De la noche a la mañana, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se ha convertido en el botín político preferido de muchos; hoy por hoy es el oscuro objeto del deseo -y de la desmedida ambición- de priístas, ex perredistas, panistas, petistas y muchos supuestos dirigentes de masas sociales, sin dejar de contar a los líderes de organizaciones sociales e infinidad de simuladores y otros actores de la llamada clase política en Puebla.
MORENA es ya, incluso, la manzana de la discordia entre sus propios miembros, quienes ven con recelo y rechazo a todos los ex militantes del PRI y otros partidos que están por engrosar sus filas.
Y es que el tiempo les ha ganado y nada podrán hacer para evitar la oleada a dicho partido.
El fenómeno de la “perredización” es una amenaza latente entre sus filas y la disputa por las candidaturas o espacios de poder será brutal, pues intervendrán otros intereses políticos.
Para nadie es desconocido, menos aún para las elites del poder, que el partido de Andrés Manuel López Obrador ha dado un vuelco importante y actualmente se coloca entre los primeros lugares en las encuestas nacionales que se han dado a conocer recientemente. De igual forma, su nomenclatura ha sufrido una recomposición en donde se ha incluido a varios hombres de negocios, y la capacidad pragmática del propio López Obrador lo ha llevado a inaugurar otro discurso y se ha involucrado en el manejo de las redes sociales, para convertirse en un difusor digital en todos los espacios públicos y sobre todo entre los jóvenes.
Tal parece que el activismo y lo que sucedió en el 2006 ha quedado en el pasado para AMLO; ahora, de aquella experiencia electoral y política, el caudillo de MORENA se enfila con su propio partido, con recursos económicos propios y con una estructura partidaria que crece como la espuma en varias entidades, hacia las elecciones del 2018, que serán muy disputadas.
Por muchas razones, será su última oportunidad de llegar a Los Pinos, aunque con un ingrediente adicional: las diferentes coyunturas políticas y económicas que se observan en el país, lo están beneficiando y es el precandidato a vencer por parte del PAN y PRI.
Este es uno de los factores que explican por qué el oportunismo y el arribismo político siempre asoman su cabeza, para medrar por las candidaturas, y Puebla no es ajena a estos fenómenos partidarios.
Gabriel Biestro Medinilla, el dirigente local de MORENA, hace lo suyo, construye el partido que dirige y muestra práctica partidaria; sin embargo, no es suficiente para un partido que ha crecido potencialmente en todas las regiones del estado y más aún por lo que representarán los comicios del 2018. Esta entidad es fundamental para cualquier fuerza partidaria, tiene un caudal de votos muy importantes e influye electoralmente.
De ahí que es indispensable conocer una radiografía de los diferentes grupos e intereses que están jugando en MORENA, una situación que rebasará lo local, porque en los momentos que se tengan que decidir las candidaturas, muchos referentes, encuestas e intereses estarán jugando en la mesa de las definiciones nacionales.
Por lo mientras, el ex gobernador Manuel Bartlett Díaz sigue siendo el delgado especial del propio López Obrador en Puebla; a él se acercan y lo buscan infinidad de políticos activos u otros que siguen en la banca. Entre sus activos más cercanos está el abogado Carlos Meza Viveros e Ignacio Mier Velasco, quien hace relaciones públicas en varios frentes, aunque que le sigue guardando lealtad a su amigo Enrique Doger Guerrero.
El sobrino de Bartlett, el diputado federal Rodrigo Abdala, no es parte de la dirigencia estatal, pero, junto con Gabriel Biestro, ya recorre municipios y regiones de Puebla, para fortalecer ambos sus aspiraciones. Tienen un equipo de jóvenes estudiantes y egresados de la BUAP, entre otros, que trabajan en la organización territorial y la gestión de apoyos legislativos.
Por otra parte, es muy relevante el papel de Ricardo Monreal Ávila, Jefe de la Delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México; su más cercano activo es el actual presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, quien aspira a convertirse en candidato de MORENA al gobierno local o negociar una senaduría. Este personaje, que salta en cada coyuntura electoral y quien simula posturas de izquierda, es su más cercano enlace por una sencilla razón: José Juan apoyó con recursos económicos al actual jefe delegacional.
Martí Batres Guadarrama, dirigente de MORENA en la Ciudad de México, no tiene enlaces permanentes en Puebla, pero goza de la simpatía de muchos militantes poblanos, más de los que han dejado las filas del PRD. Ha tenido reuniones con el actual senador de la República Luis Miguel Barbosa Huerta y con grupos de la Sierra Norte.
René Bejarano Martínez, aunque se mantiene en el PRD, sigue teniendo relaciones cercanas con AMLO. Dirige el Movimiento Nacional por la Esperanza y en Puebla sus seguidores son Rosa Márquez, su esposo Jorge Méndez Spínola y su hijo David Méndez. Ayer fueron promotores de la candidatura de Ana Teresa Aranda, actualmente han declarado su apoyo a la precandidatura de López Obrador, buscan impulsar a David Méndez como candidato a una diputación.
Carlos Figueroa es el único poblano que forma parte del CEN de MORENA; es el responsable de la Secretaría de Derechos Humanos, es un investigador de sociología y mantiene relaciones con algunos grupos de académicos universitarios.
Ahora bien, entre los grupos internos se pueden ver a los militantes que se oponen al ingreso masivo de ex priístas, ex perredistas, ex panistas y más.
Abraham Quiroz, candidato a la gubernatura en 2016, y Luis Ortega Morales se mantienen en su trinchera propia, mantienen un trabajo con algunos comités seccionales y municipales.
René Sánchez Galindo, abogado ambientalista que es un miembro fundador de MORENA, aspirante a la candidatura por el gobierno local en el 2015, tiene sus propios comités de base y su presencia es con organizaciones sociales.
Mara Morales, investigadora universitaria, trae un grupo de estudiantes de economía y trabaja con el comité municipal en la capital poblana. Desea una candidatura.
Grupos de académicos de la BUAP y otras instituciones, entre ellos algunos forman parte del consejo consultivo de MORENA, pero tienen poca influencia en sus decisiones políticas.
Horacio Gaspar Lima, ex diputado local del PRD, político cercano a Melquiades Morales Flores, actualmente secretario general de la UNTA-Puebla, que dirige Álvaro Ríos, un dirigente campesino que a nivel nacional negocia con todos los partidos y con el gobierno federal para obtener proyectos productivos; tiene relaciones políticas con el equipo de Ricardo Monreal Ávila.
Marcos Mazatle e Irene Herrera, ambos dirigen una parte del Movimiento Alternativa Social (MAS), un grupo de presión que trabaja cualquier protesta social, acostumbrados a los reflectores de los medios, acérrimos “críticos” del ex gobernante poblano. Ricardo Jiménez recién se dividió de este grupo por cuidar sus propios intereses. Cercanos al PRI, realizan trabajo de oposición en beneficio de Juan Carlos Lastiri.
Guillermo López Mayo, ex dirigente sindical del SUNTUAP, suma a jubilados y trabajadores universitarios que forman parte de MORENA y tienen vínculos con Manuel Bartlett Díaz.
Jorge Sosa Pérez, abogado, activista de Gerardo Fernández Noroña, líder de colonias de MORENA Sur, no forma parte de ninguna instancia en la dirigencia estatal, pero es organizador de varios seccionales.
Ramiro León, activista de la región de Acajete, ex perredista y aspirante a la gubernatura en 2018, trabaja con grupos marginales y campesinos, no tiene ningún referente nacional, tiene presencia en algunas regiones del estado y mantiene una oposición hacia los grupos priístas.
Norberto Amaya, Servando Galindo y Humberto Sotelo, son activistas políticos, miembros en otros tiempos del PRD, su referente nacional es Ricardo Monreal. Mantienen alianzas con el grupo de abogados que encabezan Alejandro del Castillo y Arturo Rivera Pineda, conocidos en el medio litigante como los asesores de la señora Elia Tamayo, a quien encaminaron con la administración pasada de Moreno Valle, para cobrar la indemnización por el caso Chalchihuapan.
José Juan Espinosa, actualmente presidente municipal de San Pedro Cholula, de reciente ingreso a MORENA, su grupo lo conforman sus principales funcionarios: Rodolfo Huerta Espinosa; Manuel Brito Sarmiento (ex de Movimiento Ciudadano); Luis Alberto Arriaga y Alejandro Molina Huerta. Busca ser aspirante a la gubernatura en el estado. Mantiene el rechazo de la militancia en dicho partido, su habilidad política le ha permitido hacer relaciones en la Ciudad de México y es conocido del “Peje”.
De los priístas que desean con todo ser tomados en cuenta por AMLO, está el diputado federal del PRI Alejandro Armenta Mier, quien ha construido un llamado frente amplio “Puebla nos Une”, con la estrategia de tener un pie en el PRI y otro en MORENA. En este frente participan sus principales cuadros de la región y algunos presidentes municipales, también su asesor en temas económicos: Eudoxio Morales Flores, así como los ex panistas Jesús Encinas e Hilario Gallegos. Armenta Mier tiene una alianza con el grupo de Norberto Amaya, Alejandro del Castillo y Ricardo Jiménez, sobre todo para darle una imagen de izquierda y tender puentes con Ricardo Monreal.
El marinista Javier López Zavala, ex diputado federal y ex candidato del PRI a la gubernatura que no tiene ningún vínculo con alguno de los grupos internos de MORENA en Puebla; se mueve más bien con otros enlaces y también presume una relación cercana con un hermano de López Obrador.
Oscar Aguilar, ex diputado federal, activista en la región de Zacapoaxtla y con algunos grupos de colonos en la ciudad, mantiene puentes con Gabriel Biestro, con Bartlett Díaz y con Ricardo Monreal.
Y finalmente, Enrique Doger Guerrero, delegado del IMSS, ex presidente municipal, ex diputado federal y con estructura en algunas regiones del estado, de manera muy diplomática mantiene relaciones a través de Mier Velasco con MORENA.
Todos ellos, más los que se acumulen en los siguientes meses, han convertido a MORENA en oscuro objeto del deseo.
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CHARBEL ESTEFAN LÓPEZ SE DESLINDA DE “EL DELIRIO”
A propósito de la entrega de ayer: “El verdeecologista detrás del fraude de “El Delirio””, recibí esta carta del hijo del presidente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, misma que publico íntegra atendiendo al sagrado derecho de réplica del aludido en la columna mencionada:
ARTURO LUNA SILVA
Director de Pueblaonline.com.mx
PRESENTE.
Sirva la presente para enviarle un cordial saludo, al tiempo de permitirme aclarar la información publicada en su columna “El verdeecologista detrás del fraude de “El Delirio”, referente a mí persona.
Sus fuentes consultadas le dieron datos equivocados, yo no tengo ninguna sociedad ni participación en el desarrollo denominado “El Delirio”.
Le puedo decir de frente y con toda honestidad que desconozco dónde se encuentran dichos terrenos o los trabajos que se efectúan ahí.
La información que maneja en su columna ya había sido publicada con anterioridad en otro medio; en su momento lo aclaré como lo hago con Usted, reitero: desconozco dicho proyecto y no tengo nada más que agregar al respecto.
Sé que su carrera periodística siempre se ha desarrollado con apego a la verdad, que actúa con profesionalismo y buena fe, por eso le dirijo respetuosamente estas líneas.
ATENTAMENTE
CHARBEL ESTEFAN LÓPEZ
@ALunaSilva