La iniciativa de reforma que presentó el gobernador Rafael Moreno Valle para crear gobiernos de coalición a partir de 2018 en la entidad, es una propuesta que busca trascender el tiempo y el ámbito estatal, pero además está en sincronía con otros planteamientos a nivel federal y, principalmente, prevé el futuro de los gobiernos en el país.
Es el primer paso, un antecedente de lo que luego podría traer como consecuencia un régimen semiparlamentario en México.
Y esto comienza en Puebla.
Un sistema así se ha considerado además la única vía eficiente para acabar con los vicios del presidencialismo mexicano y las nefastas prácticas, como virreyes, de muchos gobernadores.
Algunos de ellos hoy están prófugos.
La mayoría del PRI.
La propuesta, por eso, tiene mayor profundidad de lo que hoy se puede ver.
Su mirada ve hacia las próximas cuatro décadas.
No hay que olvidar que los diputados, locales y federales, senadores y alcaldes que elijamos en el próximo proceso electoral, estarán en la posibilidad de ser reelegidos.
Habrá diputados, locales y federales, de hasta 12 años, con tres posibilidades de reelección.
Senadores también de una década y dos años, con la posibilidad de una reelección; y alcaldes de seis, con la vía para buscar un periodo más en las urnas.
Aunque es apenas una idea que se analiza, después de los comicios de 2018, podría llegar al Congreso de la Unión una iniciativa para la reelección de gobernadores.
Es un planteamiento que vendrá inexorablemente.
Es en esa visión con la que más se alinea la propuesta del gobernador.
Sí, cambia diametralmente las reglas del juego del poder en Puebla.
Abona también a la incipiente discusión sobre un nuevo sistema gubernamental en el país.
Más que un fusil, como han querido hacerla parecer algunos resentidos y frustrados con la vida que les tocó vivir, es una reforma que contribuye y camina con otras.
La propuesta del mandatario poblano plantea que los candidatos que ganen con menos de 42 % de los votos deberán construir gobiernos de coalición con las fuerzas políticas que participaron, en proporción de los sufragios obtenidos.
De no concretarse este escenario en un plazo de 30 días, se realizaría una segunda vuelta electoral.
Esa vía se aplicaría solamente cuando la diferencia entre los primero y segundo lugares sea de 5% o menos.
La propuesta que ha sido bien recibida, incluso por la famélica oposición en el Congreso local, se prevé que sea avalada en este mismo periodo, antes de que termine 2016.
Además, hay señales muy positivas para la iniciativa morenovallista desde Los Pinos e Insurgentes Norte, sede nacional del PRI.
Así, Moreno Valle dejará el poder estatal el próximo 30 de enero, con un sistema electoral de avanzada, notablemente innovador en materia de gobiernos coalición y equilibrios de poder.
Colocará a Puebla a la vanguardia de las otras 31 entidades.
La propuesta del aspirante presidencial madruga y sorprende, como siempre, a los priístas poblanos, que siguen enfrascados en sus guerras estériles por las cenizas, por las migajas de su partido.
Sin embargo, también los termina beneficiando como consecuencia colateral.
Aun perdiendo, lo que se ve como destino para el PRI en 2018 en Puebla, podrían formar parte del gobierno.
Esto, si logran que el previsible triunfo de una coalición encabezada por el PAN, logre menos de 42% de los votos.
A pesar de perder, ahora los derrotados aspirarán a participar en las decisiones y ejercicio gubernamentales.
Habrá verdadera cohabitación.
Hay un nuevo horizonte, con más equilibro en eso que llamamos “democracia”.
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En breve habrá relevo oficial en el alto mando de la 25/a Zona Militar con sede en Puebla.
Hace un par de semanas, el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor Marco Antonio Guerrero Corona inició el ritual de las despedidas.
Lo espera un nuevo destino en la estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
A Guerrero Corona se le recordará por su inteligencia, su lealtad, su capacidad para sumar y su entrega a Puebla y la región, donde hizo no pocos amigos.
Fue el 3 de octubre de 2014 cuando asumió como comandante de la 25/a Zona Militar.
Hoy se va con la frente en alto y la satisfacción del deber cumplido.
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Grandes signos de admiración ha causado en los últimos días el diputado por el Partido Nueva Alianza Cirilo Salas Hernández.
Y es que se ha detectado que, en sentido inverso a la estrategia del grupo en el poder, viene operando a favor de los intereses del “gallo” del PRI para la sección 23 del SNTE, que el 15 de diciembre habrá ya de renovarse.
Cirilo Salas está detrás de Eliuth Arturo Bravo González, el candidato a secretario general apoyado por el tristemente célebre ex dirigente magisterial Erick Lara.
¿Qué opinará el gobernador electo, Tony Gali, a quien Cirilo Salas ha jurado fidelidad y lealtad?
No conformes con el doble en juego en el proceso electoral de este año, algunos políticos ligados al SNTE insisten en ir a contracorriente en asuntos de Estado.
Grave equivocación.
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Esta columna volverá a actualizarse en los primeros días de enero.
Twitter: @ALunaSilva