“Mi interés es solo uno, la ciudad, nuestra gente, seguiré tomando las decisiones adecuadas en el presente para moldear nuestro porvenir, el futuro no es lo que dejamos de ser ni lo que deseamos ser sino lo que somos en el presente, eso queridas amigas y amigas se llama integridad. Ser íntegro es estar aquí y en el ahora, es asumirnos como seres completos con ideas, con emociones y, por qué no, con pretensiones, pero siempre ubicados en la realidad que nos rodea”.
Tales fueron las palabras medulares del primer informe de gobierno de Tony Gali Fayad, un presidente municipal que, entre el presente y el futuro, luce totalmente consciente de su situación política, de la coyuntura que le ha tocado vivir y de los retos que le plantean los años por venir, pero con los pies sobre la tierra; para nada ansioso, paciente, sabedor de que lo que va a pasar, pasará, pues como siempre, el hombre –y más el hombre de poder- sigue siendo él y su circunstancia.
Ni cabe duda que el gobierno del alcalde de Puebla ha tenido un comienzo muy positivo.
La inversión en infraestructura, en los rubros de vialidades, hospitales y educación, ha sido extraordinaria e histórica.
El carisma de Tony Gali le ha permitido seguir captando adeptos, gracias a su carácter conciliador, cercano y humano.
Al Gali el poder no lo ha cambiado, al menos hasta hoy.
La principal virtud de su administración municipal ha sido, por supuesto, el saber conservar la magnífica relación con el gobernador Rafael Moreno Valle.
Desde que Puebla es democrático, nunca la capital angelopolitana había experimentado tal coordinación y trabajo conjunto entre el estado y el municipio. Entre un gobernador y el alcalde.
Desde luego, Tony Gali es el principal activo del proyecto político transexenal del gobernador, mientras el Ejecutivo estatal es la principal fortaleza y piedra angular de la administración municipal.
Adicionalmente, las cualidades conciliadoras de Tony Gali son una de sus principales fortalezas.
Con ciudadano, sin militancia partidista, mantiene puentes de plata con todas, absolutamente todas las fuerzas políticas.
Asimismo, a pesar de la desfavorable composición política del Cabildo poblano, donde la ultra derecha –El Yunque- se encuentra sobrerrepresentada, la gobernabilidad de la administración ha sido contundente.
El 99% de las decisiones en el Cabildo poblano se han tomado por unanimidad.
Por si fuera poco, la administración galicista ha sido realista.
Recibió el municipio con la entonces reciente evaluación del Coneval, que colocaba a Puebla como el municipio nacional con mayor número de ciudadanos en situación de pobreza.
Y lejos de ignorar esos datos, el municipio decidió entrarle de lleno al tema y buscar romper el ciclo vicioso de la marginación.
Por primera ocasión en la historia de Puebla, el tema de la regularización de predios, mercados y colonias fue puesto en la agenda.
En tan sólo un año, se superaron las metas alcanzadas por las dos últimas administraciones en número de escrituras entregadas, número de locales de mercado regularizados y número de colonias incorporadas al desarrollo urbano de la ciudad.
En breve, no habrá una sola colonia sin drenaje; en poco tiempo Tony Gali hará un anuncio en ese sentido.
A un año de distancia, hay resultados, hay energía, hay ruta de navegación, hay equipo y hay, sobre todo, proyecto.
Pero a Tony Gali no le corren las prisas: entre el presente y el futuro está consciente de que ahora toca consolidarse como el mejor presidente municipal de toda la historia de Puebla.
Quedan pues ahí, para leerlas con cuidado, esas palabras pronunciadas al cierre de su primer informe de gobierno, en el Auditorio de la Reforma, inmueble histórico, lleno de simbolismo, que iba a ser demolido y que él ayudó a rescatar con el apoyo del gobernador:
“Mi interés es solo uno, la ciudad, nuestra gente, seguiré tomando las decisiones adecuadas en el presente para moldear nuestro porvenir, el futuro no es lo que dejamos de ser ni lo que deseamos ser sino lo que somos en el presente, eso queridas amigas y amigas se llama integridad. Ser íntegro es estar aquí y en el ahora, es asumirnos como seres completos con ideas, con emociones y, por qué no, con pretensiones, pero siempre ubicados en la realidad que nos rodea”.
Antes del 2016, está el 2015.
Todo en su lugar, todo en su tiempo, todo en su momento.
Ni antes ni después.
Como es la política.
Como es la vida misma.