EL FACTOR ANA TERE

ELECCIONES . ANA TERESA ARANDA

Con el arribo de Ana Teresa Aranda Orozco a la contienda por la minigubernatura como candidata “independiente”, sin duda se ha configurado un nuevo escenario electoral en el que, de cualquier modo, las mejores expectativas siguen estando del lado de la coalición de cinco partidos “Sigamos Avanzando”, que abandera Tony Gali, pero también quedaron en evidencia terquedades, fallas, riesgos y una mano que pareciera brindar una generosa y protectora sombra a la guanajuatense.

En todas las mediciones, a pesar de que no había conseguido la postulación oficial que le negó tercamente el Instituto Estatal Electoral (IEE), Ana Teresa ha obtenido números marginales que no superan 4 por ciento de las preferencias.

A pesar de que la llamada “Doña” perdió dos semanas de la campaña oficial que comenzó el pasado 3 de abril, aún le quedan por delante cinco más para intentar subir sus cifras, lo que se ve casi imposible por las condiciones propias de la contienda y del estado.

Sin embargo, no hay que perder de vista que su presencia en la boleta entraña, de sí, el riesgo de fuga de votos en contra de cualquiera de las dos propuestas más sólidas, la de Gali que va a la delantera por más de una decena de puntos, de acuerdo con algunas encuestas, y la de Blanca Alcalá, candidata del PRI-PVEM-PES.

El riesgo es latente y en este contexto lo peor que podría ocurrirle a la carrera firme que lleva la opción de los partidos Acción Nacional (PAN), Nueva Alianza (Panal), del Trabajo (PT), Compromiso por Puebla (CP) y Pacto de Integración Social (PSI) es menospreciar a Aranda. Tony Gali no debe bajar la guardia ni aflojar el paso.

También hay que considerar que el resolutivo que otorga la primera candidatura independiente a la gubernatura en la historia de Puebla, y que concedió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) luego de tres días de postergación, deja más dudas que claridad.

¿Cuál fue el razonamiento y los argumentos que pesaron más en el ánimo de los magistrados de la Sala Superior que votaron por unanimidad?, ¿puramente jurídicos o también políticos?

¿De verdad el IEE fue tan terco o tan torpe para negar con “descaro” y solamente por “capricho y línea”, como se ha acusado, la inclusión de Ana Teresa en la contienda?

Al paso de los días, ya con el análisis más frío del caso, queda la percepción de que la ex panista recibió ayuda desde la esfera más poderosa del país y que su candidatura “independiente” tiene, como si se tratase de una ilustración en fondo de agua, tonos tricolores detrás.

También queda en el ambiente una densa niebla de suspicacia sobre la sombra fresca y sanadora que protege ahora a Aranda y que le ayudó a conseguir su objetivo; pareciera provenir de árboles, de pinos, que le dieron alivio a su causa. Lo que implicaría, entre otras cosas, que pese a lo que se cree el presidente Peña Nieto sí quiere ganar Puebla, colocando entonces a la contienda en otro nivel, un nivel muy diferente al simple y viejo pleito entre las familias locales del PRI, el cual hoy se reduce a morenovallistas contra antimorenovallistas.

La llegada de Ana Tere arroja varias aristas que hay que considerar. Se ha argumentado que muchos panistas desencantados con Rafael Moreno Valle podrían sufragar por la ex secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) del último tramo del sexenio de Vicente Fox, y que esto pegaría al candidato de “Sigamos Adelante”, el ex alcalde capitalino Tony Gali.

Empero, no hay que olvidar que al ser mujer y en apariencia una dura e histórica crítica del Partido Revolucionario Institucional (PRI), esa supuesta fuga de votos duros también podría alcanzar a la senadora con licencia Blanca Alcalá. A menos, claro, que Ana Teresa Aranda llegue a la contienda para confirmar lo que muchos sospechan: que su candidatura ha sido fabricada de principio a fin por el PRI para ayudar al PRI a recuperar Casa Puebla.

La semana que empieza será crucial para advertir cuál será y a quién pega o a quién sirve la candidatura “independiente” de Aranda Orozco, pues en realidad hace una campaña testimonial, sin la menor posibilidad de triunfo, pero eso sí, con el suficiente poder emocional como para ayudar a ganar o ayudar a perder.

Otro cabo que no hay que dejar suelto es el contexto nacional, pues el próximo 5 de junio se define la gubernatura de Puebla y otras 11 más, entre ellas Veracruz, en donde la causa priísta muestra signos de estar ya derrotada.

En esta hipótesis, más de una voz asegura que, ante el escenario adverso allá, el PRI y el gobierno federal concentrarán sus fuerzas en la elección poblana que, luego del caso Aranda, ha dejado saldos negativos de credibilidad para el IEE, riesgos de fuga de votos tanto para Gali como para Blanca Alcalá y la percepción de que “La Doña” es una candidata “legítima y realmente independiente”, aunque las evidencias muestren otra cosa.

gar_pro@hotmail.com

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