So pretexto el apagón tecnológico en marcha, el PRI ya encontró en Puebla y en otras entidades la forma más rápida y más segura de hacerse de miles, tal vez millones de votos en los comicios intermedios de este 2015: el uso electoral del Programa de Transición a la Televisión Digital Terrestre, instrumentado por la SCT federal pero ya en el terreno operado por “mapaches” de las Secretaría de Desarrollo Social y de Gobernación del gobierno de la República.
El gobierno federal sigue entregando televisiones a beneficiarios de la Sedesol a unas semanas de iniciar la contienda para las elecciones intermedias.
Ante la entrega de 10 millones de televisiones (antes del recorte13.5 millones), que se reparten ya en todo el país para el apagón analógico, se han detectado cinco focos rojos en la entrega de pantallas:
La primera alerta es que los estados y municipios que tendrán elecciones en 2015 serán “beneficiarios” de una tele, mientras que los que sufragarán el próximo año la tendrán hasta 2016.
La segunda es que las televisiones tienen severas fallas, ya que no cuentan con dispositivo para acceder a internet y no tienen antenas UHF que permitan que capten la señal de canales digitales.
La tercera es que el número de televisiones no es equivalente al número de viviendas, lo que resulta un grave error del gobierno federal.
Por ejemplo: Tan sólo en la Región Occidente-Bajío, en Michoacán, en el municipio de Nahuatzen se entregaron 7 mil 710 televisiones, para un total de 6 mil 208 viviendas que existen en el lugar. Esto indica que se sobrepasó en 24 por ciento el número de televisiones requeridas.
Otro: En el municipio de San José del Rincón, se rebasó en 15 por ciento el número de televisiones requeridas, pues se reportaron 20 mil 368 televisiones para 17 mil 712 viviendas.
En Tzitzio, se entregaron 2 mil 323 televisiones, para 2 mil 50 viviendas, con lo que se superó en 13.32 por ciento el número de dispositivos.
El cuarto foco rojo es la falta de presupuesto para el programa, ya que en 2014 se solicitaron 7 mil 500 millones de pesos y en 2015, el monto fue de 8 mil 600 millones de pesos.
Esto conforma un total de 16 mil millones de pesos, lo que indica que en realidad no hay suficiente presupuesto para cubrir el apagón analógico.
Además, si cada tele en promedio cuesta 2 mil pesos, sólo alcanzaría para 8 millones de pantallas y no para 12 millones, como lo había prometido el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
El quinto foco rojo se refiere al factor ambiental. La pregunta es qué pasará con la chatarra tecnológica, es decir, con las 10 millones de teles analógicas que se van a sustituir.
Pero hay un dato más que confirma de principio a fin el trasfondo electoral del programa de Transición a la Televisión Digital Terrestre: son 52 los países que están realizando el brinco tecnológico, pero sólo en México se están regalando teles y muchas de éstas no están llegando a quienes más lo necesitan o terminan en casas de empeño.
En Puebla las cosas no podrían ser diferentes: la entrega empezó en el pasado mes de enero y cada día se acumula evidencia que demuestra que el reparto de televisiones se está realizando mediante el Programa Prospera, con el logo Mover a México; los operadores y las operadoras del PRI utilizan una gorra roja y piden las credenciales de elector; obviamente con esto la gente infiere que el PRI o Enrique Peña Nieto son quienes les están regalando las pantallas.
Entre otros, el problema es que el programa no cuenta con un padrón de beneficiarios confiable y podría ser utilizado para orientar el voto hacia el PRI en los estados con elecciones locales y también en aquellas donde sólo se elegirá a diputados federales, como es el caso de Puebla.
Ya algunos partidos políticos, como el PAN, han denunciado el uso electorero y las irregularidades del programa, operado realmente desde el epicentro del poder, es decir, desde las oficinas del verdadero dirigente nacional del PRI, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Una de las principales exigencias es que la entrega de televisores se suspenda 60 días antes de la elección y que, durante ese período, se transparente el padrón de beneficiarios y los criterios de entrega en entidades con procesos electorales.
Y es que a la fecha no se sabe con certeza quiénes recibirán los millones de televisiones que se contemplan como parte de la reforma de telecomunicaciones.
También se requiere conocer las razones por las que la entrega de las teles coincide con los estados donde se realizarán procesos electorales.
Hay que recordar que este programa no es una iniciativa del gobierno, es un acuerdo plural avalado por el Congreso para beneficio de millones de mexicanos, y sería muy lamentable que se cayera en la tentación de utilizarlo como arma de lucro electoral, tal y como lo vienen haciendo el PRI y sus operadores en Puebla y en diversas partes del país.