Con mayor energía que las autoridades mexicanas, en el estado de Nueva York (NY), en donde viven cerca de 700 mil poblanos, el gobernador demócrata Andrew Cuomo ha implementado medidas preventivas, defensivas y de acción directa contra las deportaciones que pudiera realizar Donald Trump, una vez que llegue a la Presidencia de Estados Unidos, y para inhibir los ataques racistas hacia la comunidad latina que, preocupantemente, se han disparado.
Hasta el pasado viernes y cuantificados desde la pasada elección, se habían reportado más de 200 casos de cierta gravedad en ese estado.
De los alrededor de 2.5 millones de poblanos que viven en la Unión Americana, casi la mitad se concentra en la zona triestatal de Nueva Jersey, Nueva York y Connecticut, en un número que la anterior cónsul de México en la Gran Manzana, Sandra Fuentes-Berain, calculó en un millón 200 mil.
De esa cifra, al menos 700 mil viven en ese estado, principalmente en ciudades como Buffalo, Rochester y Yonkers.
En esta última localidad del condado de Westcheste, en donde el mayor (alcalde) Mike Spano es cercanísimo a la comunidad oriunda de Puebla, del total de los 202 mil 386 habitantes, 35 mil son poblanos, de acuerdo con el censo de las autoridades de esta ciudad que colinda con el distrito del Bronx.
En la ciudad de Nueva York, la que no hay que confundir con el estado homónimo aunque pertenece a éste, también las autoridades se han declarado en rebeldía contra Trump.
En la también conocida como la Capital del Mundo, en los distritos y barrios del Bronx, Brooklyn, Harlem y Queens, principalmente, están asentados unos 400 mil poblanos.
El alcalde neoyorquino Bill de Blasio, también demócrata y descendiente de migrantes, como el gobernador Coumo, también anunció medidas para convertir a la ciudad en un refugio contra el racismo.
Los dos políticos se han planteado crear una especie de “santuario” en esa zona del norte de la Unión Americana, un oasis blindado contra Trump y los trumpistas.
Claro, en ellos hay mucho interés en ganar la simpatía de la comunidad hispana, para ver a futuro en sus carreras políticas, pero no deja de ser elogiable su actitud.
De Blasio, cuyos abuelos italianos, como millones de inmigrantes desde el siglo antepasado, llegaron a New York City (NYC, en inglés) por la Isla Ellise, advirtió que, de ser necesario, eliminará la base de datos que la ciudad tiene de los indocumentados.
NYC ha entregado desde hace tiempo a los migrantes irregulares tarjetas de identificación, por lo que Trump podría utilizar esa información para la cacería de ilegales.
Tanto las ciudades del estado de NY, como NYC, conforman lo que nuestros paisanos han bautizado en honor a la nostalgia de la tierra original, como Puebla York.
Las medidas de acción para proteger a los latinos, principalmente indocumentados, en el estado y NYC, comienzan con la implementación de una línea telefónica permanente para denuncias y solicitud de asesoría jurídica.
Pasan por la presentación de una iniciativa ante el Congreso estatal, para conformar una División Estatal de Derechos Humanos, especializada en casos de acoso y discriminación.
Y van hasta la creación de una nueva unidad policiaca especializada en crímenes de odio.
Prevención, acción y defensa, todo un Plan Anti Trump y Anti Trumpistas, en NY y NYC.
Esto contrasta con la tenue repuesta del gobierno mexicano, que presentó la semana pasada una estrategia de 11 medidas que son más informativas que de acción.
Si bien no pueden intervenir en una nación extranjera, hace falta un plan más contundente.
Cómo hacer para dar trabajo y opciones productivas a los cientos de miles de paisanos que, en caso de que se cumpla el panorama más negro, regresarán de EU.
Cómo darle escuela a sus hijos, cómo responder ante la posible caída de las remesas, si ya son el principal ingreso del país, por encima de los recursos que deja el petróleo.
Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se implementa esta estrategia que es más informativa y de recomendaciones, que proactiva.
La medida más clara es la operación del número 185 54 63 63 95, en territorio norteamericano, para los paisanos que requieran asistencia de cualquiera de los 50 consulados que tiene México allá, lo que de por sí ya se hacía.
En el estado, el gobernador Rafael Moreno Valle ha descartado que haya deportaciones masivas en el gobierno de Trump, que comienza el próximo 20 de enero.
Puede que algo de razón tenga.
El republicano prometió en campaña que deportaría a los casi 12 millones de indocumentados que están en EU, la mayoría latinos y de ellos 70 por ciento mexicanos y, de ese número, unos 600 mil poblanos.
Sin embargo, el mismo magnate cambió en estos días de posición y dijo que solamente lo hará con entre uno y 3 millones de migrantes irregulares que tienen antecedentes penales.
Aquí hay un dato revelador: de acuerdo con el Migration Policy Institute, solamente 690 mil indocumentados han cometido algún delito de gravedad, que haya ameritado su fichaje con antecedentes penales.
Es decir, a Trump (“El Trompas”, como le dice la raza allá) no le alcanzan los “migrantes sin papeles y malos“, para cumplir su promesa.
Por todos lados y en todas direcciones, comienzan a frustrarse los proyectos de odio del presidente electo de Estados Unidos.
Al tiempo.