PRI Y JUNTAS AUXILIARES: LAS INCONGRUENCIAS DE IVONNE ORTEGA

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A inicios del pasado mes de marzo, la secretaria general del CEN del PRI, la yucateca Ivonne Ortega, estuvo en Puebla para presentar a los nuevos delegados del partido en el estado y la capital.

Durante una reunión con la militancia, Ortega aprovechó para fijar los retos del tricolor para este año y mencionó las elecciones extraordinarias para presidente municipal en Acajete y Cuapiaxtla –que, por cierto, no pudo pronunciar correctamente- de julio.

Pero eso no fue todo: también anunció que el PRI se preparaba para participar en las elecciones para renovar las presidencias de las juntas auxiliares; así quedó más que claro en diversas grabaciones de audio y video, en especial uno elaborado por Telefórmula Puebla, que se encuentra fácilmente en YouTube.

“Ahí estaremos”, dijo Ortega. “Apoyando a los amigos militantes”.

La postura de la secretaria general del CEN del PRI contrasta totalmente con la orden que ella misma dio hace unos días a la dirigencia estatal del partido para impugnar las convocatorias de las elecciones en juntas auxiliares de Puebla y otros municipios como Cuautlancingo, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula y Acatlán, donde por primera vez en la historia se permite la participación abierta de los partidos políticos.

Según su empleado en Puebla, Pablito Fernández del Campo, la intromisión de los partidos en los plebiscitos es “ilegal” y “anticonstitucional”, por lo que el Revolucionario Institucional ha presentado media centena de juicios para la protección de los derechos político-electorales ante la cuarta sala regional con sede en el Distrito Federal del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Famoso por la doble moral que practica tanto en público como en privado, Fernández del Campo habla de “congruencia”, pero olvida, por conveniencia, que fue su propia jefa, la señora Ortega, la que avisó que su partido se entrometería en los procesos de las juntas auxiliares, como lo han hecho siempre todos los partidos en forma encubierta.

No se entiende el enojo de la yucateca ni de su escudero poblano.

Sobre todo porque lo único que los Cabildos de esos municipios hicieron fue tomarles la palabra y autorizar la intervención de los partidos, para acabar de una vez por todas con la simulación.

Y es que siempre se han involucrado, pero lo niegan.

Ahora podrán hacerlo sin recurrir a patrañas o ridículas argucias –que nadie se traga- como presentar candidatos apoyados por planillas como “Círculo Verde” (PRI), “Triángulo Azul” (PAN) o “Cuadrado Amarillo” (PRD).

La postura de Ivonne Ortega es patética, por decirlo amablemente.

De hecho, el asunto es tan claro y tan sencillo de entender que hasta el aliado del tricolor en 2013, el PVEM –que no se distingue precisamente por su brillantez-, lo ha dejado solo en su idea de impugnar la participación de los partidos en las juntas auxiliares.

No hay un gramo de congruencia en el PRI. Tampoco de honestidad. Y es que hay un verdadero trasfondo en las impugnaciones presentadas ante el TEPJF.

Tanto Ortega como Pablito no quieren aceptar que, oootra vez, el morenovallismo les comió el mandado. Porque no sólo les tomó la palabra, sino que en un descuido ya les ganó media elección, colando en las convocatorias la posibilidad de que los partidos, como el año pasado, puedan presentar candidaturas comunes en las juntas auxiliares en disputa.

La misma medicina amarga que fue aplicada al PRI en 2010 para sacarlo de Casa Puebla, la misma pócima de la elección intermedia de 2013 que permitió al gobernador y su grupo apoderarse de (casi) todo en el estado: ayuntamientos y Congreso.

Es ese, no otro, el gran temor –y el gran enojo- de Ivonne Ortega y su patiño. No la participación de los partidos, sino la megacoalición que ya se cocina para volver a aplastarlos.

Les aterroriza tener que volver a enfrentar a bloques organizados capaces de capitalizar el voto negativo y el rechazo que todavía existe en amplias franjas de la población a todo lo que representa o huele a PRI.

En el diseño de gobierno morenovallista, hasta las juntas auxiliares son una estación electoral clave.

Incongruentes y faltos de reflejos, los priístas no acaban de entender que mientras ellos se distraen en pequeñeces, se divierten en tertulias y se matan las pocas neuronas que les quedan en encontrar al relevo idóneo de un dirigente “muerto” y obtuso como Fernández del Campo, el gobernador Rafael Moreno Valle ya está jugando el 2016 y el 2018.

Y lo está jugando para repetirles la dosis.

¿O alguien lo duda?

gar_pro@hotmail.com

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