Pues sí: en tremendos problemas administrativos tiene inmersa a la Universidad para el Desarrollo del Estado de Puebla (UNIDES) su rector, José Ojeda Bustamante.
Tal es el desorden que ya ha manifestado en la Ibero Puebla, su antigua casa, que está muy próximo a ejercer o presentar su renuncia definitiva.
Inclusive, cuentan fuentes bien informadas, ha pedido ya a sus amigos en dicha universidad que le otorguen un mayor número de horas, a fin de compensar el jugoso sueldo que hoy tiene como funcionario público.
Lo cierto es que el rector Ojeda huye del desastre administrativo de su gestión y, como las ratas, pretende abandonar el barco antes de que este se hunda.
Y es que además del desorden administrativo, materia de una auditoría de la Contraloría y de la SEP, el todavía titular de esta universidad deja a su paso diversas quejas por acoso.
Tan descuidado ha resultado el personaje que diversos mensajes de texto que comprueban este hecho circulan ya en oficinas gubernamentales.
De ello puede dar prueba una de las ex colaboradoras de la UNIDES, quien por cierto ahora labora en la Policía Auxiliar después de sufrir las presiones que Ojeda ejerció sobre su persona para conseguir salirse con la suya.
Como aquí se ha reportado desde hace tiempo, esta criatura del señor ha incurrido en una interminable serie de abusos y excesos, la mayoría relacionada con manejo indebido de contratos, desvío de recursos del Programa de Educación a Distancia y pago de gastos personales (paquetería, invitaciones, tintorería, gasolina, comidas familiares, etcétera) con dinero de la universidad.
Sin embargo, el rector permanece impune. Y más que eso: como ejemplo vivo de que aquellas palabras del gobernador Rafael Moreno Valle, en el sentido de que “nadie por encima de la ley”, son sólo eso: palabras, palabras que se las ha llevado el viento.