EL INCÓMODO ENIGMA LLAMADO PT

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En varios estados, el Partido del Trabajo, que matemáticamente no representa casi nada a la alianza lopezobradorista, ha comenzado a rebelarse y a exigir mayor protagonismo electoral y más candidaturas. Luego del incómodo escenario de Coahuila, en donde la dirigencia nacional petista decidió postular como abanderado al disidente Ricardo Mejía, quien perdió la encuesta de Morena, esa insumisión se hizo peligrosa. ¿Tiene Puebla las condiciones para un coahuilazo del PT?

Hace un par de semanas, las dirigencias local y nacional de ese partido anunciaron enroques en sus filas.

Relevaron como coordinadora legislativa del Congreso local a Nora Merino Escamilla.

De cualquier modo no venía desarrollando una actividad destacada.

Tampoco muy mala.

En su lugar quedó el diputado Antonio López Ruiz.

Igual, sin brillo completo y sin oscuridad total.

Ella ahora se dedicará a la coordinación de afiliación en la capital poblana.

De inmediato, Nora Merino se destapó para encabezar el ayuntamiento en 2024.

En realidad no tiene por ahora credenciales ni conocimiento entre la población, como para aspirar a ser la presidenta municipal de la cuarta ciudad más grande del país.

Lo mismo pretende López Ruiz.

Tampoco tiene merecimientos.

Lo que ahí podría pesar es el partido.

Lo espesa que se ponga la dirigencia del PT nacional a la hora de negociar con Morena las candidaturas en Puebla.

Técnicamente, en 2018, la anterior elección federal, el PT obtuvo muy pocos lugares.

La segunda fórmula en la senaduría fue para Nancy de la Sierra, quien se terminó yendo para formar el Grupo Plural, que es disidente del lopezobradorismo.

Su suplente, Sandra González de Yta, sí es petista y es delegada de Relaciones Exteriores (SRE).

Por ahí también obtuvieron los petistas algunas diputaciones locales y federales.

La más visible de Lizeth Sánchez García.

Pero dejó su curul para ser titular de la Secretaría de Bienestar.

Ahí sigue, y como el té: ni hace bien ni hace mal.

Ella jura a todos los que la quieren escuchar, y también a quienes no, que aparecerá “a como dé lugar” en la boleta de 2024.

En un arriesgado lance, incluso hubo militantes petistas poblanos que la “destaparon” a la gubernatura.

No pasó a mayores.

El PT además ha visto a Puebla como un territorio para hacer negocios.

Cómo olvidar los turbios negocios con Rafael Moreno Valle.

Cómo olvidar que en San Martín Texmelucan fue postulado y ganó la diputación federal Mauricio Toledo, quien está acusado de enriquecimiento ilícito de cuando fue alcalde de Coyoacán, en la Ciudad de México.

Hoy está en Chile, a donde escapó apenas fue desaforado, y se supone que vendrá un proceso de extradición.

Él tiene la doble nacionalidad.

Se supone que “compró” la diputación poblana al PT.

Así, a botepronto, el PT poblano no parece tener “corcholatas” ni para el Senado de la República y menos para la gubernatura.

En las mediciones nacionales, ese partido apenas representa 2 por ciento de la preferencia bruta.

En solitario perdería hasta el registro.

¿Le alcanza para la alcaldía capitalina poblana?

De ninguna manera.

Pero es un enigma el nivel de chantaje que puede desplegar.

gar_pro@hotmail.com

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