Con un tiraje limitado, acaba de salir de la imprenta un libro especial tanto por su riqueza histórica como por su potencial cultural: “Treinta joyas documentales del Archivo General Municipal de Puebla”, que por primera vez reúne reproducciones fieles de los principales manuscritos y expedientes que ejemplifican los momentos más trascendentes que ha tenido nuestra ciudad en sus casi cinco siglos de existencia.
Es un recorrido magistral y cronológico con piezas escogidas cuidadosamente entre miles y miles de documentos que forman nuestra Memoria Histórica y Cultural y que a lo largo de las décadas han dado orden, sentido e identidad a la antigua Ciudad de Los Ángeles, llamada después Puebla de los Ángeles, hasta hace poco Heroica Puebla de Zaragoza y hoy reconocida como Cuatro Veces Heroica Ciudad de Puebla.
El libro, que ve la luz justo cuando la UNESCO ha declarado al Archivo General Municipal como Memoria del Mundo, logra sin duda su cometido, que no es otro que ofrecer una visión de conjunto de los momentos más relevantes de nuestra historia, sin olvidar la belleza caligráfica y tipográfica de los documentos más simbólicos de Puebla.
Seleccionados por la directora general del archivo, María de la Cruz Ríos Yanes, a iniciativa del alcalde Tony Gali Fayad y el secretario del ayuntamiento, Mario Riestra Piña, las “Treinta joyas…” contienen lo mismo cédulas, nombramientos y títulos oficiales que planos, escudos de armas, trazos de fuentes y designaciones que, en esencia, delinean y dibujan un itinerario histórico que trasciende el tiempo y la geografía humana.
Como dice Nuria Sánz Gallegos, directora y representante de la Unesco en México, en la presentación del libro, “la riqueza documental del Archivo General Municipal de Puebla resguarda documentos que dan fe del proceso de formación de todo su paisaje, de la razón de ser de su fisonomía, pero especialmente informan sobre los procesos sociales de toma de decisión, en el entendido de que estudiar el patrimonio documental implica comprometerse y conocer las distintas formas de ciudadanía que explican la evolución de su vida social”.
Y es que en la edición aparecen reproducciones de:
La Cédula Real, otorgando el Título de Ciudad de Los Ángeles (1532):
El Acta de Construcción de la Primera Iglesia Mayor que tuvo Puebla (1536):
La Real Provisión otorgando Escudo de Armas a la Ciudad de Los Ángeles (1538):
El Escudo de Armas de la Ciudad de Puebla (1570):
El Decreto nombrando a la Ciudad de Puebla como Puebla de Zaragoza (1862):
O la Inscripción de Puebla en la lista del Patrimonio Mundial (1987), denominación que este 11 de diciembre cumplió 28 años:
Entre otras verdaderas joyas documentales que sin duda han dejado huella en el imaginario colectivo, pues no sólo ratifican la riqueza e importancia del contenido de nuestro Archivo Histórico, sino revelan la grandeza de esta tierra y ayudan a entender por qué mundialmente se reconoce a Puebla como ciudad Patrimonio Mundial.
Un libro excepcional que no va dirigido precisamente a especialistas ni iniciados, y que hay que conocer, disfrutar y valorar, en su justa dimensión.