Sigue complicándose –y de qué manera- la alianza PAN-PRD en el estado de Puebla. Y es que este lunes quedó claro que para las principales corrientes del sol azteca, el asunto rebasa la coyuntura electoral de 2016, y se ha convertido en una verdadera consigna contra las aspiraciones presidenciales del gobernador Rafael Moreno Valle en 2018.
No se explica de otra forma la postura que en el transcurso del día dio a conocer el grupo de Héctor Bautista y la ex diputada federal Roxana Luna, Alternativa Democrática Nacional (ADN), en el sentido de dar su visto bueno a las alianzas en Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Tamaulipas, pero no en Puebla, donde, ya en abierta complicidad con el grupo del senador poblano Luis Miguel Barbosa, no ceden ni un ápice en su intentona de reventar cualquier acuerdo entre panistas y perredistas.
A través de un comunicado, ADN señaló que ha propuesto a Nueva Izquierda que el PRD encabece la alianza en Oaxaca y Tlaxcala, y que el PAN haga lo propio en Veracruz y Tamaulipas; no es casual que prevalezca una especie de veto sobre el caso Puebla y que se pase por alto, dado que aquí hay intereses en juego que rebasan por mucho la disputa por una gubernatura de un año y ocho meses.
Y es que aprobar la alianza PAN-PRD, para que arrope la candidatura del aún alcalde Tony Gali, representaría empezar a pavimentar el camino para que una coalición similar se repita en 2018 pero a favor de Moreno Valle, y eso no lo quiere de ninguna forma el PRI de Manlio Fabio Beltrones, quien es esencialmente el que está detrás de los movimientos de Bautista y la poblana Roxana Luna, ambos a las órdenes del tricolor.
El comunicado de ADN señala textualmente:
“Ante la eminente (sic) reunión del CEN del PRD para resolver el tema de las Alianzas Amplias del partido con el de Acción Nacional hemos propuesto a Nueva Izquierda considere un acuerdo por el cual se aprueben dichas Alianzas en los estados de Oaxaca y Tlaxcala para ser encabezadas por nuestro partido, así como Veracruz y Tamaulipas para ser encabezadas por el PAN.
“Ello responde de manera importante a la orientación esencial de nuestro Congreso Nacional, celebrado en septiembre pasado, de recuperar categóricamente el perfil opositor del PRD que se ha visto debilitado en los últimos años.
“Con tal propuesta adoptamos una posición flexible que permita construir un buen acuerdo en favor del país y las entidades respectivas, cuidando además el Proyecto que representa el partido desde su fundación.
“La propuesta ya presentada tiene, entre otros objetivos, la de hacer frente el intento de restauración autoritaria en curso. Aspiramos a un acuerdo interno amplio, sólido y que responda a una base programática de políticas públicas, suscrita al más alto nivel, que contenga los compromisos básicos que desarrollarán los gobiernos y grupos parlamentarios que resulten triunfadoras en las elecciones respectivas.
“¡Democracia ya, patria para todos y todas!”.
Pero de Puebla ni una sola palabra.
Hay un silencio estruendoso, que revela el enorme interés por dinamitar en serio, tope donde tope, cualquier opción de reeditar la alianza PAN-PRD tal y como se dio en 2010 y 2013.
Lo interesante de la propuesta de ADN es que va firmada por la mayoría de los integrantes del CEN perredista, un CEN que sigue sin poder controlar el dirigente nacional, Agustín Basave, impuesto por “Los Chuchos” de Nueva Izquierda.
A saber:
Camerino Eleazar Márquez Madrid, Secretario de Organización.
Mara Iliana Cruz Pastrana, Secretaria de Formación Política.
Carlos Sotelo García, Secretario de Asuntos Municipales.
Rey Morales Sánchez, Secretario de Políticas Alternativas de Seguridad Pública.
Julieta Camacho Granados, Secretaria de Fomento de Comunidad y Ciudadanía.
Roxana Luna Porquillo, Secretaria de Movimientos Sociales.
Susana Alanis Moreno, Secretaria de Derechos Metropolitanos.
Adriana Diaz Contreras, Secretaria de Sustentabilidad.
Ana Montaño Medina, Secretaria de Comunicación.
Alejandro Sánchez Camacho, Secretario de Acción Política Estratégica.
Martín García Avilés, secretario de Operación Política.
Luis Arias Pallares, secretario de Planeación.
Paloma Monserrat Castañón Hernández, Secretaria de Derechos Humanos.
Héctor Serrano Azamar, Secretario de Enlace con Gobiernos Estatales y Políticas Públicas.
Margarita Guillaumin Romero, Secretaria de Fortalecimiento de la Militancia.
Es decir: la guerra contra la alianza PAN-PRD en Puebla es de a de veras.
Y rebasa por mucho la simple coyuntura de 2016.
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Pero resulta que ante la falta de acuerdos, la noche de este lunes Agustín Basave presentó su renuncia como líder del PRD, según dio a conocer el senador Fernando Belaunzarán a través de su cuenta de Twitter:
Según se supo, en respuesta a la propuesta de ADN, y para destrabar el asunto, Basave había pedido reducir de 8 a 6 los estados donde irían PAN y PRD juntos y –ojo- cambiar Veracruz y Puebla por Oaxaca y Tlaxcala.
“Esa es mi propuesta, es mi flexibilización, pese a que no es mejor, es peor que el de 8. Perdemos al bajar de 8 a 6, pero lo hago en aras del consenso y de destrabar las negociaciones internas. Les cambio Oaxaca y Tlaxcala por Veracruz y Puebla”, dijo.
Sin embargo, la contrapropuesta no tuvo eco y entonces Basave decidió poner su renuncia sobre la mesa, una renuncia que ahora queda en manos del Consejo Nacional.
El panorama no es precisamente el mejor y corren horas verdaderamente decisivas para saber si PAN y PRD irán o no juntos en Puebla, en una alianza que, pese al desprestigio y el desplome del sol azteca, podría resultar fundamental en el resultado final de la elección de este 2016 en el estado.
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Mientras tanto, en el PRI parece que los pronósticos de los analistas más serios se cumplen y el fantasma de la ruptura empieza a materializarse.
Ante los destapes a favor de la senadora Blanca Alcalá, la clara favorita en la carrera por la candidatura a la minigubernatura, la reacción –o sobrerreacción- del principal interesado en la nominación, el ex alcalde y ex rector Enrique Doger, no se hizo esperar.
A través de Twitter –ese nuevo oráculo de los Dioses de la opinión pública-, Doger, muy a su estilo, dejó entrever su gran molestia por la “cargada” hacia la senadora, encabezada desde el pasado fin de semana por el coordinador de los diputados federales del PRI por Puebla, Víctor Manuel Giorgana.
Suenan, pues, los tambores de guerra en un PRI aturdido y confundido, ávido de definiciones y operaciones “cicatriz”.
¿O me equivoco?