Movimiento Ciudadano (MC) anunció que no competirá en el Estado de México, supuestamente porque está todo “arreglado” para que gane Morena. Sin embargo, las matemáticas dicen otra cosa: la salida del partido de Dante Delgado de la competencia mexiquense, al contrario de lo que dice, terminará por afianzar la ventaja del lopezobradorismo. ¿Será que el partido naranja nos está anunciando que en 2024 será esquirol de la oposición y aliado de facto del régimen en todo el país y, por tanto, en Puebla también?
Sin el senador Juan Zepeda Hernández en la boleta, su muy popular abanderado, MC está dejando el campo libre al morenismo, principalmente en la zona oriente mexiquense.
El político metalero, que tanto presume su gusto por esa música, tiene ahí su bastión.
Por cierto, también ahí es donde podría estar la mayor fortaleza electoral de Delfina Gómez Álvarez, candidata de Morena.
Hablamos de la zona conurbada de Neza, Texcoco -que gobernó la ex titular de Educación federal- y una veintena de municipios, muchos con abundante población.
La postulación de Juan Zepeda dividía de manera importante el voto del sistema en esa región.
Porque es ahí donde el ex perredista es muy un rock star.
En la elección estatal de 2017, cuando compitió a la gubernatura solamente por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), logró un millón 084 mil 571 votos, en toda la entidad.
Luego, en 2018, cuando fue postulado al senado por el partido del sol azteca en alianza con MC y el PAN, obtuvo un millón 981 mil 671 sufragios.
Ya cuando llegó al Senado de la República dejó al PRD y se fue a MC.
Pero sí es competitivo es el abanderado rockero.
Por ello, las matemáticas nos indican que, al bajarse, el favor en realidad es para el lopezobradorismo, no para la oposición.
Están jugando en el partido de Dante Delgado Rannauro al viejo ardid de la simulación.
Si MC contempla replicar esa “estrategia” en 2024 y, en lugar de sumarse a la gran alianza opositora, prefiere competir en solitario, podría arruinar las proyecciones de PRI, PAN y PRD.
Porque esa alianza bautizada como Va por México, necesitan -según las encuestas- cualquier suma de votos y un milagro.
Un escenario similar ocurre para Puebla.
En el caso hipotético de que MC sume su 5.34 por ciento de votos estatales que consiguió en 2021 a la alianza Va por Puebla, la pone en un escenario competitivo.
Pero si va en solitario, o peor aún para la oposición, se baja o se suma a Morena en la elección a la gubernatura, refuerza la categoría de casi invencible que tiene el partido del sistema.
MC enfrenta en nuestro estado una grave división interna.
Muchos ex priístas se sumaron en 2021 pensando que serían candidatos a diputados o alcaldes, pero no ocurrió.
Quienes sí lo fueron, en su mayoría, perdieron.
Ese bloque lleva por lo menos un año queriendo echar de la dirigencia estatal a Fernando Morales.
No lo ha logrado.
Pero sus integrantes son persistentes.
A MC pareciera que le conviene más, para sus intereses, ser esquirol.
Ese es el mensaje del Estado de México.
No compiten o simulan hacerlo, para beneficiar a la marca puntera.
De ahí la hipótesis: MC puede no competir a la gubernatura de Puebla, pero sí lo hará a las diputaciones locales y alcaldías.
Otra vez, en papel de esquirol, pero con acuerdos específicos.
¡Es su juego, pues!