Han quedado totalmente confirmadas las versiones divulgadas en medios de prensa en el sentido de que el ex alcalde Eduardo Rivera Pérez ya negoció en lo oscurito con el gobernador Rafael Moreno Valle la aprobación de sus cuentas públicas a cambio de que El Yunque -el grupo de panistas tradicionales al que pertenece- apoye en 2016 la candidatura del actual presidente municipal de Puebla, Tony Gali Fayad, a la minigubernatura.
Y es que este lunes, como ya se esperaba desde hace varios días, en el Congreso local fue aprobada al seno de la Comisión Inspectora de la Auditoría Superior del Estado la cuenta pública del ex presidente municipal correspondiente a 2012, un año y 10 meses después de que este dejara el cargo.
Se trata de la señal más clara, y más contundente, de que ya hay acuerdo con el morenovallismo y de que El Yunque ya dio su brazo a torcer, después –eso sí- de un largo estira y afloje en el que incluso trató de imponer condiciones a Casa Puebla.
Por instrucciones de RMV, los diputados integrantes de dicha Comisión dieron luz verde al dictamen que favorece a Rivera Pérez junto otro correspondiente a un personaje muy cercano al ex edil, la ex titular del Instituto Municipal del Deporte, Ximena Mata Zenteno.
Se entiende que las negociaciones con Rivera Pérez no contemplaron protección, o “borrón y cuenta nueva”, a otro de sus funcionarios, el ex secretario del Medio Ambiente y Servicios Públicos, el también yunquista Alejandro Fabré Bandini, a quien el poder Legislativo muy probablemente le iniciará un Procedimiento Administrativo de Determinación de Responsabilidades (IPADR) por diversas irregularidades detectadas en su correspondiente cuenta pública.
Uno de los hilos más delgados del ex presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, era, sin duda, Fabré Bandini.
Y es que el ex secretario se pasó tres años haciendo toda clase de negocios personales aprovechando las bondades, y las gigantescas posibilidades, de su cargo.
A inicios del gobierno de Tony Gali, Fabré Bandini saltó a la fama gracias al pago –ilegal, indebido, incorrecto- de liquidaciones a 16 de sus leales en el Organismo Operador del Servicio de Limpia –a su cargo-, tema escandaloso que hasta podría acarrearle sanciones de tipo penal por tratarse de un delito.
Pero Rivera Pérez, pragmático que es, dueño de un colmillo largo y retorcido, decidió sacrificarlo a cambio de salvarse él y sus más cercanos, como Ximena Mata, quien ya puede caminar y dormir tranquila, pues la amenaza sobre su persona ha quedado sin efecto.
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No es casual que el acuerdo entre el morenovallismo y El Yunque se materialice a tan solo unos días de que se dé el relevo en el PAN estatal, donde esta misma semana se espera el arribo de la primera dama, la señora Martha Erika Alonso de Moreno Valle, a la Secretaría General, lo que no es otra cosa sino la consumación del control total y absoluto del partido por parte del grupo del gobernador, a despecho precisamente de El Yunque.
Empezando por sus voceros oficiales y oficiosos tanto en los medios como en la academia, solo los más radicales descartaban que Rivera Pérez y los intereses que representa se doblegaran. Ya el columnista Ricardo Morales Sánchez, a mediados del pasado mes de noviembre, adelantaba lo que ha sido consumado.
El autor de las “Serpientes y Escaleras”, en Efekto10, señalaba que un detalle le faltaba “planchar” a Tony Gali para convertirse en el candidato del PAN a la minigubernatura y ese detalle era llegar a un buen arreglo con El Yunque y su líder más visible, el ex alcalde Rivera Pérez.
Dicho arreglo, como se sabe, pasó primero por lo económico, luego de que la madrina y protectora de Rivera Pérez, la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, vino a negociar un muy ventajoso contrato para Comex –empresa de la que uno de sus hermanos es accionista- con el gobierno de Tony Gali para pintar alrededor de 56 unidades habitacionales, con una jugosa inversión de 77 millones de pesos. Por cierto, durante el anuncio de este acuerdo, Tony Gali aseguró públicamente que Eduardo Rivera es su amigo y que fue un buen presidente municipal.
Y luego por lo politico; de ahí el intercambio: la aprobación de la cuenta pública 2012 a cambio en principio de dos cosas: 1) no boicotear la candidatura de Tony Gali entre el panismo tradicional u ortodoxo, que pesa –y mucho- en colonias importantes de la ciudad de Puebla, como se vio en la elección federal de este 2015, y 2) no sumarse, ni por error, a una eventual candidatura “independiente” de la todavía militante panista, la señora Ana Teresa Aranda.
Presionar para negociar y llegar a arreglos a precio de oro, ha sido, es y será la práctica más característica de la ultraderecha poblana, que suele ganar hasta cuando pierde. Lo hicieron con Manuel Bartlett, con Melquiades Morales, con Mario Marín –a quien tenían “secuestrado” desde el escándalo por la detención de la periodista Lydia Cacho- y ahora con Rafael Moreno Valle.
Y nadie debe espantarse. Es el juego del poder, un juego en el que Rivera Pérez y sus secuaces son todos unos profesionales.