada albiazul está flaca.
No es extraño, por eso, que al menos en el “círculo rojo” –ese incierto y arbitrario Reino de la Opinocracia- no se vea otra alternativa para el PAN en 2018 que Martha Érika Alonso, puntera en todas las encuestas conocidas a pesar incluso de sí misma ante la debilidad e inmovilidad de quienes quieren pero no pueden, o quieren pero siempre y cuando la candidatura les caiga del cielo bajo la patética “estrategia” del mínimo esfuerzo.
A Acción Nacional le convendría llegar a la toma de decisiones con por lo menos dos cartas fuertes para la gubernatura, pero hoy por hoy sólo hay una, y esa no es otra que la ex primera dama, quien sin embargo ni se apura, ni sufre, ni se acongoja, y mucho menos se obsesiona.
Al contrario: no deja de trabajar y de estar presente en todo el estado, cumpliendo su tarea partidista y su vocación social que tan bien hizo al frente del DIF estatal, pero completamente consciente de que el proyecto Martha Érika depende ciento por ciento del futuro político de su esposo, Rafael Moreno Valle.
Si el ex gobernador gana la candidatura del PAN a la Presidencia de México, ella de ninguna manera participará como la carta del partido en el poder para Casa Puebla, y entonces habrá que pensar en otra opción. Una opción que no termina de verse.
Pero si Moreno Valle no va por Los Pinos, entonces no habrá vuelta de hoja: irá ella, la mejor carta, la más competitiva para una elección difícil como se anticipa la de 2018, especialmente ante el crecimiento de MORENA, el verdadero peligro para el PAN tras la interminable caída del PRI poblano, metido en sus catarsis y purgas perennes.
Sí, se dice, se comenta, se rumora mucho respecto a Martha Érika Alonso, y eso es algo totalmente lógico.
Se dirá, por ejemplo, que aprovechará su presencia en la tradicional y multitudinaria cabalgata en el municipio de Francisco Z. Mena, el próximo lunes 15 de mayo, para arrancar “su campaña”, aunque de mala fe se omita que cada año, desde hace varios, acude a ese evento en honor a San Isidro Labrador.
A pesar de lo que creen los enemigos del morenogalicismo, a la secretaria general del PAN, respetuosa hasta el exceso de la investidura y la figura del nuevo habitante de Casa Puebla, de ninguna forma le obsesiona ni ofusca la idea de ser gobernadora.
Y es que sabe perfectamente que “cuando te toca, aunque te quites; y cuando no te toca, aunque te pongas”.