Muchos mitos, y/o verdades a medias, se han creado en el transcurso de la lucha por el poder en Puebla de cara al 2016.
Uno de los más socorridos es que el priísta Enrique Doger Guerrero, contendiente a la candidatura a la minigubernatura, fue “amenazado” por el morenovallista Fernando Morales Martínez en una reunión en corto a inicios de octubre pasado en un café de la 31 Oriente y 12 Sur.
La versión indica que el subsecretario de Desarrollo Político y Participación Ciudadana de la Secretaría General de Gobierno (SGG) fue el portavoz de un mensaje de Casa Puebla ante las fuertes críticas que el ex rector de la BUAP ha hecho tanto al gobernador Rafael Moreno Valle como al alcalde Tony Gali Fayad.
“Te van a hacer mierda”, le habría advertido Fernando a Enrique, en lo que algunos han descrito como un encuentro breve –de unos 15 minutos- pero ríspido, muy ríspido.
Sin embargo, contada al detalle por personajes muy cercanos al hijo del ex gobernador Melquiades Morales y al propio Doger, la historia de ese café de otoño es un tanto distinta.
Y es que, en realidad, Morales Martínez sí fue portavoz pero no de una amenaza, como se ha escrito, sino de una invitación.
El funcionario de la SGG pidió al aspirante del PRI aceptar una reunión privada, sin testigos, cara a cara, con su jefe, el gobernador.
“En el Distrito Federal”, sugirió Fernando, quien apeló a la “vieja amistad” entre Doger y el mandatario.
Una “amistad” que, según el subsecretario, data de antes de 2010 y que, pese a lo sucedido desde entonces, podría “recuperarse” en el contexto de la sucesión 2016.
Según las fuentes, absolutamente confiables, Morales Martínez fue sumamente insistente en la “importancia” de concretar a la brevedad posible el mencionado encuentro entre tales personajes.
Incluso, para convencerlo, le recordó que en el ni tan lejano 2010, ante la imposición de Javier López Zavala por parte de Mario Marín, el hoy gobernador llegó a proponerlo como candidato de la coalición “Compromiso por Puebla” a la alcaldía capitalina, situación que, como se sabe, no se concretó por múltiples razones, pues la posición recayó finalmente en el panista Eduardo Rivera Pérez, soldado de El Yunque que luego ganaría la presidencia municipal sin saber cómo y por qué.
“Son amigos, siempre lo han sido”, argumentó el operador morenovallista, en un último esfuerzo.
Las fuentes aseguran que Enrique Doger declinó la invitación, sin estridencias ni aspavientos, como político profesional.
“No, gracias, no hay nada que platicar”, habría dicho.
Pero las mismas fuentes también afirman que casi al final de la plática con Fernando Morales en aquel café de la 31 Oriente y 12 Sur, el ex edil y ex rector decidió consultarlo con el único facultado para avalar una reunión de esa naturaleza: Manlio Fabio Beltrones.
“No, recházala, no es conveniente”, le respondió el presidente nacional del PRI por la BlackBerry.
Fue el día que FM le pidió a ED reunirse con RMV.
Y eso sí: es completamente cierto que al final de ese encuentro que terminó en desencuentro, aunque no como algunos han dicho, tanto Fernando Morales como Enrique Doger se despidieron con la misma frase:
“Nos vemos en las urnas”.
Aunque no está del todo claro quién de los dos lo dijo primero.
(Posdata: Doger sí ha sido amenazado, pero, como aquí ha sido escrito, el portavoz de las advertencias fue un locuaz, e indiscreto, locutor de radio; el mismo que en sus aniversarios se pone de tapete del gobernador y en corto lo destroza de cuerpo entero… por pura nostalgia marinista).