Hace unos días, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el gobernador de Puebla fue objeto de una serie de reconocimientos y homenajes que, si se analizan con atención, dicen mucho de la seria posibilidad de que, en caso de ser candidato a la Presidencia de la República en el 2018, Rafael Moreno Valle logre sumar al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a una virtual alianza conformada por el PAN y el PRD.
De la mano del único gobernador “verde” del país, Manuel Velasco Coello, Moreno Valle fue recibido con todos los honores: le entregaron el pergamino de Huésped Distinguido, las Llaves de la Ciudad y la presea “Jorge de la Vega Domínguez”, presea que por cierto se entrega por primera vez.
Por si fuera poco, durante su visita a Chiapas, acompañado de la presidenta del Patronato del Sistema Estatal DIF de Puebla, Martha Erika Alonso, Moreno Valle también asistió a Tapachula, donde inauguró, junto con el mandatario Velasco Coello, la Feria Internacional Mesoamericana, un honor más a la cuenta del poblano.
La visita pasaría como una más de cortesía republicana de no ser por el relevante papel que el gobernador de Chiapas tiene en la vida interna del PVEM, donde influye política y económicamente como pocos.
“Esta distinción la llevaré con mucho orgullo a mi estado para ratificar la disposición de seguir intercambiando experiencias y trabajar juntos desde nuestras responsabilidades en la construcción de un mejor país”, dijo Moreno Valle al recibir la presea “Jorge de la Vega Domínguez”.
Y añadió: “Chiapas y Puebla tienen temas comunes como la marginación, la pobreza, etnias indígenas y dispersión poblacional, por lo que deben enfrentar los retos y reconocer el potencial de cada entidad para detonarlo”.
De hecho, la relación entre Moreno Valle y Velasco Coello no es de ahora, se viene construyendo poco a poco desde hace por lo menos un par de años, y su notable cercanía y complicidad dejan de ser una anécdota cuando se revisan los números serios de encuestas serias y se observa que sólo con una megalianza electoral se podrá derrotar al PRI en el 2018. Una megalianza del tipo PAN-PRD-PVEM.
Amigos y aliados, los gobernadores de Puebla y Chiapas caminan juntos y ven el 2018 como un asunto que los une más allá de la coyuntura.
Y es que no es casual de ninguna forma lo sucedido recientemente en Tuxtla Gutiérrez, donde Moreno Valle recibió trato de eso precisamente: de precandidato presidencial.
¿Por qué un gobernador como Velasco Coello se tomaría tantas molestias con uno de sus homólogos si a ese homólogo no se le ve ningún futuro?
¿Por qué tanto “cariño” del chiapaneco hacia el poblano?
¿Por qué tantas ligas y nexos con el gobernador de Chiapas?
¿Sabía usted, por ejemplo, que dos hombres muy cercanos a Moreno Valle, como Juan Pablo Piña y Ángel Trauwitz, fueron compañeros en secundaria y preparatoria, en el Instituto Irlandés del DF, de Velasco Coello?
¿Y que los López Chargoy, dueños del Puebla de La Franja y de Los Jaguares de Chiapas, son otro factor que los acerca en intereses y proyectos comunes?
¿Por qué Chiapas fue el invitado especial del Festival Internacional 5 de Mayo en Puebla durante el 2014?
¿De dónde tanto “amor”?
No es descabellado pensar, por eso, que el camino de Moreno Valle hacia Los Pinos depende en gran medida de la construcción de esa megalianza, en la que el verdeecologista resultará fundamental para sumar, sumar y volver a sumar.
Se equivocan quienes creen que Manuel Velasco Coello (quien además hace no mucho, en septiembre de 2014, estuvo en Puebla, junto con su prometida Anahí, compartiendo el pan y la sal con los matrimonios Rafael Moreno Valle-Martha Erika Alonso y Tony Gali-Dinorah López) alimenta ambiciones presidenciales propias; más bien parece que ya tiene candidato y que ése no es otro que el poblano.
¿Sería extraña la suma del PVEM a, digamos, el PAN en una coalición electoral?
No, de ninguna forma; sólo es cuestión de hacer un poco de memoria y recordar que la primera gran alianza que se dio en este país en la carrera presidencial fue precisamente entre el Verde Ecologista y Acción Nacional, para apoyar a Vicente Fox en el 2000.
Luego Fox incumplió algunos de sus compromisos –le había ofrecido la Secretaría del Medio Ambiente- y el PVEM terminó en los brazos del PRI, convirtiéndose desde entonces en aliado permanente.
¿Pero quién dice que ese escenario es para siempre, sobre todo cuando desde Los Pinos y sobre todo desde Bucareli y el CEN del PRI tratan a Velasco Coello no como un aliado, sino como un enemigo?
Sí, todo parece indicar que Rafael Moreno Valle va por buen camino en la construcción de sus alianzas verdes, rumbo al 2018.
¿O me equivoco?
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El sábado 14 de marzo, el alcalde auxiliar de Oyameles, José Guadalupe Luna Platón, fue detenido totalmente ebrio conduciendo un vehículo oficial en el municipio de Zaragoza.
En medio del escándalo, montado en el potro del alcohol, el edil subalterno se dijo influyente, poderoso, con amigos “que la mueven”, y tenía toda la razón.
La candidata del PRI por el distrito de Teziutlán, Nancy de la Sierra, entró a su rescate: hizo una llamada al presidente de Zaragoza, el priísta Rigomar Martínez Morales, y ¡bingo!: asunto resuelto.
El borrachín alcalde fue liberado, sin un solo rasguño, sin una sola multa, y hasta le devolvieron el coche con un “usted disculpe”.
Hay evidencias de esta historia de tráfico de influencias y abuso de poder, el torcido camino elegido por la ex delegada de Prospera para intentar edificar una diputación federal que ya siente que se le va.