¿Y USTED LE CREE A DOGER?

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El fango, la cañería, el chiquero de la política es el escenario natural donde mejor se mueve el diputado federal del PRI Enrique Doger Guerrero. Experto en escándalos que le den reflectores y titulares de prensa, a lo largo de los últimos años ha perfeccionado el perverso arte del “descontón” mediático para ascender en su carrera pública. Y aunque sólo los fieles de su parroquia le compran (hasta la ignominia) sus distorsionadas historias de ficción, que pieza a pieza, como en un rompecabezas, lo han ido definiendo como un hombre con delirio de persecución, ambición desmedida y hambre de protagonismo –rasgos inequívocos de los enfermos de poder-, son sus propios compañeros de partido, los priístas, quienes más lo han padecido.

Para no irnos más lejos, de 2009 a la fecha, el ex rector de la BUAP y ex alcalde de Puebla ha efectuado por lo menos cinco (tronantes) denuncias públicas por supuestas acciones y amenazas en su contra. En todos los casos, ha hecho gala de un notable victimismo patológico que merecería un análisis detallado y especializado de conducta paranoica.

Este tipo de actos (¿circenses’) han sido más que recurrentes –obsesivos, circulares y repetitivos-por parte del hoy legislador en su vida política como una “estrategia” de acuerdo al escenario y las coyunturas que se van presentando, sobre todo cuando éstas no le son favorables. Caradura y marrullero, una vez conseguido su objetivo, se vuelve aliado, cómplice o amigo del objeto de su viperina e incontinente lengua. Ahí están, por citar dos, el chiapaneco Javier López Zavala y su nuevo camarada, su nuevo “Jefe Máximo”, el ex gobernador Mario Marín Torres, para dar fe y testimonio con lujo de detalles del, digamos, “Método Doger”.

Otro rasgo característico del comportamiento promedio y típico del legislador federal es que ninguna de sus denuncias mediáticas –hoy también a través de Twitter- tienen mayor trascendencia legal con el paso de los años. Los dardos lanzados suelen perderse entre la velocidad con que se mueve la vida y la corta memoria de los protagonistas de la política. No hay huellas ni el más mínimo rastro de sus acostumbrados excesos verbales. Le apuesta al olvido y nunca pierde. Ni siquiera en casos extremos, como cuando literalmente ha chantajeado a su partido con irse a un partido de “izquierda” si no le cumplen sus caprichos. Veamos algunos (célebres) ejemplos a la mano:

En 2009, cuando como hoy buscaba denodadamente la candidatura del PRI para la gubernatura, denunció una “guerra sucia” y “colusión” entre la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado y el (entonces) Partido Convergencia para perjudicarlo, en su calidad de “ciudadano”, pintando bardas “hechizas” a su favor en varios municipios de Puebla. El destinatario de sus dardos, el citado López Zavala, terminaría acobardándose y cediendo a sus constantes ataques –varios de ellos personales- y ya en 2010 incorporándolo a su campaña, en un papel secundario pero desde donde Doger guardó un cómodo silencio aguardando la caída del marinismo al que ahora pertenece orgullosamente.

http://www.poblanerias.com/2009/12/enrique-doger-acusa-de-guerra-sucia-a-javier-lopez-zavala/

En noviembre de 2010 –la cabra siempre tira al monte-, nuevamente denunció muy serias “amenazas” de integrantes del PRI –a los que nunca identificó-, ello supuestamente a consecuencia de que Doger Guerrero criticó públicamente la elección de Juan Carlos Lastiri como dirigente estatal del PRI. Jamás pasó nada digno de cronicarse, salvo que a él, a Doger, el enésimo berrinche sí le trajo jugosos dividendos políticos y económicos. Como siempre.

http://www.quintacolumna.com.mx/notas/2010/noviembre/politica/pol-231110-yon-he-sido-amenazado-por-no-avalar-a-lastiri-doger.php

En 2012, cuando era candidato a la diputación federal que hoy ocupa, nuevamente efectuó uno de los actos a los que tanto es adicto al denunciar ante el IFE la terrible “manipulación” del programa Oportunidades a favor de operadores panistas. Por demás está decir que con su sola palabra buscó espantar al petate del muerto, consiguiendo –eso sí- levantar polvo, ganarse algunas portadas y atraer reflectores y cobertura mediática gratuita: no hay cosa que un jefe de información y/o editor agradezca más que un chivo en cristalería suelto, y con hambre, en día de seca informativa.

http://www.lajornadadeoriente.com.mx/noticia/puebla/denuncia-enrique-doger-ante-el-ife-uso-electoral-del-programa-oportunidades_id_7614.html

En 2013, el ex alcalde se enredó con sus propias declaraciones al denunciar vía Twitter que había recibido fuertes “amenazas” mediante mensajes de texto –que nunca mostró- por parte del entonces delegado del CEN del PRI, el colimense Fernando Moreno Peña, ante sus cuestionamientos públicos de presuntas imposiciones de candidatos. Entonces, Enrique Doger convocó incluso a una rueda de prensa para dar detalles del tema, cancelándola de última hora, y posteriormente se retractó de sus comentarios.

http://www.pueblaonline.com.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=39085:doger-denuncia-imposición-en-el-pri-y-amenazas-del-delegado-del-cen&Itemid=127

Antes, en 2010, en plena guerra por la gubernatura, Doger Guerrero denunció mediáticamente al entonces candidato de Compromiso por Puebla, el hoy gobernador Rafael Moreno Valle, por “corrupción”, “desvío de recursos” y “opacidad” durante su periodo al frente de la Secretaría de Finanzas, en tiempos de Melquiades Morales. Tras el triunfo electoral de Moreno Valle, Doger se disculpó personalmente con el que para entonces ya era su gran amigo “Rafa”, aduciendo que no fue él sino que “lo mandaron” a golpearlo, y terminó ofreciéndole sus respetos y ayuda “por el bien de Puebla”, pactando posteriormente en lo oscurito con él -en 2013- para contribuir a la derrota del PRI, su partido, y en especial de su querido y odiado amigo, el aspirante a la alcaldía de Puebla y heredero suyo en la BUAP, Enrique Agüera, otro impresentable.

http://www.poblanerias.com/2010/05/doger-acusa-a-moreno-valle-de-corrupcion-en-finanzas/

Y en todos los casos anteriores hay una misma característica: él tan purista, nunca ofrece pruebas de sus acusaciones y siempre suele dar por hecho que los poblanos son idiotas, que no entienden de política, que no conocen sus mañas y artimañas, y que se tragan literalmente sus cuentos y fantasías.

Es una constante: Doger primero “pega”, luego esconde la mano, después pacta con el objeto de su resentimiento o venganza y al final consigue seguir ascendiendo: de rector a alcalde, de alcalde a diputado local, de diputado local a diputado federal, en una espiral de doble moral y doble discurso, mentiras completas y simulaciones shakesperianas, que pretende lo lleven hasta Casa Puebla, pero convertido no en el candidato del PRI, sino en el candidato del PRI de Moreno Valle, que a eso finalmente se reduce el último de sus ataques y el más reciente de sus chantajes: el fingir un robo a sus oficinas y endosar el maquiavélico –pero burdo hecho- al mandatario poblano, aprovechando lo que él y su corte de aduladores insisten vender a sus clientelas como la crisis de crisis, la Crisis con Mayúsculas: el caso Chalchihuapan, que algún día, con algo de suerte, esperan tumbe al “tirano”.

Doger es tan predecible como evidente, y ni siquiera se da cuenta, o finge no darse cuenta por así convenir a sus intereses. Apantalla con su histriónico comportamiento y su pose de perdonavidas, y seguramente asusta a más de un reportero descontextualizado y desinformado, con memoria más corta que un cerillo, pero a final de cuentas se delata a sí mismo con su palabra, su lenguaje corporal y sobre todo su terca, obsesiva insistencia en recurrir a la misma táctica de siempre para lograr lo único que le interesa desde siempre y hasta el final de sus días: el poder por el poder.

Que lo compren quien no lo conozca.

Que lo traduzcan sus traductores de siempre.

Que lo idolatren sus empleados y escribanos de toda la vida.

Por eso la pregunta:

¿Y usted le cree a Doger?

Yo tampoco.

gar_pro@hotmail.com

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