Arturo Luna Silva
Que el PAN empieza a ceder en su negativa inicial para considerar a Enrique Doger Guerrero como probable candidato del Frente Amplio Antimarinista (FAM) a la presidencia municipal de Puebla.
Ayer por la tarde, a través de un boletín, el dirigente estatal del blanquiazul, Juan Carlos Mondragón, aceptó por fin que no sólo el tema se ha puesto sobre la mesa de negociación, sino que si bien Acción Nacional “considera que dicha posición le corresponde por la fuerza que representa en la capital, misma que ha gobernado en dos ocasiones”, el PAN “está en el ánimo de dialogar para construir lo que más le convenga a los poblanos, porque lo que nos une es Puebla” (sic).
Reveladoras y significativas palabras que no dejan lugar a dudas.
Es claro que el muro panista empieza a caer.
Y la insistencia de Rafael Moreno Valle, principal promotor de Doger al interior del FAM, va dando frutos.
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Que si el Partido del Trabajo y Convergencia finalmente no se acaban sumando al Frente Amplio Antimarinista, ya saben a quién deben lanzar como su candidato a la gubernatura.
Se trata del priísta Víctor Gabriel Chedraui, actual director del Instituto para la Asistencia Pública del Estado de Puebla y –hasta hoy- aspirante a la presidencia municipal de Puebla.
De confirmarse, la incursión de Chedraui bajo los colores del PT y Convergencia tendría todo el sello de Casa Puebla, donde saben que ante el escenario de polarización que se avecina y el cantado choque de trenes entre Javier López Zavala y Rafael Moreno Valle, será necesario un tercero en discordia.
Vamos, un nuevo Maurer, alguien con perfil ciudadano, que jale y le quite votos al Partido Acción Nacional para beneficio del PRI.
Papel que le caería como anillo al dedo a Chedraui, famoso en la política local por la brillante manera en que suele hacer el papel de patiño.
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Que el pasado martes Enrique Doger no sólo se dio tiempo para acudir al DF al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para presentar alegatos a su favor por la queja que interpuso en contra el PRI de Puebla.
También sostuvo una larga entrevista privada con Manuel Camacho Solís, el cerebro del FAM, en las oficinas de éste, ubicadas en Lomas de Chapultepec.
Quizá allí el ex alcalde y ex rector haya terminado de planchar su más que anunciada inclusión al bloque opositor que busca sacar al marinismo de Casa Puebla.
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Que el de ayer no fue precisamente un gran día para Doger.
Y es que su equipo jurídico esperaba que el Trife emitiera un fallo parcial pero favorable a su causa, a pesar de que la impugnación interpuesta por el ex edil nunca apareció en la orden del día de la sesión de este miércoles.
En el bunker dogerista de la colonia La Paz estaban seguros de que el magistrado Salvador Nava se pronunciaría a favor de que el PRI poblano le entregara una copia certificada de su padrón de militantes y le diese un plazo de 72 horas para reponer el procedimiento que, según la Comisión de Procesos Internos –encabezada por José Alarcón-, causó que se le negara el registro como precandidato a la gubernatura.
Más allá de que Doger pudiese o no cumplir en ese tiempo con el requisito, cosa que se ve difícil, el fallo parcial del magistrado Nava hubiese forzado al PRI a posponer la Asamblea de Delegados del próximo domingo, de la cual Javier López Zavala surgirá como candidato a Casa Puebla.
Pero no sólo no se abordó el tema en la sesión de ayer, sino que las cosas no salieron como lo esperaban en el cuartel general del dogerismo, pues no consiguieron posponer la unción del “delfín”.
Ahora sí que se quedaron como las novias de pueblo: vestidos y alborotados.
¡Lástima Margarito!
(La historia, sin embargo, podría ser diferente la próxima semana).