Arturo Luna Silva
Fue el pasado viernes cuando Javier López Zavala y Blanca Alcalá Ruiz se sentaron a comer.
A comer y a conversar sobre el futuro del PRI, que vive tiempos de definiciones.
Como testigo (y aval) estuvo el ex diputado federal Jorge Estefan Chidiac, puente de oro entre el secretario de Desarrollo Social y la presidenta municipal.
Sin reproches ni poses, pronto surgió la empatía.
El punto en común.
La química.
Y algo más: la generosidad mutua.
De ella para reconocer en López Zavala al puntero en todas las encuestas (y así la legitimidad y viabilidad de su candidatura).
De él para aceptar la importancia del capital político de Alcalá Ruiz, sobre todo en la ciudad que gobierna.
La unidad del priísmo poblano, por sobre todas las cosas, guió la plática de principio a fin.
Las fuentes (de ambos bandos) no dan muchos detalles, pero según pudo enterarse el reportero, sí hubo ofrecimientos concretos.
De ella en el sentido de sumarse y aportar para que el PRI conserve la gubernatura en la persona de López Zavala.
De él para darle alternativas a su potencial carrera política.
Ya entrados en el tema, López Zavala puso sobre la mesa la Secretaría de Desarrollo Social, cuya titularidad podría ocupar Alcalá durante su gobierno.
Blanca ya fue subsecretaria de esa misma dependencia al arranque del actual sexenio, con Jorge Estefan y Alejandro Armenta, actual dirigente del PRI, como sus jefes.
Sabe del tema. Técnica y operativamente.
De tan inobjetable, su arribo a la secretaría que hasta el próximo día 16 ocupará López Zavala sería hasta natural.
Un acierto.
Pero también se habló de la famosa senaduría.
Sí, en principio, pero hay que medir, dijo el virtual candidato pensando en las futuras encuestas.
Sí, hay que medir, coincidió la alcaldesa.
La misma que tal vez, sólo tal vez (y hete aquí la novedad) pudiese pasar una temporada como lideresa estatal del PRI antes de intentar llegar a la vieja casona de Xicoténcatl representando a Puebla.
Así que el camino de Alcalá pudiese estar ya trazado:
Primero, secretaria de Desarrollo Social.
Segundo, presidenta del PRI estatal.
Y tercero, senadora de la República (si es que las condiciones así lo permiten).
Nadie tiene obviamente el futuro escriturado.
Pero el del viernes fue el primer acuerdo.
Un gran primero acuerdo, que de eso está hecha la política.
Y hubo conformidad de ambas partes.
Y es tan serio que por eso, precisamente por eso, ayer lunes fue la propia Blanca Alcalá la que le dijo al periodista Fernando A. Crisanto en las páginas de “Milenio Puebla”:
Que nunca tuvo distracciones.
Que culminará el periodo para el cual fue electa.
Que seguramente hacia adelante se darán nuevas oportunidades para seguir sirviendo a los poblanos.
Que los acuerdos son importantes en la política moderna.
Que está dispuesta a contribuir, a sumar y a que las cosas resulten y resulten bien.
Que ella se sumará a los candidatos que su partido esté postulando.
En otras palabras: que se baja de la contienda y que le despeja, vamos: le deja el camino libre, a Javier López Zavala, quien así, justamente así, sigue construyendo su candidatura de unidad.
***
Anoche, como dos amantes furtivos en medio del frío, Rafael Moreno Valle Rosas y Enrique Doger Guerrero sostuvieron una reunión privada en el hotel Holiday Inn del Parque Industrial Finsa, que sus respectivos guaruras vigilaron con uñas y dientes para evitar registros fotográficos por parte de reporteros enterados del clandestino encuentro.
No es difícil, empero, saber para qué y por qué se vieron.
Es obvio que la conspiración política contra el marinismo cuaja más rápido que una gelatina.
No extraña en el caso de Moreno Valle, que después de todo milita en el PAN, partido de abierta oposición al PRI; sí, sin embargo, en el de Doger, quien al menos hasta anoche seguía dentro de las filas del PRI, su partido, el mismo con el que, con la unidad en la boca, aún negocia grandes beneficios y “democráticas” prebendas.
Ya en diciembre pasado los mismos actores se habían reunido en casa del senador para intercambiar expedientes “secretos” contra Mario Marín y López Zavala.
Uno de ellos, el del famoso “narcoalcalde”.
Fue el periodista Rodolfo Ruiz, de e-consulta, quien informó de ello sin recibir desmentido.
La alianza Moreno Valle-Doger está, sin duda, en su mejor momento.
Está claro que ambos caminan juntos hacia un mismo objetivo: la destrucción del PRI.
***
Hablando del PAN.
Fuentes del partido me hicieron llegar una grabación en la que Ana Teresa Aranda se refiere en términos homofóbicos a su rival Moreno Valle.
Lo menos que dice es que Rafael es una reina que tal vez quiere ser coronada como candidata (o).
La guerra, pues, está declarada.
Luego le cuento.