Arturo Luna Silva
Como todo parece indicar que el PAN y el PRD sí unirán fuerzas para tratar de sacar al PRI (y más que al PRI: al marinismo) de Casa Puebla, es obligado revisar cómo les fue a panistas y perredistas cuando, a pesar de sus profundas diferencias ideológicas y agravios mutuos, decidieron en el pasado reciente ir juntos en elecciones para renovar las gubernaturas.
En seis ocasiones, desde 1992, PAN y PRD han hecho alianzas electorales, pero sólo en tres han triunfado.
De acuerdo con registros periodísticos, PAN y PRD se han unido en alianza en Durango (1992), Coahuila (1999), Nayarit (1999), Chiapas (2000), Yucatán (2001), Oaxaca (2004) y Chihuahua (2004).
El pragmático experimento –criticado por priístas de todos los niveles; Beatriz Paredes, lideresa nacional del tricolor, dijo que la alianza del PAN con el PRD, sería “contra natura”- pretende repetirse en al menos tres de las 12 elecciones estatales que se disputarán en este año: Oaxaca, Veracruz y Puebla.
¿Tendrán éxito en nuestro estado?
Veamos que ha ocurrido en el pasado:
Fue en Durango, en 1992, cuando se dio la primera alianza electoral entre PRD y PAN, llevando como candidato a la gubernatura al actual secretario de Turismo del gobierno federal, Rodolfo “El Negro” Elizondo. El resultado fue: derrota. No pudieron arrebatarle al PRI el gobierno estatal.
En 1999, PAN y PRD empujaron en Coahuila la candidatura de Juan Antonio García Villa, mismo que perdió frente al priísta Enrique Martínez. Este fracaso fue un rotundo fracaso, pues Martínez se hizo del poder con el 60% de los votos.
También en 1999 PAN y PRD decidieron ir juntos en Nayarit, estado donde sin embargo les salió el tiro por la culata. Allí el ex priísta Antonio Echevarría fue postulado como su candidato a la gubernatura, bajo la coalición denominada “Alianza para el Cambio”. Echevarría ciertamente ganó los comicios, pero ya en el gobierno construyó un gabinete plural, con escasos perredistas y que luego fueron desplazados por colaboradores de origen priísta y panista. Es decir: Echeverría ganó con el PAN y PRD pero terminó gobernando con el PRI y una facción del PAN. El PRD fue borrado por completo.
En el 2000 PAN y PRD volvieron a las andadas, sólo que ahora en Chiapas y con éxito. Postularon al panista Pablo Salazar como el candidato a la gubernatura y éste venció al PRI en las urnas. Seis años después, el PRD fue solo con el ex priísta Juan Sabines y retuvo la gubernatura. Sin embargo, Sabines se alejó del PRD y ha mantenido cercanía con el gobierno de Felipe Calderón, cuyo triunfo reconoció a pesar de que el PRD y sobre todo Andrés Manuel López Obrador, su principal impulsor, lo impugnaron hasta en los tribunales.
En el 2001, perredistas y panistas se aliaron en Yucatán. Amalia García, por entonces lideresa del sol azteca, avaló la postulación del panista Patricio Patrón Laviada, quien tras ganar la elección desconoció cualquier acuerdo con el PRD, partido que volvió a hacer el ridículo pues se quedó como el perro de las dos tortas.
En 2004, PAN y PRD se unieron en dos comicios estatales: Oaxaca y Chihuahua. En ambos casos la alianza fue derrotada. En Oaxaca postularon al ex alcalde de la capital, Gabino Cué, quien generó la conformación de un amplio frente opositor que, empero, no logró vencer al gobernador José Murat ni a su candidato, el hoy gobernador Ulises Ruiz. Mientras tanto, en Chihuahua lanzaron al panista Javier Corral, quien sería derrotado, y por amplio margen, por el priísta José Reyes Baeza.
Así que si PAN y PRD concretan su alianza en Puebla, su futuro electoral podría no ser tan bueno como los promotores del acuerdo lo aseguran, especialmente Manuel Camacho Solías, quien estará aquí esta misma semana.
Y es que la historia no miente: de las seis veces que lo han intentado, sólo han ganado en tres: Nayarit, Chiapas y Yucatán. Pero con el detalle de que una vez en el poder, el PRD o el PAN han sido hechos a un lado por los nuevos gobernantes.
Algo que de seguro pasará en Puebla con el candidato que panistas y perredistas pretenden llevar como su candidato a la gubernatura para los comicios del próximo 4 de julio: Rafael Moreno Valle.
¿O a poco no?