Arturo Luna Silva
En serio que Mario Ayón ve la rogación y no se hinca.
Y es que ayer, al término de su comparecencia ante el pleno del Congreso estatal, un propio del general (un tipo mal encarado y con cuerpo de ropero) se acercó al diputado panista Enrique “El Huevo” Guevara para encararlo y retarlo a golpes.
Sí, retarlo a golpes.
Como en el barrio.
“Eres un chamaquito pendejo e irrespetuoso, te voy a partir la madre”, le dijo, textualmente, el sujeto con la pinta de kamikaze.
Guevara no lo podía creer.
Y los testigos del despropósito tampoco.
Ciertamente, durante la comparecencia, el legislador del PAN hizo un par de preguntas más o menos críticas al patético secretario de Seguridad Pública del gobierno marinista.
Vamos, que utilizó su tiempo para ridiculizar y exhibir en su justa, mínima dimensión a quien será recordado como la caricatura del sexenio.
¿Pero de ahí a ganarse una madriza?
Pues ni que estuviéramos en Cuba.
O en Venezuela.
Dice la ley que ningún diputado podrá ser reconvenido por sus opiniones.
Y que la glosa del informe del Ejecutivo es precisamente para eso: para exigir explicaciones.
Guste o no.
Incomode o no.
Pero Ayón (que ya no chupe de eso) y su gente o no lo entienden, se hacen tontos o piensan que todos son (somos) sus subordinados y que ellos siguen en la Zona Militar, allí donde los únicos argumentos válidos son el fuete y el puntapié.
Jamás se había visto que un funcionario del gobierno mandara amedrentar a un diputado por osar abrir la boca.
Y menos decirle que lo esperan “a la salida”, como en la primaria, para ajustar cuentas.
Si no pasó a mayores fue porque el rijoso fue sacado del recinto legislativo por personal de seguridad del propio Congreso del estado, atónito, abochornado por el suceso.
Bueno, el asunto fue –es- tan grave que, al trascender, generó la condena generalizada de todos los grupos parlamentarios, incluido el PRI, a través de Rocío García Olmedo.
Según me cuentan, anoche Guevara responsabilizó al prepotente secretario de Seguridad Pública de cualquier cosa que le suceda a él y a su familia.
Porque no es para menos.
Y es que la amenaza no fue un “hecho aislado”; fue totalmente en serio.
Y eso que dicen que esta vez Ayón y compañía llegaron en sus cinco sentidos.
¿Se imagina si no?
El hecho dará para más, mucho más.
***
De última hora:
Una fuente me dijo que el autor de la agresión al diputado Guevara es hijo del general Ayón: Mario Ayón Jr.
¿Será?
Pues si es, doblemente grave.