Cuentan que como patada de mula ha caído en Casa Puebla la noticia de que un viejo conocido como Germán Sierra Sánchez esté más que perfilado para entrar al relevo de Fernando Morales Martínez al frente del PRI estatal.
El gobernador Rafael Moreno Valle ya esperaba, sí, un cambio en el mando del tricolor, de cara al proceso electoral 2013, que no será un mero formalismo sino una auténtica guerra contra el PRI de Enrique Peña Nieto por el Congreso y las 217 alcaldías que estarán en juego.
Sin embargo, nunca pensó que le iban a enviar, de regalo adelantado de Navidad, un dirigente lo más anti morenovallista que se podría esperar.
Un tipo al que, además, Moreno Valle no podrá ni maicear ni controlar ni amenazar con sacarle a la luz expedientes incómodos.
Precisamente lo que está haciendo fuerte en el CEN del PRI a Germán Sierra para tomar las riendas del partido en el estado, pues si algo quiere el grupo peñista es mandar la señal –la “pinche señal”, dirían algunos- de que la disputa electoral va a ser en serio y no una más de las simulaciones que tanto gustan por estos lares.
Pocos lo saben pero la animadversión de Moreno Valle hacia Sierra es, en muchos sentidos, la misma que sentía por él en 2004, cuando se enfrentaron con todo en la Sucesión 2004 por la candidatura del PRI a la gubernatura, la misma que les terminaría ganando un tal Mario Marín.
De hecho, una de las primeras cosas que hizo Moreno Valle al convertirse en gobernador fue girar sus atentas instrucciones para cancelar todos y cada uno de los contratos que una empresa de monitoreo de medios (Media Solutions) de la familia Sierra tenía con diversas dependencias del poder Ejecutivo.
Y para que no quedara ninguna duda del rencor acumulado y arrastrado durante tantos años, fue despedida de la Secretaría General de Gobierno la novia de uno de los hijos de Sierra.
Hoy, de cara al 2013, las cosas no tendrían por qué ser diferentes.
Incluso, según las fuentes, desde el centro del poder estatal ya empezó todo un operativo para tratar de boicotear la llegada del Dr. Sierra al PRI estatal.
Declaraciones como la de uno de los peones de Casa Puebla, Leobardo Soto, dirigente de la CTM, quien hace unos días se lanzó con todo contra el ex senador, seguirán en los próximos días.
Al gobernador le hubiera gustado un perfil muy similar al de Fernando Morales para seguir mandando en el PRI.
Por eso se trató de impulsar al diputado José Luis Márquez, a la sombra de otro de los peones de Moreno Valle, el también diputado Javier López Zavala, pero precisamente por esto fue descartado por el CEN del PRI.
También se intentó subir a Jorge Juraidini, Jaime Alcántara y Alberto Jiménez Merino, más a modo de los intereses de Casa Puebla.
Sin embargo, todo parece indicar que la propuesta más firme, al menos hasta hoy, sigue siendo la de Germán Sierra.
Y es que su lejanía y pésima relación con Moreno Valle lo hace cada vez más atractivo a los ojos de quienes toman las decisiones en el PRI nacional.
Se espera que sea ya en los próximos días cuando Pedro Joaquín Coldwell haga el anuncio oficial de la esperada, cantada transición en el Comité Directivo Estatal.
Aunque todo, todo puede pasar.