Y se ratificó –sin sobresaltos- el cacicazgo de “Su Majestad”.
Émulo del eterno dirigente cetemista, Don Fidel, que desde el averno seguramente sigue amenazando con estallar una huelga nacional si el gobierno no aumenta salarios, Israel Pacheco Velázquez se reeligió al frente del sindicato del ayuntamiento de Puebla.
Sin duda un sindicato poderoso.
Electorero.
Combativo.
Chantajista.
Dominante.
Millonario.
Incómodo.
Capaz de doblar a presidentes municipales.
De poner en vilo o paralizar a la ciudad de Puebla.
Y con nombre tan largo como el tiempo que “Su Majestad” lo ha controlado:
Sindicato Único de Empleados y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla, Instituciones Paramunicipales y -¡ufff!- Organismos Públicos Descentralizados “Licenciado Benito Juárez García”.
Mil 731 votos a favor.
Tres nulos (tres a quienes seguramente les ganó el sueño).
Once “en contra” (para jugar a la democracia y hacer como que hay disidencia).
Y con una gran novedad:
Desde tiempos inmemorables, “Su Majestad” venía reeligiéndose por un periodo de tres años.
Algo decente si se observa a los monstruos sindicales creados por el sistema: las Elba Esther Gordillo (hoy en desgracia y más que en desgracia: en la cárcel), los Romero Deschamps, los Joaquín Gamboa, los Francisco Hernández Juárez y un largo etcétera.
Esta vez lo hizo –y a puerta cerrada- para un lapso de ¡4 años y 8 meses!
Precisamente el tiempo que –por única y última vez- gobernará el nuevo presidente municipal de Puebla, sea Agüera o Gali, Gali o Agüera.
No es cosa menor: aprendido el camino, y el negocio, Israel Pacheco Velázquez no se echa para atrás ni para agarrar vuelo.
A veces más poderoso que cualquier alcalde, diputado o senador, es un hombre que sabe anticiparse a los acontecimientos.
Pase lo que pase el 7 de julio, gane quien gane, pierda quien pierda, él seguirá controlando el destino del aparato burocrático del gobierno municipal, que no mueve una hoja sin su autorización y que controla, como buen cacique, mediante la infalible fórmula del premio y el castigo, el apapacho y la represalia, la zanahoria y el palo.
Pero algo más: “Su Majestad” ya tiene listo su Ejército Electoral para lo que se ofrezca en las próximas elecciones.
Un ejército que tal vez no pueda hacer ganar a un candidato, pero que sí tiene la capacidad suficiente para provocar la derrota del que sea.
¿Para qué bando jugará esta vez nuestro Fidel Velázquez Poblano?
Ello lo determinarán sus propios intereses y los de su tatiasca –que no jefe político-, el diputado federal Enrique Doger Guerrero, distanciado –como la luna de la tierra- del PRI y de sus dirigentes: Pablo Fernández del Campo y Fernando Moreno Peña.
Se habla de acuerdos con Gali, de fuertes compromisos con el ex secretario de Infraestructura, pero quien sabe.
Aunque suele cumplir su palabra, el único patrimonio de los políticos, con Israel Pacheco nunca se sabe. Nunca.
Avezado jugador de póker, siempre se guarda un as bajo la manga.
No por nada se ha mantenido tanto tiempo, y sin despeinarse, al frente del casino del poder local.