Cuando lo encontró la muerte, Agustín Medina Meneses, el menor de 16 años que fue asesinado por un conductor irresponsable, alcoholizado e intoxicado, estaba resguardando a un grupo de 20 niños que este 30 de abril circulaban en sus bicicletas en la Vía Recreativa Metropolitana de la Recta Cholula. Su caso es especialmente triste, pero también nos debe llevar a la reflexión profunda en Puebla, con llamados de atención a todos, incluidas las autoridades y hasta los legisladores.
Debemos reconocer que en nuestra ciudad los automovilistas, en muchas ocasiones, tienen un pésimo comportamiento.
Hay un pacto tácito -junto con las leyes y normas específicas- de respeto a peatones, ciclistas y motociclistas, que no se cuida lo suficiente.
En este caso hay agravantes: José Carlos de 29 años de edad, conductor de la camioneta Honda CRV blanca, que arrolló a tres ciclistas y mató a Agustín, iba drogado y borracho.
Ya fue presentado, por cierto este miércoles, ante un juez de control.
Pero en muchos otros percances, la imprudencia no tiene esos ingredientes (alcohol y drogas), pero no por ello es menos grave.
Seamos verdaderamente autocríticos.
No solamente los choferes del transporte público, sino también los particulares, poco o nada respetan los señalamientos.
La primera reacción cuando hay calles cerradas para permitir su uso libre y lúdico a peatones y ciclistas es la molestia.
¿O no?
Una irracional queja aparece en muchos automovilistas.
Ese pacto social y vial no se cumple.
No hay consciencia.
En Puebla, desgraciadamente han ocurrido muchos de estos accidentes.
En lo que va de 2023, se ha reportado la muerte de nueve ciclistas y 31 peatones.
Este martes, en plena protesta por la muerte de Agustín, otro automovilista embistió a unos 15 ciclistas.
Afortunadamente no hubo una nueva tragedia que lamentar.
En la manifestación, expresaron críticas a la seguridad vial.
Eso es responsabilidad de las autoridades y, por cierto, habrá que preguntar qué está haciendo al respecto el secretario de Movilidad, Omar Álvarez Arronte.
Porque se repite la vieja y conocida receta de “después del niño ahogado…”
Los ciclistas exigieron también en su protesta una Ley de Movilidad con penas más severas.
Esa es tarea del Congreso del estado.
En Puebla, se circula con la muy errónea percepción de que los autos tienen prioridad.
El peatón, los ciclistas y los automovilistas, en las vialidades de la capital, su zona conurbada y muchas otras ciudades del estado, tienen que andar a la defensiva.
Literalmente luchando por sus vidas.
Aunque también ha habido casos en que hay imprudencia de ese lado.
El manejo de un automóvil es una enorme responsabilidad.
Es potencialmente un arma mortal, si se conduce con irresponsabilidad.
Agustín, el menor de 16 años, quien era sobrino del presidente estatal del PRI, Néstor Camarillo Medina, se despertó este 30 de abril con el gusto de ayudar, como parte del staff en la Vía Recreativa.
Lo hizo así y su vocación de ayuda debe también cimbrarnos.
Este caso tuvo todos los ingredientes de lo que debemos evitar.
Como bien dicen los compañeros de Agustín, quienes exigieron justicia:
“Mi vida vale más que tu prisa”.
O aprendemos las lecciones…
O seguirán las tragedias.