Arturo Luna Silva
Hace un par de días, Javier López Zavala recibió documentos certificados que prueban que al menos uno de los virtuales candidatos del PRI a diputados del Congreso del estado es cachirul.
Vamos: que no reúne los requisitos a que obliga la ley electoral vigente en Puebla.
Se trata de Ernesto Leyva, a quien el zavalismo quiere mandar por el distrito 12 con cabecera en Acatlán de Osorio.
Resulta que Leyva acredita su “ciudadanía” poblana mediante un acta de nacimiento expedida por el Registro Civil de Chinantla.
Lo cierto es que, como lo dicen los documentos –de los cuales este reportero obtuvo una copia-, Leyva vio la luz el 5 de marzo de 1971, a las 5:03 horas, en el Hospital Policlínico de Nueva York, municipio de Manhattan.
Sí, en Estados Unidos.
Sus padres fueron Anselmo Leyva y María Eugenia Córdova, el primero ya fallecido.
Algunos integrantes de la familia Leyva siguen viviendo, incluso, en el condado de Bronx, en la dirección: Calle Beck 566, Departamento 16, dentro de los límites de la ciudad.
Ernesto Leyva no puede ser candidato a diputado por Acatlán.
Y por ningún otro distrito de la entidad poblana.
Y es que es más gringo que el futbol americano, los hot dogs o Mickey Mouse.
El candidato del PRI a la gubernatura recibió no sólo copia del acta que así lo confirma; también, para que no haya dudas, la traducción literal de la misma, labor realizada por el perito Profr. Mariano Juárez Tapia, acreditado desde 1997 ante los Registros del Estado Civil de las personas del Estado de Puebla.
Fuentes enteradas del caso dicen que el acta de nacimiento que presenta Leyva para acreditar su “ciudadanía” poblana es falsa. Señalan que tal vez aparezca en los libros de Chinantla, pero no, definitivamente, en los libros copiadores de la Dirección General del Registro Civil en la ciudad de Puebla.
En conclusión, Ernesto Leyva no es elegible para un puesto de elección popular en Puebla.
Es seguro que el PRI de Alejandro Armenta, y especialmente López Zavala, van a tener que replantear –y en serio- su gran propuesta de candidato a diputado por Acatlán.
A menos que quieran mandar a competir a un auténtico chachirul y asumir las consecuencias hasta legales de un acción así, ya ni se diga las electorales, pues para la oposición, especialmente para el frente opositor, Leyva sería un auténtico flan, de tan, tan vulnerable.
¿Voy bien o me regreso?
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Este fin de semana Javier López Zavala se reunió con su equipo de trabajo.
El de a de veras.
Su “burbuja”, pues.
Salvo algún colado, como Arturo González, mejor conocido como “La Estrella” –luego le cuento con datos duros del tiradero que dejó en el SICOM-, nótese que de don Jesús Morales Flores, ni sus luces.
Ya ni como adorno funciona.
Y de guarura, menos.
Me parece que el “coordinador” (aguántese la risa) de la campaña zavalista ahora sí entendió por qué Fidel Velázquez decía aquello de quien se mueve, no sale en la foto.
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Esta semana será definitiva para la elección del candidato del PAN a la presidencia municipal de Puebla.
Fuentes del blanquiazul aseguran que Eduardo Rivera Pérez (“El Cabo Catoche” o “El Patrullero 777”) y Humberto Aguilar Coronado (“El Tigre”) conocerán los resultados de una encuesta que se mandó a hacer en los últimos siete días en colonias, unidades habitacionales y barrios de esta capital con el fin de concretar una candidatura de unidad.
El acuerdo sería que el peor posicionado de los dos declinaría a favor del mejor posicionado, para evitar, entre otras cosas, el desgaste político y económico de la elección interna programada para este 20 de marzo.
Si el diputado con licencia supera por más de cinco puntos al senador con licencia, entonces éste deberá bajarse de la contienda; lo mismo tendría que hacer Rivera Pérez si sucede que Aguilar Coronado lo rebasa por ese mismo margen en conocimiento e intención de voto.
Dicho acuerdo estaría avalado tanto por los dirigentes nacional y estatal del PAN, César “El Pinocho” Nava y Juan Carlos “El Osito” Mondragón, respectivamente, como por el candidato de la coalición opositora a la gubernatura, Rafael Moreno Valle.
¿Será?
Lo cierto es que la propuesta de que los dos aspirantes presenten una sola planilla de regidores, va en ese sentido: el de privilegiar la candidatura de unidad y evitar roces y rupturas que acabarían por hundir al ya de por sí alicaído panismo en la ciudad de Puebla.