Según Valentín Meneses, ya no era secretario de Gobernación cuando concretó los trámites legales que lo convirtieron en notario público número 28. Por eso, jura, ya no estuvo en la firma de la entrega-recepción de su oficina en el momento final de la transición entre marinistas y morenovallistas.
Según Fernando Manzanilla, secretario general de Gobierno, efectivamente, Valentín Meneses había renunciado (o pedido licencia, no está del todo claro) días antes del fin del sexenio, por lo que la entrega-recepción fue realizada y culminada por el entonces subsecretario de Asuntos Políticos, Joe Hernández Corona.
¿Entonces –como se puede ver con claridad en esta foto de aquellos días-, qué diablos hace Valentín Meneses justo en el momento en que Fernando Manzanilla precisamente firma y, así, concreta, de su puño y letra, la multicitada entrega-recepción?
Si ya no era secretario de Gobernación como aseguran, en calidad de qué se apersonó en ese momento tan importante para la Administración Pública Estatal.
¿Cómo invitado?
¿Testigo?
¿Colado?
¡Por favor!
Sí. Algo está mal, muy mal en el ya de por sí opaco y enrarecido proceso que convirtió a Meneses en fedatario.
¿Quién miente?
Y más importante:
¿Por qué?
¿Acaso el que aparece en la imagen al lado de Fernando Manzanilla, con lentes y los dedos de las manos entrecruzadas, no es el actual notario número 28?
¿Es su estatua de cera?
¿Su doble?
¿Un clon?
O van a salir, al estilo de “Es mi voz pero no es mi voz”, con que el de la foto:
¿Es Valentín Meneses pero no es Valentín Meneses?
Ahora sí que como diría el clásico:
Son preguntas, conste.
***
Dos correos sobre el secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado, quien la pasada semana se atrevió a decir con notable cinismo que no importa, no, que dos directores de Ceresos violen la Ley de Reinserción Social.
El primero, cortesía de don Bernardo Téllez, informado y crítico lector:
“Entorno al ya controvertido tema de los nombramientos de funcionarios penitenciarios y a la torpe reacción del Secretario de Seguridad Pública, los únicos antecedentes que me vienen a la mente, son:
“Primero.- El caso de Jorge Estefan Chidiac, quien en los primeros días de febrero de 1993, tuvo que solicitar licencia para separarse de su cargo como Contralor del Estado, luego de que se publicó que el funcionario no cumplía la edad estipulada en la Constitución Política del Estado de Puebla, 30 años, para ser titular de una secretaría y por ende, parte del gabinete oficial del gobernador de Puebla Manuel Bartlett.
“Segundo.- El caso del tristemente célebre Secretario de Educación Pública Fausto Alzati, quien duró en el cargo solo 42 días, luego de que la reportera Jessica Kreimerman publicó el 9 de diciembre de 1994 en el periódico Reforma, que el funcionario federal ostentaba un título académico, que en realidad nunca le había sido otorgado.
“En el caso de Puebla, por supuesto que mueve a la curiosidad, cómo manejará este asunto el nuevo gobierno de la alternancia.
“Por lo pronto, ahí están los casos de cómo actuaron dos gobiernos priístas, perseguidos siempre por el estigma de la corrupción, pero cuando fueron señalados hechos específicos, contundentes e irrebatibles, se actuó y se privilegió el respeto a la legalidad.
“Paradójicamente, el PAN que siempre ha enarbolado las banderas de la honestidad, de la congruencia y de la respetabilidad hacia las instituciones, hasta el día de hoy ha asumido la posición de que dos funcionarios penitenciarios que no cumplen con los requisitos establecidos en la ley para desempeñar el cargo, no tiene importancia.
“Según el jefe de estos funcionarios, el priìsta Ardelio Vargas, no tiene importancia, que violen la ley, lo importante es que “….tienen experiencia y disposición de hacer las cosas bien…” (sic).
“Yo creo que en algún momento, alguno de los colegios de abogados despertarán del marasmo en el que se hallan atrapados y vendrá una enérgica condena a la absurda posición del funcionario policiaco, que aparentemente es abogado, aunque con esa postura que la ley no es un asunto tan importante, valdría la pena investigar si su título quizá también sea de los de a mentiritas….”.
Y el segundo correo de nuestra amiga Jennyfer López:
“Mi querido Arturo:
“Las denuncias de corrupción y de la flagrante violación con respecto a los nombramientos de los priistas conocidos como amantes de los negocios sucios en donde la carne humana es el producto a comercializar no son nuevos.
“Me refiero a los siniestros personajes Carlos Taboada Villanueva y Marco Antonio Gómez Virgen.
“¿Por qué Ardelio Vargas Fosado está en el gabinete del actual gobernador?
“Es sencillo responder, la basura, la podredumbre, lo bajo, la violencia y el abuso de personas que se les considera tan poco valiosas como lo que se pudre en el relleno sanitario poblano necesitan, según las mentes torcidas, como en los siglos XV en los calabozos de Francia, matarlos poco a poco sin signos de piedad con todo el sufrimiento posible.
“Para esto mismo se necesitan “verdugos” vestidos de traje y estos tipejos son ideales, empezando por Ardelio Vargas Fosado.
“¿Acaso no existen estudios probados para el trato y mejora de los presos y de los pequeños infractores en otras partes del mundo?
“Por supuesto, pero como la descomposición social en nuestro país es grave, el temor de ser asesinados en la calle paraliza la razón y ocupa la mente, los menos recordados son los que están internados en estos lugares, quizás los familiares en algunas ocasiones denuncien, pero tampoco pueden poner en riesgo la salud de los mismos por “chivatones”.
“¿Nadie está por encima de la ley?
“Esto se repite constantemente por los políticos y estamos acostumbrados que los rezan como oración matinal sin sentido.
“Espero como muchos mexicanos que la mejora de nuestro país se otorgue para todos, no solo para los que estamos “libres”, sino para los que se les considera criminales o pequeños infractores con funcionarios mejor preparados académicamente sin tener temor de ser “asaltados” en la calle por delincuentes que jamás se encontrarán precisamente por la corrupción por proponer los cambios que rompan los negocios negros, vicios aceitados por varias generaciones.
“El negocio de la carne de presidio es fabuloso y para fortuna de esta mafia, como en la funeraria, siempre tienen clientes.
“Saludos”.