Se acabaron las campañas –que no lo que las caracterizó: la guerra sucia-, llegó la hora de ir a las urnas –donde se anticipa un choque de estructuras de antologÃa-, y una pregunta sigue en el aire: ¿con cuántos votos se gana la presidencia municipal de Puebla?
Para darnos una idea, veamos lo que ha ocurrido en los últimos cinco comicios capitalinos:
1998
Mario MarÃn Torres (PRI) – 166,745 votos (38.6%)
José Antonio DÃaz GarcÃa (PAN) – 132,133 votos (30.8%)
Emilio Maurer (PRD) – 112,280 votos (26.2%)
2001
Luis Paredes Moctezuma (PAN) – 170, 800 votos (44.8%)
Carlos A. Julián y Nácer (PRI) – 158,593 votos (41.5%)
Eduardo Ochoa (PRD) – 14,273 votos (3.74%)
2004
Enrique Doger Guerrero (PRI) – 242,808 votos (49.2%)
Pablo RodrÃguez Regordosa (PAN) – 198,744 votos (40.4%)
Jorge Morales Alducin (PRD) – 18,718 votos (3.8%)
2007
Blanca Alcalá Ruiz (PRI) – 224,538 votos (50.6%)
Antonio Sánchez DÃaz de Rivera (PAN) – 129,156 votos (29.1%)
Samuel Malpica (PRD/Convergencia) – 22,672 votos (6.23%)
2010
Eduardo Rivera Pérez (Compromiso por Puebla) – 308,697 votos (53.9%)
Mario Montero Serrano (PRI/PVEM) – 201,046 votos (35.1%)
Rodolfo Huerta (PT) – 35,672 (6.2%)
Por supuesto que todas las elecciones han sido diferentes, por diversas circunstancias y en principio por el crecimiento del listado nominal.
Y que invariablemente el número de sufragios finales ha tenido un vÃnculo directo con el porcentaje de participación de los electores, que en términos generales ha oscilado entre 42 y 56%, pero no más.
La presencia de las alianzas entre partidos –fenómeno que ya se vivió en 2010- y ahora las candidaturas comunes, son factores que sin duda influirán este domingo de elección intermedia. Un proceso que por eso, por ser intermedio, sin embargo, despierta menos interés que cuando también se elige gobernador.
De 1998 a la fecha, el candidato del PAN (más PRD, Nueva Alianza y Convergencia) que más votos obtuvo fue el actual alcalde, Eduardo Rivera Pérez, en 2010, con 308,697; en tanto que el candidato del PRI con más votos ha sido Enrique Doger Guerrero, en 2004, con 242,808.
En sentido inverso, el panista con menos sufragios fue Antonio Sánchez DÃaz de Rivera, en 2007, con 129,156 votos, mientras que el priÃsta con menor número fue Carlos Alberto Julián y Nácer, en 2001 con 158,593 votos. Ambos, claro, perdieron.
Se entiende, entonces, que hoy, con una participación estimada por los especialistas no superior a 45%, con alrededor de 260 mil votos –tal vez un poco más- se ganará la presidencia municipal de Puebla, habiendo incluso una diferencia de hasta 10 puntos (unos 50 mil votos) entre el vencedor y el derrotado, bajo el entendido de que el primero obtuviera el 50% de la votación total calculada en 520 mil sufragios, con base, repito, en una participación del 45% sobre un listado nominal de 1 millón 165 mil 554 electores.
AsÃ, va a ser muy difÃcil que el candidato de Puebla Unida (PAN-PRD-Panal-Compromiso por Puebla), Tony Gali, o de la alianza 5 de Mayo (PRI-PVEM), Enrique Agüera, alcancen los votos logrados por Eduardo Rivera, indudablemente un caso inédito, para un análisis más sereno.
Pero la meta de ambos es, debe ser esa: doscientos sesenta mil. Por lo menos.
Por otra parte, ¿puede haber voto diferenciado?
Es poco probable: el modelo electoral poblano implica que o se gana todo o se pierde todo.
Salvo alguna excepción en la historia reciente, y que todo el cÃrculo rojo conoce, quien gana la alcaldÃa gana también los distritos de la ciudad, siete en este caso a partir de la nueva distritación aprobada por el Congreso del estado.
Llegó, pues, la hora de la verdad.
Este domingo por la tarde-noche ya tendremos virtualmente presidente municipal electo.
Y por primera, y única vez, para un periodo de 4 años y 8 meses.
Literalmente un pasaporte a la gubernatura.
Otro factor que sin duda también pesará a la hora de emitir nuestro voto.
Uno de esos 260 mil con que se gana la alcaldÃa más importante del estado.