Lamentablemente, pese a los esfuerzos del gobierno federal por construir centros de salud y consolidar el programa del Seguro Popular, las deficiencias y las negligencias en los hospitales del IMSS e ISSSTE en Puebla siguen siendo la constante, para desgracia de miles de derechohabientes sin un verdadero acceso a la salud y cuya voz de reclamo suele perderse e ignorarse entre la multitud de interés y ambiciones que distinguen hoy a ambas instituciones.
Mientras los delegados se llenan los bolsillos a costa de los jugosos presupuestos que manejan o usan la estructura, los recursos económicos y hasta el material humano con fines electorales –un tema de próxima entrega-, la calidad en la atención médica hospitalaria continúa como una de las peores del paÃs, según evaluaciones recientes realizadas por organizaciones no gubernamentales.
Los malos tratos, los descuidos, la omisión en proporcionar atención de emergencia, la obstaculización o la negativa a prestar la seguridad social o proporcionar medicamentos de forma oportuna, permanecen como su gran talón de Aquiles.
De hecho, no hace falta mucho para comprobarlo.
Las redes sociales evidencian prácticamente todos los dÃas las múltiples deficiencias.
En los nosocomios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), incluso, se refieren a la cancelación de una intervención quirúrgica, pero sin fecha de reprogramación o cambio de clÃnica sin previo aviso.
No por nada el IMSS continúa como la institución pública más señalada por los mexicanos ante las comisiones de derechos humanos por deficiencias, faltas y omisiones.
Por otra parte, en el Hospital Regional Puebla del ISSSTE también se denuncian constantes desatenciones, pero de la misma forma se reportan las pésimas, deplorables condiciones en que se encuentra el inmueble.
Esto, a pesar de que en julio pasado se presumieron acciones de mejoramiento de infraestructura de áreas de primer contacto en clÃnicas, pero también la remodelación y mantenimiento a las instalaciones del nosocomio.
Pero también el sector privado tiene lo suyo.
Del Hospital Puebla, por ejemplo, se ha denunciado, a través de Twitter, su falta de interés en apoyar la seguridad de sus derechohabientes al usar sus instalaciones.
Pero si bien esto y la calidad deficiente en las instalaciones es un agravio para los usuarios, no hay nada peor que sufrir las consecuencias de alguna negligencia médica, como es reportado en la plataforma social, señalando directamente a la Beneficencia Española.
Tal es la realidad en muchos hospitales de Puebla, una triste realidad que, pese a las promesas y discursos, poco se hace por cambiar.