El hecho -confirmado por dos fuentes distintas, ajenas entre sí- es la comidilla entre los altos mandos de la seguridad pública en el estado.
“Sólo eso nos faltaba”, dicen.
Y dicen bien.
Porque en Puebla los ratones (de dos patas) ya no respetan a nadie.
Y es que hace unos días, el Viernes de Dolores para ser exactos, un grupo de asaltantes se introdujo a una casa de la colonia La Paz, ubicada específicamente en la calle Atoyac.
Pero no a cualquier casa.
No, para nada.
Los delincuentes eligieron la casa de la mamá de Mario Montero Serrano.
Sí, del mismísimo secretario de Gobernación.
Del jefe de gabinete marinista.
Del responsable político de la seguridad en la entidad poblana.
¿Algún mensaje?
No se sabe con precisión (hay una investigación de inteligencia en curso), pero lo cierto es que cinco rateros se metieron a la fuerza al domicilio particular de la progenitora del poderoso funcionario, misma que por fortuna resultó ilesa a pesar de haber sido amagada con armas de fuego.
Un agente al tanto del caso me dijo que el atraco no se consumó por una sencilla razón:
En la sala del hogar, en un lugar más que visible, hay colocada una fotografía de Mario Montero y el gobernador Mario Marín Torres, quienes se abrazan como lo que son: dos estupendos amigos, y sonríen a la cámara.
Uno de los delincuentes la vio, reconoció al jefe del Ejecutivo, con una seña se lo hizo notar al que parecía ser el jefe de la banda, éste entendió de inmediato y… todos huyeron despavoridos.
Como si hubiesen visto al chamuco.
¿Después de todo quién, por muy audaz que sea, quiere tener cuentas pendientes con un secretario de Gobernación?
El asunto, grave tratándose de quien se trata, deja sin embargo una lección:
¿Quiere usted evitar que su casa sea atracada, estando o no usted presente?
¡Es fácil!
Consígase una foto con el gobernador (de preferencia en la que ambos se muestren amistosos), póngala en el portarretratos más grande que encuentre, corra a colocarla en el lugar más visible de su domicilio y despreocúpese…
La fórmula funciona.
Para bien o para mal, ya lo pudo comprobar la madre del segundo hombre en importancia del gobierno del estado de Puebla.
¿Tiempos violentos?
Usted dirá.
***
Toda una fichita resultó el candidato de Blanca Alcalá (¡candidatazo, alcaldesa!) para relevar a Guillermo Alberto Hidalgo Vigueras como secretario de Seguridad Pública y Tránsito de Puebla capital.
Es más: que Dios nos agarre confesados si los grupos de interés, encabezados por el regidor priísta Humberto Vázquez Arroyo, logran imponérselo a la presidenta (la única que manda en el ayuntamiento, qué conste).
Y es que resulta que José Héctor Carreón Herrera no sólo enfrenta un problema grave de alcoholismo, exacerbado por múltiples registros de inasistencia en su largo historial laboral, sino que fue removido de su último cargo en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal por los lamentables hechos sucedidos en la discoteca News Divine, donde un grupo de adolescentes murió tras un fallido operativo de desalojo.
El personaje fungía como subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas e hizo tan mal su trabajo, que tuvo que salir por la puerta trasera.
¿Ésa es la propuesta de Alcalá para dirigir los esfuerzos de seguridad en la Angelópólis?
¿Pues qué le hicimos presidenta?
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Se reúne con mujeres.
Con egresados de la UDLA.
Con empresarios.
Con grupos y líderes sociales.
Con rotarios y otros convencionistas.
Con amas de casa.
Con intelectuales y maestros.
Poco a poco va tejiendo sus redes de apoyo.
Armando estructuras.
Y reclutando simpatizantes.
Es claro que está en campaña.
En campaña por la alcaldía de Puebla.
Y que cuenta con el visto bueno de Mario Marín.
No podría ser de otro modo.
Pues en la política no existen las casualidades.
Su nombre es Guillermo.
Sus apellidos Deloya Cobián.
Y trabaja como secretario particular del gobernador.
Ayer, por pronto, encabezó un acto de “Rehabilitación del Parque y Espacios Deportivos del Barrio de San Antonio”.
Y se sintió como Pedro por su casa.
Le sale requetebién la pose de candidato.
Si camina como pato, grazna como pato y come como pato, ¿qué es?