EL 8M POBLANO Y SU JUSTO Y AÑEJO CLAMOR DE JUSTICIA

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Muy por encima de los hechos aislados, aunque polémicos, de vandalismo, inevitables siempre en las concentraciones masivas de protesta, el mensaje del 8 de Marzo de 2023 (#8M2023) enarboló con especial fuerza el clamor de justicia, en muchos y en todos los ámbitos, y se sintió también con intensidad la reflexión y el recuerdo de que las mujeres han sido un sector históricamente relegado, que aún debe empujar para conseguir condiciones de equidad y paridad.

Por todo el país y en varias ciudades del estado de Puebla, especialmente en la capital, las mujeres tomaron nuevamente las calles.

Con legitimidad y, a pesar de ser un año preelectoral, las manifestaciones no estuvieron contaminadas, ni por los agentes ni por los partidos políticos.

Aunque por supuesto fue parte de las arengas, ya la despenalización del aborto no fue el principal grito en las marchas.

En una apreciación de varios colegas reporteros que cubrieron las manifestaciones, este año la demanda de atención a las desapariciones y los feminicidios ocupó la mayor atención de los colectivos.

#NiUnaMás, #NiUNaMenos, se escuchó reiteradamente.

Sin duda, en el caso específico de Puebla, las recientes aprobaciones en el Congreso del Estado de reformas a favor de las mujeres, despresurizó el tradicional nivel de rispidez de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

El aval en el Pleno, la semana pasada de las reformas a los códigos Civil, Penal y la ley en materia de combate a la violencia contra las mujeres, que fueron bautizadas como Ley Monzón y Ley Malena (o Ley Ácida), fue un aliento positivo previo al 8M.

El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina se reunió desde el lunes pasado con las representantes de diversos colectivos para escuchar sus demandas.

La sensibilidad institucional en Puebla ha tenido una nueva sintonía con las exigencias de las protestas.

Por ello, punto aparte, son tan condenables las inexplicables declaraciones del encargado de despacho de la Secretaría de Educación Pública (SEP) estatal, José Luis Sorcia Ramírez, quien el martes mostró insensibilidad al decir que por la “celebración” feminista, no podrían faltar las maestras a las aulas.

Luego tuvo que ser corregido por el titular de Gobernación estatal, Julio Huerta, quien le recordó que el gobernador había determinado que las mujeres que quisieran faltar a sus labores podían hacerlo, sin ninguna consecuencia.

Parece que al citado Sorcia Ramírez, ilustre desconocido entre los desconocidos -no pasará a la historia, o sí: a la de la ignomimia- le urge ser despedido como su antecesor en el cargo.

Han pasado décadas de las primeras manifestaciones por los derechos femeninos en Puebla.

La mirada al pasado es corta todavía.

Hoy es impensable pensar que apenas la generación anterior de mujeres consiguió el voto.

Precisamente el 17 de octubre de 2023, se cumplirán recién 70 años de esa conquista política y social.

También, al echar la mirada atrás, hay que reparar en que apenas hace 9 años, se consiguió, en 2014, la paridad de género en las postulaciones de los partidos.

Antes había una simulada “equidad”, que debió vencerse precisamente con reglas más estrictas que se han venido perfeccionando.

Un ejemplo son los bloques territoriales de competitividad, para que no ocurra, como hasta hace poco, que los partidos mandaban a las mujeres a elecciones en demarcaciones en las que iban seguras a la derrota.

Este 2024, cuando una mujer podría llegar a las Presidencia de la República, se cumplirá apenas una década de la obligación para partidos y coaliciones de presentar el mismo número de candidatas mujeres y candidatos hombres.

Todo ello es justicia.

Y su obtención es muy reciente.

Así como se ha avanzado en lo político, también ha habido pasos importantes en lo económico, en lo social, en lo profesional

Y sin embargo… la lucha sigue.

Debe seguir… hasta que se cuide a las mujeres más que a los monumentos.

gar_pro@hotmail.com

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