Arturo Luna Silva
Ni de aquí pero tampoco de allá, Enrique Doger enfrenta sin duda uno de los momentos más complicados de su carrera política.
Y es que a pesar de que tiene uno de los más altos índices de popularidad, está en el limbo y más que en éste: en el purgatorio, ese espacio intangible e incierto que, según “La Divina Comedia”, separa al infierno del paraíso, y viceversa.
Moderno Dr. Jekyll y Mr. Hyde, no termina por encontrar cobijo en el PRI, donde el veto de Mario Marín sigue vigente, pero tampoco en el frente opositor conformado por PAN-PRD-PANAL-Convergencia, cuyas puertas se le abren y cierran con la misma rapidez.
En el PRI, sus principales promotores –y protectores-, Javier López Zavala y Alejandro Armenta, siguen dándole oxígeno.
Sin la aprobación de Marín, el candidato a la gubernatura y el dirigente estatal tratan de ofrecerle el oro y el moro con tal de que no se vaya del partido.
Una secretaría de Estado –que pudiese ser Educación o Salud-, una diputación plurinominal –para Nacho Mier- y varias candidaturas a presidencias municipales –principalmente de la Sierra Norte-, son la oferta sobre la mesa.
Pero la falta de garantías de cumplimiento ha impedido el acuerdo. Doger desconfía de López Zavala. No le cree cuando éste le jura y perjura (por la virgencita) que él, y no Marín, será el gobernador. Que él tomará las decisiones y no su padre político.
Bajo esa dinámica, el “delfín” del “delfín”, es decir, Armenta, peca de ingenuo.
Se sabe que López Zavala, ya en el poder, seguirá el mismo modelo de su progenitor. Desde el primer día tratará de construir la candidatura a Casa Puebla de Armenta, quien hoy no es capaz de ver lo que se le avecina en, digamos, cinco años:
Rehabilitado por el zavalismo, otra vez en posición de fuerza, Doger le disputará la gubernatura de la misma y encarnizada forma que se la peleó hoy a López Zavala. Y su guerra no tendrá fin.
En otras palabras: Armenta está dando vida, artificial pero finalmente vida, a su futuro y seguro y enconado enemigo. Y Doger entonces no cometerá los mismos errores que ahora lo llevaron a perder frente a López Zavala. Será el “Frankestein” particular de Armenta. Y entonces no se conformará con el plato de lentejas que hoy negocia con el candidato del PRI.
Por otra parte, mientras esto sucede en el frente tricolor, Doger espera que la línea nacional de los partidos que integran el Frente Amplio Antimarinista le abra el camino y aplaque a los panistas de cepa que lo tienen vetado como opción para la alcaldía de Puebla.
Doger sabe que el PAN no tiene realmente figuras de peso para ir en dupla con Rafael Moreno Valle y éste sabe que no tendría mejor pareja que el ex rector. Pero ni uno ni otro han logrado abrir los cerrojos que impiden que el dúo avance. Todavía.
Así los días de Doger, que cual oscuro objeto del deseo (Buñuel dixit) sigue deshojando la margarita, pero sin la certidumbre de saber qué le deparará el destino.
No está dentro del PRI pero tampoco afuera. No está con el Frente Amplio Antimarinista pero tampoco contra él. Como la India María, no es de aquí pero tampoco de allá. Y lo peor es que es muy posible que se pueda quedar como el celebérrimo perro de las dos tortas, por lo demás final lógico para quienes apuestan fuerte y juegan al mismo tiempo en dos o más mesas de póker.
¿Podrá su amigo Rafael Moreno Valle hacer a un lado los escollos que impiden su arribo a la alianza y enfrentarse una vez más al panismo tradicional a través de una decisión nacional?
¿O podrán más las buenas labores de los buenos samaritanos de López Zavala o Armenta para saltar el veto marinista y evitar que abandone el barco tricolor?
Eso, esto, se tendrá que definir esta semana. No se pierda el último capítulo de esta preciosa telenovela.
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Ante la imposibilidad de hacerlo personalmente, agradezco desde este espacio a los amigos que por múltiples vías nos hicieron llegar sus felicitaciones con motivo del primer aniversario de www.pueblaonline.com.mx.
A todos, un afectuoso abrazo.