Que en efecto: el pasado sábado Enrique Agüera Ibáñez contrajo nupcias por la Iglesia católica con la señora Arminda Bastos Saavedra en el exclusivo Country Club Bosque Real de Huixquilucan, en el estado de México.
Entre los invitados de la política nacional y local estuvieron los siguientes personajes:
Ivonne Ortega, Fernando Moreno Peña y Pablo Fernández del Campo, secretaria general del CEN, delegado en Puebla y dirigente estatal del PRI, respectivamente.
También el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz; la senadora Lucero Saldaña, y el empresario Rafael Moreno Valle Sánchez, quien fue padrino de velación y quien hace unas semanas había prestado su residencia en La Vista Country Club, en Puebla, para el enlace civil.
En la fiesta también se vio a: Jaime Alcántara Silva, coordinador de la fracasada campaña de Agüera a la alcaldía de Puebla; Víctor Giorgana Jiménez, futuro diputado local; Claudia Hernández Medina, quien este martes retoma la dirigencia municipal del PRI tras su fallida aventura electoral, y el dirigente de la CROC, René Sánchez Juárez.
Fueron en total 300 invitados.
Cuentan que a la misa en Bosques de Las Lomas, presidida por el arzobispo poblano Víctor Sánchez Espinosa, llegaron dos personajes que tras felicitar al matrimonio Agüera-Bastos, se retiraron discretamente, ausentándose posteriormente de la pachanga en el Country Club Bosque Real: el primero fue el dirigente sindical del ayuntamiento de Puebla, Israel Pacheco Velázquez, y el segundo, Damián Hernández, operador y, hasta donde se sabe, brazo derecho del muy, pero muy feliz ex rector de la BUAP.
***
Que este lunes los gobernadores del PAN, entre ellos el poblano Rafael Moreno Valle, sostuvieron una reunión en la que llegaron a importantes acuerdos respecto a temas clave de la agenda política nacional.
En concreto, establecieron cerrar filas en asuntos como las negociaciones de los presupuestos para el 2014 y las reformas estructurales, donde el criterio –al menos hasta el momento- es priorizar la reforma política electoral sobre la energética.
El papel de Moreno Valle dentro del grupo de mandatarios panistas adquiere en estos momentos una especial relevancia, sobre todo debido a que el próximo 22 de agosto asumirá la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores, la CONAGO.
Los pronósticos indican que, como lo ha venido haciendo en el discurso, el poblano se convertirá desde esa posición de privilegio en un aliado importante de Enrique Peña Nieto, tratando de conciliar los intereses del presidente de la República con los de su partido, estirando la liga pero evitando que esta se rompa, en un juego mayor en el que los equilibrios y la astucia definirán el futuro de la relación entre los dos personajes, sobre todo de cara a las elecciones federales del 2015.
Por lo pronto, desde ayer Moreno Valle empezó a ejercer un liderazgo natural entre sus homólogos del PAN y a llenar los vacíos que estos han ido dejando en el camino. En el camino hacia Los Pinos, sobre todo después de los resultados electorales del pasado 7 de julio. ¿O me equivoco?
***
Que un simple comparativo entre la actividad legislativa en 2012 y 2013 demuestra hasta dónde llegó el entreguismo del priísta Édgar Salomón Escorza hacia el gobernador Rafael Moreno Valle.
Mientras este sujeto fue presidente de la Cámara, se aprobaron un total de 162 iniciativas, sí, pero 95 fueron presentadas por el Ejecutivo del estado y el resto, 67, por los diputados.
En contraste, en 2013, durante el periodo que ya le ha tocado encabezar el Congreso al panista Mario Riestra Piña, han sido aprobadas 63, pero con una diferencia sustancial: 51 han sido presentadas por los diputados y el resto, 12, por Moreno Valle, que así dejó un poco al margen su conocido papel de “Gran Legislador”.
Además de que hay una clara distinción en cuanto a la calidad de las iniciativas aprobadas durante el periodo de Riestra –tema tal vez de otro comentario-, las gráficas son contundentes y no resisten cuestionamientos.
Aunque el señor Salomón acostumbre tirarse al piso y ponerse a llorar por los rincones, como muñeca fea, cuando alguien se atreve a criticar su abyecta, y vergonzosa, actuación al frente –lamentablemente- del Congreso de Puebla.