Una muestra de que la guerra electoral en 2013 será de a deveras, y que el anunciado choque de trenes entre Los Pinos y Casa Puebla va a sacar chispas, son las señales que ya se empiezan a enviar desde Bucareli para dinamitar cualquier posibilidad de una alianza entre el PAN y el PRD en el estado.
Hasta hoy, el presidente Enrique Peña Nieto ha logrado controlar a la corriente dominante en el sol azteca –Nueva Izquierda- y a sus gobernadores.
La firma del Pacto por México por parte del dirigente perredista Jesús Zambrano fue elocuente. El Ejecutivo federal recibió un cheque en blanco y casi a cambio de nada.
Buena parte del resultado que el PRI obtenga en los 14 estados donde habrá elecciones depende de mantener bajo el radar a esa izquierda sistémica. Impedir que se salga del redil es parte del juego.
En contraste, de la alianza con el PRD depende que Moreno Valle pueda imponer a sus candidatos, sobre todo aquellos que como Tony Gali Fayad tienen el veto de los duros del blanquiazul. Sólo así podrá romper esos candados.
Desde la pasada semana, líderes del PRD en Puebla empezaron a ser llamados a cuentas por sus tratos en lo oscurito con el gobernador Moreno Valle.
La línea de Los Pinos empezó a sentirse con toda su fuerza.
Incluso, de repente, el dueño de la franquicia en la entidad, el senador Luis Miguel Barbosa, ya no está tan seguro de llegar hasta el final en su acuerdo (ni tan) secreto con el huésped de Casa Puebla.
Porque resulta que, como es natural, el interés de Los Pinos empieza a estar por encima de los intereses y arreglos de Nueva Izquierda con los gobernadores.
En su tiempo, Peña Nieto impidió las alianzas entre el PRD y el PAN en el Estado de México.
Y es que está probado que ese matrimonio por conveniencia es la única posibilidad real de derrotar al PRI.
De ahí que dirigentes como Eric Cotoñero, empleado de Barbosa, ya empezaron a cambiar el discurso: del “sí” absoluto a un “tal vez” indirecto.
Según el autonombrado líder del sol azteca, el PRD sí quiere todavía alianza con el PAN pero siempre y cuando lo dejen participar en la elección de los candidatos, especialmente en Puebla capital.
Una condicionante que hasta hace unos días no existía.
La verdad es que Peña Nieto tiene comprometidos a los caciques perredistas con toda clase de canonjías y prebendas.
Y ya se está operando para romper los acuerdos que había con Moreno Valle, quien seguramente logrará conformar una coalición, pero ya sin el PRD, que caminará solo, con candidatos propios, como contrapeso de la otra “izquierda”, la encabezada por Morena y Andrés Manuel López Obrador.
Pronto se verá que el CEN perredista o el Consejo Nacional romperá las coaliciones con el PAN.
La contienda 2013 ya empezó y la guerra entre Los Pinos y Casa Puebla va a ser todo menos una simulación.
¿Alguna duda?
***
Esta columna volverá a publicarse en los primeros días de enero.
Feliz 2013.